Capítulo 17: Esmoquin.

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Me levanto al escuchar el crujido de mi ventana abriéndose, tomo la lámpara de mi mesa de noche y me levanto de mi cama con el corazón atorado en mi garganta.

Alzo la lámpara amenazadoramente sobre mi cabeza y noto la burlona sonrisa en los rojizos labios de Elizabeth Walker.

Tomo mi celular de la mesa de noche y reviso la hora... Mis ojos se abren como platos, ya va a ser hora de almorzar.

-Sé que los adolescentes duermen hasta tarde los sábados pero tú te excedes -se burla Beth mientras se acerca y toma la lámpara de mis manos dejándola en su sitio.

Cruzo los brazos sobre mi pecho en un débil intento de cubrir mis senos. Aunque Elizabeth es una mujer, soy demasiado cohibida.

Me sonrojo cuando ella cubre con el dorso de su mano su boca en un intento de cubrir su sonrisa.

Aparta la mirada y suelta una carcajada.

Es la primera vez que he visto a Elizabeth comportarse de esta manera tan natural... Siempre se comporta como si pensara cada paso que da y cada frase que deja sus labios... Luce normal, aunque no lo sea.

-Bueno-sus facciones regresan a su normal perfección mientras adquiere una expresión impávida. -Come algo, dile a tú padre que irás a casa de una... amiga y te recogeré en la entrada en mi auto.

Acato sus ordenes mientras se lanza por mi ventana como si fuera algo común para hacer, la observo anonadada y entro en mi baño para alistarme.

Me ducho, lavándome el cabello, y me visto rápidamente. Opto por unos vaqueros claros y una blusa sencilla. Bajo las escaleras rápidamente y entro en la cocina de acero inoxidable, veo a Steven sentado en la encimera de mármol tomando té mientras lee un articulo del periódico.

Parece una simple escena en la que veo a mi padre enfrascado en alguna tórrida noticia pero note la tensión que se posó en sus hombros en el instante en que entre en la estancia.

-¿Irás al baile?-pregunta Steven mientras me sigue con la mirada conforme me muevo por la cocina. Asiento.-¿Con aquel chico que estuvo aquí...

-William-lo corto recordandole su nombre porque aparentemente lo olvidó.

Sacudo la cabeza y comienzo a armarme un sándwich con Jamón, queso, tomate y mostaza.

-Yo también iré- continua él mientras alza su brazo y bebe su té. Oculta su rostro detrás del periódico - Con alguien.

Mis movimientos se detienen bruscamente y lo observo sorprendida como si alguna anomalía hubiera cruzado el cuarto.

-Es una doctora que trabaja conmigo, Sacha Collins, neuróloga... -No sé porque se esta explicando conmigo cuando apenas e intercambiamos palabras.

En ese instante suena la puerta y Steven se escabulle rápidamente a abrirla.

En ella esta Beth, quien me miro con desdén y saludo a mi padre cordialmente.

-Papá... Steven ella es Beth Wal... Mawson, una amiga -le presento a Beth, el sonríe al verla y se presenta.

-iré a arreglarme con ella para el baile - explico mientras envuelvo mi sándwich para llevármelo.

-Esta bien -dice él y se sienta enfrascándose de nuevo en el diario.

Beth sonríe como una reina de belleza y tomo la bolsa con el vestido de donde la arroje la noche anterior.

Salgo detrás de Beth, quien se despide de mi padre y abre un auto elegante estacionado en mi entrada.

Mi boca cae. Ellos definitivamente tienen una gran cantidad de dinero.

Nos acomodamos en el auto y me como el sándwich en el camino hacia la casa Walker.

-¿Por qué cambiaron su apellido?-le pregunto cuando estaciona en su auto en su enorme casa.

-No crees que sería extremadamente extraño que nos mudaramos a una casa que es llamada por nuestro antiguo apellido -explica ella mientras baja del auto y no sé como maneja sus altos tacones sobre el césped que rodea la casa.

Camino detrás de ella y cuando abre la puerta me enamoro del lugar.

Las cortinas están abiertas y la luz del sol entra iluminando todo el lugar, aunque ya he estado aquí antes, nunca lo he visto como ahora.

La casa es una bella obra antigua en si misma, techos altos, pisos en madera oscura, antiguas fotografías familiares decorando las paredes.

Veo una foto de Charlotte y escucho un suspiro dentro de mi.
"Todo era perfecto hasta que Jane destruyó todo "

Beth toma el barandal de la escalera y me observa cuidadosamente por la manera en que me he quedado ensimismada el lugar que roba mi aliento, sin importar cuantas veces lo vea... Al igual que Will.

-¿Dónde está William?- inquiero y Beth rueda los ojos.

-En su habitación, seguramente leyendo -responde -Ven, acompañame a la mía.

Subo detrás de ella y en el pasillo observo la puerta de Will, ella niega con la cabeza y hace un ademán para que entre por una puerta que sostiene abierta.

-Seguramente ya sabe que estas aquí pero como es un caballero no nos interrumpirá-dice ella cerrando la puerta cuando entra.

Abre su gran armario y veo una gran colección de vestidos de época. Las telas son hermosas y llaman la atención a simple vista.
-Elizabeth son hermosos - opino mientras me acerco y detallo uno de los vestidos, es verde claro con detalles dorados tejidos en él.

-Lastima que pasaron de moda- ella me guiña un ojo y abre la otra puerta del armario revelando una gran cantidad de ropa de este siglo.

-Manos a la obra- dice ella y la observo consternada.

~~~

Observo mi reflejo y mi respiración se atora en mi garganta. Me veo hermosa pero... Elizabeth luce deslumbrante.

Me maquilló sutilmente y acomodó mi cabello en suaves ondas... Nunca creí que tomara tanto tiempo porque ya oscureció. Por la ventana donde se colaban los rayos del sol ahora se ve el resplandor de una luna plateada.

Beth recogió su cabello en un tocado complicado pero algunos mechones rubios enmarcan su rostro.

Sus labios llevan un labial rojo pero sus ojos apenas tienen rastro de maquillaje.

El vestido blanco que lleva acentúa sus curvas y sobre el escote corazón que tiene lleva un antiguo collar de oro.

-Gracias, Beth-digo y luego maldigo cuando noto que no compre zapatos. Me golpeo mentalmente y casi lo hago literalmente - No compre zapatos.

-¿Estas bromeado? -inquiere ella mientras aplica un última capa de rímel.

Sacudo la cabeza con una sonrisa de disculpa y ella rueda los ojos. Se acerca al armario y saca unos tacones plateados.

-Me romperé un tobillo con ellos -digo cuando los veo y ella se ríe a carcajadas.

Charlotte también se ríe en mi mente.

-No es tan difícil. Inclinate un poco hacia atrás, no des pasos tan cortos y camina, apoyando primero el tacón y luego la punta. Estarás bien.

Me los pruebo y por suerte, Beth y yo calzamos lo mismo. Hago lo que me indica mientras me acostumbro a ellos y salimos de la habitación.

Veo a Will de pie en el pasillo con un elegante esmoquin negro y me quedo sin aliento.

Lágrimas de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora