Narra Fuyu
Habían pasado días, quizá meces desde que Aki había entrado en estado de coma, su estado de salud era en extrema gravedad pero su corazón era perfecto para ser trasplantado en mi cuerpo, Ren y mi padre trataron muchas veces de convencerme para que aceptara el corazón de Aki, pero yo me negué. No quería vivir una vida si aquí no estaba a mi lado.
-no te vayas Fuyu... por favor no me dejes sola hermanito- el llanto de Haru desgarraba el alma de todos los presentes, ella sostenía mi mano con fuerza y lloraba sobre la cama.
-cuida bien de nuestros adres Haru- mi voz se escuchaba cada vez más apagada pero en mi rostro aun había una sonrisa. De repente la puerta de la habitación se abrió y por ella entro un chico rubio de la mano de una chica pelirroja muy hermosa.
-viejo que bueno que llegue a tiempo, no quería que te fueras sin despedirte ¿eh?- Kuro seguía con su misma actitud relajada incluso en situaciones como estas. Eso era algo que le agradecía profundamente.
-me alegra que llegaras, no quería irme sin antes decirte que dejes de deformar tu rostro con perforaciones- una risita se soltó entre Kuro y yo, luego Kuro miro al chico de la cama junto a mí.
-¿Aki?- dijo Kuro un poco afligido, asentí. –me alegro que las cosas entre los dos al final se arreglaran.
-¿Akemi? ¿Son novios?- mire a la chica pelirroja y la reconocí, era la ex prometida de Aki. Kuro y Akemi se miraron y sonrieron.
-sí, ella me enamoro- respondió Kuro con las mejillas levemente sonrojadas.
-me alegra que alguien te aprecie y te dé el amor que mereces- miré a Aki quien descansaba en la cama a su lado.
Ren consiguió un permiso para dejarnos en la misma habitación juntos hasta el día en que uno de los dos muera. El trato es que en cuanto uno muera el otro también debe morir, por esa razón se encontraban todos los seres queridos para Aki y para mí en esa habitación, hoy era el día.
La madre de Aki sostenía la mano del castaño mientras lloraba, la mujer estaba demasiado dolida y aun no me había perdonado por hacer que su hijo se intentara suicidar para salvarme. Mis padres se mantenían abrazados, Ren consolando a Naru mientras que Haru lloraba y sostenía mi mano, Kuro y Akemi se encontraban junto a mí, mientras que Aki y yo estábamos tomados de las manos con nuestros anillos de compromiso.
Su mano se sentía fría y muy pequeña, no podía dejar de ver su hermosos rostro pálido, sus mejillas ya no tenían el mismo color cálido de siempre y sus ojos se encontraban cerrados, verlo en ese estado me causaba dolor pero por lómenos me calmaba ver que en su rostro no había dolor alguno, solamente paz y tranquilidad, como si de alguna manera supiera que yo estoy aquí cuidando de él.
-hace mucho frio, debe ser porque es invierno ¿no?- dije con un hilo de voz, Naru me miro y comenzó a llorar en los brazos de Ren.
-no Fuyu... no es invierno... estamos en otoño... - dijo Kuro con lágrimas en los ojos.
-pasaron muchos meces en que estuviste en esta habitación junto a Aki, casi un año- Ren soltó una lágrima y de repente todos se encontraban con las lágrimas escurriendo por sus mejillas.
-otoño... invierno... nosotros siempre estaremos de la mano...- mis ojos se llenaron de lágrimas y poco a poco fueron resbalando –lo siento, es que las despedidas siempre son dolorosas...
Sentí como mi mano se fue soltando lentamente de la de Aki y cayendo sin fuerza, mis ojos se sentían pesados y ya no tenía fuerza para seguir hablando. Todos comenzaron a llorar y pude escuchar como Ren decía "descansa Fuyu, nosotros estaremos bien, tu solo espera a Aki" Mis ojos se terminaron de cerrar aun sintiendo unas lágrimas resbalar por mis mejillas.
De pronto me encontraba en un túnel obscuro, comencé a caminar y vi una tenue luz azul, estire mi mano para tomarla y todo dio un resplandor hermoso, de pronto me encontraba en casa, en la sala. La puerta se abrió y de ella entro la madre de Aki, ella me miraba con una enorme sonrisa.
-Fuyu te quiero presentar a alguien...- detrás de ella salió un niño pequeño con el cabello castaño rojizo, sus enormes ojos ámbar me miraban temeroso, era muy pequeño y parecía un muñeco de porcelana –él es mi hijo, se llama Aki, es un año menor que tú. Espero que se lleven bien.
Aki comenzó a caminar lentamente hasta acercarse a mí, de repente me mire en el reflejo de la ventana y no era yo, era mi versión infantil. Mire mis manos y entendí que estaba reviviendo mis recuerdos. Esta era la primera vez que Fuyu y yo nos conocimos, cuando teníamos 5 años.
Mire al pequeño y no pude evitar que mis lágrimas escurrieran por mis mejillas, estaba feliz de volver a verlo tan hermoso y con vida después de haberlo visto día tras día durmiendo con la piel pálida y sin señales de vida. Aki me miro y sonrió, me acerque a él lentamente.
-mucho gusto, yo soy Aki, mi mamá te viene a cuidar ¿verdad? Ella es la mejor mamá del mundo. Ella me llamo Aki porque Aki significa otoño y yo nací en temporada de otoño, me conto que tú te llamas Fuyu por la misma razón pero tu naciste en invierno, me gusta mucho tener eso en común contigo, nuestros nombres son muy bonitos ¿no crees?- asentí con la cabeza sin dejar de llorar –creo que te voy a querer mucho porque desde ahora ya eres mi mejor amigo.
-Aki...- me acerque para abrazarlo pero en cuanto toque su piel todo deslumbro y me envió a otro momento de mi memoria. Estábamos juntos en mi cama yo acostado y Aki mirándome con una sonrisa como siempre.
-creo que te amo- mire a Aki, este recuerdo era sobre la primera vez que nos dijimos que nos amábamos –bueno... somos mejores amigos y obviamente por eso devo quererte pero... siento como si no solo te quisiera, es como si me gustaría estar a tu lado para siempre. Cuando pienso que una chica llegara y te apartara de mi lado es molesto, no quiero verte con alguien que no sea yo.
-yo también te amo- sonreí y me levante de la cama para estar a su lado -¿quieres ser mi novio?
-¡sí!- Aki sonrió y se lanzó contra mí, al tocarme de nuevo cambiamos de escena, seguíamos en mi cuarto pero era de noche y las luces estaban apagadas, aun así la luz de la luna se filtraba por la ventana y me dejaba ver a Aki debajo de mi con lágrimas en los ojos, lo mire detenidamente y entendí, este era el recuerdo de nuestra primera vez.
-Aki... te amo- me acerque para besar sus labios, al tocarlos todo se volvió blanco y me encontraba en el patio de la casa de Aki, era el día antes de irme a Seattle, antes de conocer a Kuro.
Terminamos el beso y me di la vuelta para irme, pero esta vez me gire y corrí detrás de Aki, no quería abandonarlo. Aki estaba de espaldas y cuando corrí a abrazarlo todo se volvió obscuro.
Una luz roja destello y me envió a un hermoso paisaje, todo estaba lleno de nieve y de hojas secas en los suelos, mire los árboles y tenían pequeñas capas de nieve cayendo y al mismo tiempo tenían hojas secas. Estaba nevando pero no tenía frio.
-esto es hermoso- susurre para mí mismo.
-sí que lo es- me gire y encontré a Aki mirándome con una sonrisa en sus labios.
-Aki...- corrí hasta él y lo abrase, esta vez no desapareció, esta vez él correspondió mi abraso que termino en un pequeño beso. Sus ojos estaban llenos de brillo y sus mejillas de nuevo estaban coloridas, de nuevo parecía estar vivo, lo abrase con fuerza y comencé a llorar en su hombro –te extrañe.
-y yo a ti- susurro mientras sujetaba mis manos con fuerza.
Las hojas de los arboles empezaron a caer junto con pequeños copos de nieve y de pronto las hojas y la nieve se transformaron en esferas que contenían imágenes muy hermosas, eran nuestros recuerdos. Estaban todas nuestras memorias, incluso cuando Akemi y Aki se conocieron y cuando Kuro y yo nos conocimos, todos nuestros recuerdos giraban a nuestro alrededor y formaban un hermoso paisaje.
-te amo- susurre mientras miraba con felicidad a mi amado castaño –por siempre te amare.
∞FIN∞
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Las despedidas siempre son dolorosas
FanficYo jure que nunca dejaría a la persona que más amo en el mundo. Aki, un chico bajo de estatura, con cabello castaño rojizo y unos enormes ojos ámbar, sonrisa inocente con mirada alegre, cuerpo pequeño y delicado, tiene 15 años y es el amor de mi vid...