Capítulo 5

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Siempre he sido una soñadora, a veces o la mayoría de mis sueños son locuras pero al fin y al cabo son muy mis locuras, y si hay algo que puede hacer mis sueños más perfectos, es imaginarlos todos estando en el mar. No hay lugar más mágico que la playa, amo estar ahí, me relajo, me conecto conmigo misma, pienso, imagino, sueño... bueno al menos todo eso solía hacerlo. Ya no. Llevo días de vacaciones con mi familia en el lugar que más me gusta y no puedo disfrutarlo, y eso es lo que más me molesta, que la única razón por la que no puedo se llama Poncho, y lo odio más por eso, por quitarme ese placer.

Que injusto, pensé que alejándome estos días me iba a tranquilizar, me iba hacer ver las cosas desde otra perspectiva, no sé, tal vez dejar de ver a Poncho como hombre y sólo concentrarme en verlo como amigo. Pero a quien fregados engaño, eso es imposible!, no puedo separar a Poncho en partes, lo que amo de él es eso... todo, el hombre, el amigo, el conjunto. De igual forma tampoco puedo dividir lo que siento, sinceramente puedo decir que quiero verlo feliz pero no puedo dejar de sentir el querer verlo feliz pero conmigo.

Todavía no puedo creer que lo perdí, qué estúpida fui. No sé que fue lo que me hizo pensar que viviría por siempre esperando a que yo me decidiera a formalizar, o a lo mejor me hizo estar tranquila el hecho de que literalmente no tenemos tiempo libre, ¿a qué hora iba a conseguirse novia si casi no tenemos vida fuera de RBD?

Pero también tengo razones bastante válidas para no haber aceptado andar con él, bueno más bien sólo es una razón, lealtad. Maldita lealtad a Dulce, y también un poco de miedo a la reacción colectiva. Ya me imagino lo que no iban a decir de mí, y creo que si no fuera yo la involucrada también lo pensaría.

Yo empecé a tratar a Poncho cuando ya andaba con Dulce, pero era sólo eso, el novio de Dulce, el compañero de novela, el nuevo en el medio artístico, pero desde el primer momento hicimos conexión. Y siempre existió esa atracción pero oculta, no había de otra más que hacerme tonta cuando sentía esas mariposas en el estómago, mariposas por la pareja de mi amiga. Fue horrible, pero en ese entonces yo también traía otros intereses amorosos por ahí, así que me ayudaba a distraer lo que sentía por Poncho.

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