Capítulo 1

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Confesiones...

Siempre pensé, o más bien jamás creí que lo fuera a perder, creo que esa seguridad me la dio la manera en la que lo conocí, pero eso no impidió que nuestra amistad, cariño y demás siguieran creciendo. Ya sé que mis palabras parecen no tener sentido pero al final de cuentas son sólo el reflejo de mis pensamientos, y así tal cual me siento, como vacía, como revuelta, como sin rumbo.
¿Cómo hacerle cuando una parte de ti sabe y siente que hay más cosas por las cuales salir adelante, mientras que la otra parte lo único que necesita es acurrucarse en un rincón y llorar y llorar?

Creo que apenas estoy empezando a superar el estado de shock. Cuando me dio la noticia creí que era una de sus tantas bromitas, de esas que me hace cuando anda aburrido.

"Any, te tengo que decir algo...."

Hasta ahorita acabo de recordar lo guapo que se veía ese día, siempre me ha gustado cuando viste de negro, lo hace verse más sexy y no quiero decir que otros días no se vea atractivo por que eso es imposible, pero llevo tantas y tantas horas seguidas pensando y llorando por él, que hay un punto en que los detalles se te borran, pero esos, los más mínimos, como su barba de un día de no rasurar, o como sus ojos que ese día se veían como de un verde olivo distinto, combinados con esa camisa entreabierta negra son los que apenas estoy recordando. De milagro no me le aventé a sus brazos ahí mismo....

"Ay Poncho, neta no te voy a creer nada, me has escondido esas pulseras mil veces y siempre caigo en el juego, ay cuando te canses las regresas a su lugar"

No puedo creer lo tonta que me oí, de haber sabido lo que me tenía preparado hubiera salido disparada de ahí, en cambio me quedé ahí paradota admirando sus ojos y de mientras diciendo una bola de tonterías que aparte me hicieron ver mamona o como si me molestaran sus jueguitos típicos de esconderme mis cosas, cuando es algo de lo que ahorita extraño más.
¿Habrá pensado que qué tonta era? O a lo mejor y le di lástima. No creo que le valgan mis sentimientos, sé que le importo, bastante me lo ha demostrado antes.

"No Any, no estoy jugando, hay algo que quiero que te enteres por mí"

Ouch!, ésta tampoco la vi venir, sí me di cuenta que ya no era broma, pero ¿qué podía ser tan serio?, ahora que empiezo a recordar todo con más claridad, él no debió de haber estado con esa cara de preocupación si se supone que era una buena noticia la que me estaba dando,¿no?

"Ya wey, me estás asustando, ¿qué pasa?"

En todo este rato yo no dejaba de moverme, seguía poniéndome las pulseras, pero regresaba a sus ojos, luego busqué una liga para amarrarme el pelo y regresé otra vez a sus ojos, siempre a esos malditos ojos hermosos. Pero ya cuando vi que bajó la cabeza, supe, bueno más bien puedo decir que fue como una sensación en el estómago lo que me advirtió la tempestad que se me venía encima.

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