Lastimosamente mi perdida de la conciencia no duro mucho, ya que desperté cuando sentí un fuerte ardor en mi espalda
-tranquila, por favor dijo alouqua
-déjenme morir por favor, se los suplico dije dejando que las lágrimas que ni siquiera había notado corrieran por mis mejillas
-Lucien no lo permitirá, mejor quédate quieta por favor dijo la rubia que me había ayudado-por cierto soy Perisas
-ahhhhhh......grite cuando sentí una fuerte quemazón en mis nalgas
-quédate quieta por favor o te vas hacer más daño
-más daño dije entre lágrimas-no creo que pueda hacerme más daño del que me hizo ese bastardo estúpido dije enojada
-ese bastardo estúpido está aquí, así que si no quieres volver hacerme enojar será mejor que mantengas cerrada esa boquita-me congele por su voz, me enojo hasta límites inimaginables, pero lo que más me enojo fue lo que su voz hizo a mi cuerpo, odie el escalofrió que me recorrió lo odio.
-no entiendo por qué me hacen esto, no soy quien están buscando
-lo eres pequeña, lo eres dijo acercándose. Gire el rostro para evitar verlo pero el tiro de mi cabello hasta que gire y lo vi y lo vi, el maldito estaba duro y era enorme
-estas duro dije cerrando los ojos, mi rostro rojo de la vergüenza
-tranquila, no estas lista todavía, tengo que esperar a que te recuperes
-eres un maldito pervertido
-lo sé, pero esa será una parte que te encantara dijo y me dio un suave beso en la mejilla y se fue
-ahhhhhhh...lo odio mierda, mierda, mierda
-deja de ser tan malhablada dijo Lucien y sentí que algún liquido cayó sobre mi espalda seguido de un fuerte ardor
-ahhhhhhhhhhh grite llorando como una bebe
-deja de lastimarla escuche decir a Perisas. Como respuesta solo escuche una risa burlona
-tranquila dijo alouqua acariciando mi cabello
-porque me hacen esto, no soy quien creen
-pronto lo entenderás
-no quiero entender quiero irme dije y los próximos minutos me dedique a llorar y quejarme mientras mis heridas eran tratadas. No se cuánto tiempo paso pero me quede dormida y soñé
Me encontraba en medio de una batalla, abrazada a un hermoso bebe de ojos violeta, como los de Lucien y una suave pelusa de cabello castaño oscuro como el mío. Yo solo sentía la necesidad de proteger a ese bebe, el cual por alguna razón sabía que ese bebe era mío, mi hijo, todo a mi alrededor estaba mal, todo explotaba, había cuerpos mutilados, pero cuando veía a mi bebe sentía paz. Vi a Lucien -vestido completamente de negro con un peto negro botas militares, pero lo mas sorprendente eran las enormes alas negras que nacian de su espalda- luchando con otros dos hombres casi tan altos como el con espadas, Lucien se movía con tanta naturalidad y pegue un grito cuando vi como atravesó con su espada a uno y rompió el cuello del otro con un simple movimiento de su brazo. Su rostro estaba cubierto de sangre, su cabello recogido en su nuca en una moño desordenado y aunque estuviese cubierto de sangre y suciedad no podía verse más hermoso y cuando escucho mi grito su rostro giro y me vio, y me asusto como nunca antes...
-ahhhhhhhhhhhh... desperté entre gritos y llorando escuche una puerta abrirse y vi a Belial y Perisas y también a un hombre parado alado de mi cama con una gran hacha a punto de caer sobre mi
-que pasa dijeron los dos al mismo tiempo sus ojos abriéndose con sorpresa al ver al ser cerca de mí.
No sé si fue la adrenalina o que fue, cuando vi el brillo del hacha con intención de matarme me tire de la cama, haciendo que el hacha partiera la cama por la mitad destruyéndola
Inmediatamente Belial ataco al ser y Perisas lo ayudo. Vi con asombro como alas negras brotaron de las espaldas de todos y las usaban como armas y escudos. Alouqua entro a la habitación y me jalo obligándome a ignorar el dolor de mi cuerpo y correr
-qué diablos era eso dije asustada
-es uno de ellos. Pasado el efecto momentáneo de la adrenalina el dolor regreso y con creces
-mierda corre grito alouqua casi arrastrándome, y por pura fuerza de voluntad aunque creo que más fue instinto de supervivencia obligue a mis piernas a moverse, cada paso que daba, cada musculo que utilizada era una agonía, eran como lenguas de fuego que atravesaban mi cuerpo y para colmo de males estaba casi desnuda, solo un fino camisón de satén blanco cubría mi lacerado cuerpo. Pero ni la fuerza de voluntad es suficiente en ocasiones y ese era mi caso, sentí mis piernas acalambrarse y la suave alfombra contra mis rodillas y vomite
-mierda dijo alouqua
-que mierda está pasando escuche el fuerte grito de Lucien provenir de las escaleras-que paso dijo al mismo tiempo que se arrodillaba a mi lado.
-es Mehiel, nos descubrieron
-mierda, no debían enterarse tan pronto
-mierda lo sé, que quieres que haga
-lleva a tu hermana abajo, me encargare yo mismo de el
-ten cuidado, tu hermano podría enojarse y no queremos adelantar las cosas
-lo sé, lo se dijo con una pequeña sonrisa formarse en sus labios, cuida de tu hermana yo me encargo del resto
-ten cuidado dicho esto prácticamente me cargo y me arrastro a través de las escaleras para recostarme suavemente en el sofá boca arriba
-tranquila, todo va estar bien. Escuche metal chocar contra metal, un variado vocabulario de groserías y luego todo se calmó, solo escuchaba mis suaves sollozos y el sonido como si alguien estuviese arrastrando algo.
-tráela afuera dijo Azazel un rubio con ojos azul claro
-ya lo escuchaste, vamos y me levanto y lentamente nos dirigimos fuera de la casa
-aquí está dijo Lucien con una sonrisa en su apuesto rostro sosteniendo un cuchillo en una mano y un puñado de cabello del tipo al que alouqua se había referido como Mehiel en la otra-acércate
-preferiría irme dije asustada
-dije que te acercaras grito, sus irises tornándose rojo sangre a lo cual pegue un grito
-vamos dijo alouqua y nos acercamos hasta que quedamos a menos de 50 cm de ellos
-ellos declararon la guerra esta noche al tratar de dañarte, esta es mi respuesta dijo e inmediatamente coloco el cuchillo contra la piel de Mehiel y procedió a cortar su garganta.
Las palabras quedaron atrapadas en mi garganta, mi mente se nublo, mis ojos derramaron muchas lágrimas, al ver los ojos de Mehiel volverse negros completamente y un halo celeste claro emerger de su herida y elevarse al cielo
No sé cómo, no recuerdo mucho, pero de lo que estoy segura es que grite, grite como una loca luego de ver eso, recuerdo unos fuertes brazos rodeándome, calmándome y un suave colchón sobre mi espalda.