Soy Irianel de Rivendel

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Legolas la observa detenidamente desde la entrada de la cueva, y en sus labios se dibujaba una sonrisa de satisfacción , de haberla encontrado. Ella se encontraba inclinada sobre una roca completamente dormida, ajena a todo a su alrededor y el la miraba con dulzura, en ese momento ella parecía estar muy intranquila, y el solo la observaba, ya había salido el sol y el solo estaba esperando a que la bella durmiente despertara. Y así paso, ella abrió sus ojos a regaña dientes ya que la luz del sol se filtraba en medio de la cueva y eso pareció perturbar el descanso de la joven elfa, que de un momento a otro alzo la vista en dirección al joven elfo y se despabilo rápidamente, se podía notar lo angustiada que estaba con la presencia de él elfo en ese lugar y más aun con el sueño tan perturbador que horas atrás había tendido.

_Que haces aquí? _le dijo la elfa, dirigiendo su mirada al joven Legolas.

_Pasaba por aquí _le dice a modo de explicación-. Necesitaba saber si estabas bien.

_Me estas siguiendo?_ le pregunto la elfa mientras se incorporaba nuevamente.

_No precisamente_ .le contesta este con una sonrisa.

Narra Irianel:

No lo puedo creer? Que hace el aquí? me dirijo en dirección al elfo prepotente. Y Suspiro. Me quedo unos segundos parada en la entrada de la cueva junto a él, observándolo, admirando la vista. Él lanza una mirada, creo que nerviosa, y al verme se queda inmóvil. Después esboza lentamente una sonrisa de infarto que hacen que me derrita como estúpida y que me deja sin palabras.

_Te vez mejor dormida _murmura con una sonrisa perversa.

_Nadie te dijo que me siguieras, elfo acosador?_ le suelto de golpe.

Me clava su mirada y con gran agilidad me toma de la mano y me gira hacia él, y sin darme cuenta estoy al frente de su cara y puedo sentir su olor, su respiración, su aliento. Solo suspiro.....

_ ¿Qué quieres de mí?

Esbozo una ligera sonrisa mientras me siento presa entre sus brazos.

_Lo mismo que tú? _ Me tira de golpe, mientras trago saliva.

¿Lo ves?

_Tienen una idea de lo sonrojada que estas. -me dice.

Trato de zafarme de sus brazos a cómo puedo pero me es imposible, sus brazos fuertes envuelven mi cuerpo y ahí está nuevamente esa sensación dentro de mí. En sus ojos brilla una incomprensible emoción. Me remuevo incómoda ante su mirada, con el corazón latiéndome a mil por hora, suspiro. Tengo que mantener la calma.

_¿Estás nerviosa? _me pregunta amablemente.

_Sí.

Se inclina hacia delante.

_Yo también _susurra.

Suspiro

-_¿Qué quieres?

_Saber que estas bien.me contesta

_Creo que ya me puedes soltar elfo insolente_. Le tiro de golpe y el solo sonríe

De repente acerca su boca a mi oído y empiezo a sentir que mi respiración se empieza a acelerar.

_Como la dama desee_ me susurra.

Lo miro y me sostiene la mirada, Por los valar? Se me dispara el corazón y vuelvo a ruborizarme.

¿Por qué tiene este efecto sobre mí? ¿Quizá porque es irresistiblemente atractivo? ¿Por qué me mira así? Ojalá dejara de hacerlo.

De repente el elfo hizo exactamente lo que ella quería, la soltó despacio sin dejar de mirarla y pudo notar en la mirada de la elfa el nerviosismo que en ese momento ella tenía, y esbozo una sonrisa de satisfacción por entender que el provocaba exactamente lo mismo en ella... ella por otra parte aparto la mirada de él y se alejó lo suficiente como para poner una gran distancia...

La prometida de ojos bellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora