Capítulo 5: Epílogo

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La habitación está sumida en la oscuridad, haciendo a cualquier cosa más alejada de mi nariz un completo misterio.

Temerosa atravieso el umbral, agitando los brazos a mí alrededor en busca de algún objeto sólido.

—Aún no es la hora de la comida... ni del interrogatorio—Oigo desde algún punto a mi derecha, haciendo que frene en seco sobre mis botas de goma negra.

Atontada por el sonido me quedo quieta, sin saber que decir. Ha pasado tanto tiempo desde que oí esa voz...

— ¿Ethan?

Automáticamente escucho unos muelles rechinar, indicando que el chico se ha levantado de donde quiera que estuviese sentado.

— Esa voz...—susurra entre lágrimas, acercándose a mí— ¿Mamá?

Con un asentimiento que sé que puede ver me lanzo hacia él, y ambos nos fundimos en un abrazo. Por el pasillo, seis pies corren hasta donde nos encontramos y al llegar se abalanzan sobre nosotros sin siquiera planteárselo.

— ¿Chicos?—oigo murmurar al chico, sacando una risilla a todo los presentes.

—perdón por la espera hermano, pero ya estamos aquí.

o

Más allá de la brumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora