Michael

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No sabía si sentirme mal, o sentirme pésimo, nunca antes en mi vida me había desmayado y en las últimas 48 horas lo había hecho ya varias veces. Bueno reviviendo los hechos, nunca había sido azotada, o visto a mis mejores amigos arder hasta la muerte e inclusive peor nunca había visto a alguien ser degollado, alguien con alas con un nombre extraño. Por lo menos sabía que nada de lo que estaba pasando era real, seguramente debí haber bebido demasiado alcohol en mi cumpleaños y me desmaye y estaba delirando, o inclusive, podría estar soñando.

-no mi pequeña, no es un sueño, escuche decir a Lucien, mierda que podía leer mis pensamientos o que-si, dijo y me quede helada

Abrí lentamente mis ojos, cegada momentáneamente por la fuerte luz que atravesaba la ventana, y note tres cosas la primera que no me encontraba en mi habitación-bueno la habitación donde había estado los pasados días- la segunda que me encontraba desnuda y la tercera y más extraña, el dolor de mi cuerpo aunque era intenso, era soportable

-donde estoy pregunte

-en mi cama, donde perteneces respondió Lucien en un tono sensual y vi que Lucien estaba recostado a mi lado, su largo cuerpo estirado a través del colchón, su torso desnudo con una suave pelusa de vello dorado-el cual era apenas visible gracias a la dorada luz que entraba por la ventana- adornado su pecho, la cual bajaba por sus bien formados abdominales hasta desaparecer bajo la sabana que nos cubría formando un ''caminito feliz''

-puedes mirar todo lo que quieras pequeña, pero espero el mismo beneficio dijo sacándome de mi trance

-lo siento dije levantándome rápidamente de la cama no sin antes agarrar la sabana para cubrirme, pero me lleve una gran sorpresa ya que yo no era la única que se encontraba desnuda, y por unos instantes no supe si cubrirme los ojos o tomar una foto mental, bueno aunque la imagen de Lucien extendido en la cama quedaría eternamente grabada en mi mente. Ese hombre a falta de una mejor expresión era glorioso, todo su cuerpo estaba bronceado, todo, sus piernas eran gruesas y musculosas como las de un futbolista, sus brazos los cuales se encontraban cruzados bajo su cabeza perfectos, tenía el tipo de abdominales que a una mujer le gustaría pasar sus dedos para posteriormente morderlos unos por uno, pero lo que me dejo estupefacta fue su miembro, el cual se encontraba bronceado al igual que el resto de su cuerpo pero en un tono más oscuro, se asentaba en una cama de vello dorado, sentí como mi rostro se ponía rojo de la vergüenza e inmediatamente levante la mirada a su rostro a una zona que consideraba segura si no hubiese sido por la sombra de una sonrisa en sus labios y la mirada picara en sus ojos

-dime si te gusta algo dijo con naturalidad

-yo lo sien...lo sien....lo siento mucho dije caminando lo más rápido que pude a la puerta, pero Lucien fue más rápido y logro acorralarme contra la misma

-no debes disculparte, es bueno que te familiarices con mi cuerpo, pero considero grosero que no me brindes el mismo privilegio

-yo...tengo que irme

-no puedes ir a ningún lugar donde no pueda encontrarte bebe dijo y levante mi rostro e inmediatamente supe que había sido una mala idea ya nuestras miradas se cruzaron y yo no pude apartar mis ojos

-debo regresar a mi habitación

-por el momento eso no es posible- dijo acercándose hasta que nuestras narices se rozaron y pude sentir su aroma, la cual definitivamente me volvía loca- así que hasta que la reparemos tendrás que dormir en mi cama

-no lo creo, puedo dormir en el sofá dije intentando apartar mi mirada, pero su mano en mi barbilla se mantuvo firme y se acercó a mi oído

-tranquila cariño, no muerdo al menos que eso sea lo que quieras que haga- casi me derrito en ese instante, al sentir su cálido aliento chocar contra la concha de mi oreja seguido de un ligero mordisco a mi lóbulo, sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo

-no gracias respondí y logre salir de la prisión de sus ojos y rápidamente corrí a la pared opuesta de la habitación escuchando las suaves carcajadas de Lucien.

