Narra Fuyu
Ya son aproximadamente tres meses desde que estoy viviendo con Kuro y su familia, tres meses desde que Aki y yo terminamos, tres meses desde que la única persona que me puede hacer brevemente feliz es Kuro.
Le estoy profundamente agradecido a Kuro por todo lo que ha hecho por mí en todo este tiempo. Se ha convertido en algo más que un primo para mí, ahora es como un hermano, mi mejor amigo, mi cómplice, mi guía y mi mala influencia. Kuro siempre intenta hacerme feliz con cosas pequeñas pero muy valiosas para mí, con el tiempo me ha conocido y yo a él, ahora somos muy cercanos y mientras más me acerco a él más lo aprecio y valoro todo lo que hace por mí.
-¿Qué quieres hacer mañana?- dijo Kuro con el mismo tono alegre de siempre.
-te diría que lo que tú quieras, pero conociéndote bien dirías que nos saltáramos la escuela y fuéramos a algún lugar peligroso y problemático como tú- dije con una pequeña sonrisa, Kuro me abraso y comenzó a reír.
-está bien, veo que me conoces muy bien, ¿entonces qué quieres hacer?- dijo Kuro jaloneándome.
-mañana iremos a casa de una compañera de nuestra clase, nos va a ayudar a recuperar los apuntes y actividades que debemos en la escuela.
-¿qué? Eso es muy aburrido, yo no iré y tú tampoco, la idea de que estés solo con alguien me molesta, tú eres solo mío- me abraso y se montó encima de mi obligándome a cargarlo de caballito, no me molestaba, Kuro es un chico de buena estatura, pero no es tan alto como yo, además de que no pesa casi nada.
-no estaré solo, tú me vas a acompañar, además de que habrán más personas, también irán otras chicas- dije tratando de calmarlo mientras caminaba lento con él en mi espalda.
-¿un cuarto lleno de chicas y tú? No, ni de broma, te van a hacer algo, mejor te acompaño- sonreí un poco victorioso y seguí caminando hasta que un terrible dolor me obligo a caer al suelo con Kuro encima de mí.
El dolor emergía de mi pecho, justo donde estaba mi corazón, comenzó como una pequeña pero dolorosa punzada, pero en el momento en el que caí al suelo con Kuro encima de mí el dolor comenzó a incrementarse más y más hasta hacerse insoportable, deje escapar un grito desesperado al no saber qué hacer, la respiración hacia el dolor aún más profundo y cada movimiento se limitada a apretar con fuerza la mano de Kuro, mientras que él buscaba preocupado y desesperado en mi mochila las pastillas contra el dolor que Ren me había recetado. Kuro al fin las encontró y me dio una, de inmediato la tome y sentí como el dolor poco a poco cesaba aunque tardo mucho en desaparecer, mientras el dolor disminuía mire el rostro preocupado de Kuro, esta no era la primera vez que me veía así, pero ambos sabíamos que tampoco sería la última.
-¿ya estás mejor?- pregunto Kuro mientras que yo soltaba su mano y me acomodaba en el pavimento para estar sentado como él.
-sí, gracias- Kuro sonrió un poco más tranquilo.
-me alegra, Fuyu tienes que decirle a tu madre sobre tu problema.
-no, ya te dije que no pienso preocupar a nadie, tu eres el único que puede saberlo y por eso tienes que aguardar el secreto ¿entiendes?- dije un poco molesto.
-sí, sí, ya lose, pero está mal que te guardes tanto dolor para ti solo, bueno a mí también me compartes todo ese dolor, pero tu madre te ama y yo sé que ella no merece que le hagas esto.
Guarde silencio y Kuro pudo entender lo que significaba. Un mes después de haberme mudado con Kuro tuve mi primera crisis, el dolor fue pequeño pero me impidió seguir corriendo y por ello Kuro se dio cuenta, él iba a llamar a mi madre pero le tuve que contar todo para que no se preocupara más. Después de eso le llame a Ren para contarle sobre lo que había pasado y Ren me explico que son signos de que mi problema está empeorando cada vez más, pronto los dolores se harán cada vez más intensos hasta el punto que un día me provoquen un infarto y mi corazón se detenga, entonces moriré, y según los cálculos de Ren, no falta mucho para eso.
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Las despedidas siempre son dolorosas
Fiksi PenggemarYo jure que nunca dejaría a la persona que más amo en el mundo. Aki, un chico bajo de estatura, con cabello castaño rojizo y unos enormes ojos ámbar, sonrisa inocente con mirada alegre, cuerpo pequeño y delicado, tiene 15 años y es el amor de mi vid...