-hey porque no miras y me dices que es lo que más te gusta, mirar no es un pecado dijo acercándose a mí, y demonios si no me porte como una niña de 5 años al cubrir mis ojos con mis manos y poniendo roja como un tomate. Era obvio que alguien con un cuerpo como el suyo no tenía vergüenza de pasearse desnudo y posiblemente si estuviésemos en otras circunstancias habría saltado sobre él y hubiese violado hasta sus huesos, pero lamentablemente no iba hacerlo.

No sé si fue un golpe de suerte o mala suerte, alguien estaba tocando la puerta, y el suspiro de alivio que solté fue tan audible que escuche a Lucien reírse

-Lucien, Michael está aquí, cuando escuche que alguien mas estaba en la habitación baje mis manos pero mi sorpresa fue grande al ver que Lucien estaba hablando con Leviatán completamente desnudo lo cual me permitió un vistazo privilegiado de su trasero, y bueno me quede con la boca abierta, pero me di una bofetada mental obligando a mi cuerpo a moverse y desviar la mirada del trasero de Lucien, lo cual sinceramente fue muy difícil, pase a lado de los dos prácticamente corriendo cuando lo sentí agarrarme firmemente mi brazo

-espera, no salgas de la habitación

-que, porque

-no preguntes, solo obedece

-no me jodas, ni mi mami me trata así

-sí, pero tu madre no te azotaría hasta hacerte sangrar cuando la desobedecías, me congele, pero sabía que a un abusador nunca se lo debía dejar ganar, así que armada de todo mi valor respondí

-ah sí hablando de eso, que me paso, porque no me duele y no tengo ninguna señal

-es porque tu hermanita, me convenció, fue muy persuasiva

-ella no es mi hermana, porque nadie puede entender eso

-lo mismo para ti, con todo lo que has visto en este lugar, te niegas a creer lo que te hemos dicho

-eso es porque no me han dicho nada, solo me dijeron que me necesitaban para algo y que Alouqua era mi hermana, nada más dije casi gritando

-eso fue porque cuando te lo estaba explicando tu decidiste comportarte como una niña y tuve que castigarme

-castigarme?...llamas a lo que me hiciste un castigo, lo que me hiciste eso es tortura, deberían meterte a la cárcel por eso

-créeme, podría hacerte cosas peores si quisiera, así que no me tientes pequeña

-eres un....no pude terminar la frase ya que su mano voló hacia mi boca, cubriéndola

-eh, eh, eh, eh, te dije que mantuvieras esa pequeña boquita cerrada-mierda, mierda mierda, el maldito me tapo la boca y yo, ni corta ni perezosa, trate de zafarme, gritando, pero lastimosamente mis gritos eran ahogados por su mano-no entiendo como una cosita tan pequeña como tu puede hacer tanto ruido y ese fue la gota que colmó el vaso, no sé cómo lo hice pero logre zafarme de su mano, pero en un ataque de rabia, cerré mis dientes alrededor de sus dedos y lo mordí como nunca antes había mordido a alguien

-mierda, escuche decir antes de que su mano libre se cerrara alrededor de mi cuello cortándome mi suministro de aire-suelta dijo con los dientes apretados, sus irises completamente rojos por la furia, igual que cuando asesino a mi Mehiel, no sé si fue una periodo de estupidez o la falta de aire, pero apreté con más fuerza hasta que sentí la sangre de Lucien deslizarse en mi boca, la cual sorprendentemente era dulce, como almíbar

-no la tragues escuche decir a alguien que no reconocí y sentí apretarse la mano de Lucien en mi cuello hasta que vi luces en mis ojos

hola chicas como están, yo muy bien espero que les guste el capitulo y escríbanme sus comentarios sean buenos o malos, muchas gracias disfruten la lectura

Apocalipsis #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora