Capítulo 2

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Apago la consola de videojuegos, ya son las 23:45 y le prometí a Becca que llegaría puntual a esa absurda reunión. Para hacer menos soportable la situación, mi madre me informó hace unas horas que no podría pasar por mí, que debía ir solo y allá nos encontraríamos. Tras revisar más de diez veces que no hubiera algún humano curioso fisgoneando, decido salir de casa.

Después de 10 minutos divisé el claro en el bosque donde generalmente hacemos nuestras reuniones e inmediatamente un hombre de casi dos metros armado con un hacha se interpuso en mi camino.

-¿pueblo?- dijo con una voz gruesa y amenazante que hizo erizar el vello de mi nuca.

-¿qué?- dije con una voz más asustada de lo que esperaba.

-¿a qué pueblo perteneces?- cada vez se veía más impaciente

-¿yo? Digo: oscuridad, mi pueblo es oscuridad.-Traté de ocultar lo intimidado que me sentía

-No sabía que oscuridad producía especies tan débiles.-una carcajada llenó el silencio del bosque mientras él se alejaba permitiéndome el paso. Sentí mi sangre hervir de furia, ¿quién se cree él para decirme débil? Pero aunque odie admitirlo, sí, me comporté como un humano asustadizo.

En el claro todo parecía una locura, nunca había visto todas nuestras especies reunidas, había muchas que incluso desconocía. Cada Mythi se reunía en su grupo establecido, todos nosotros hemos sido separados en 6 pueblos que representan los 6 elementos de la naturaleza de este mundo: Agua, Fuego, Tierra,  Aire, Luz y Oscuridad.

-Has llegado, Aaron, finalmente llegas a una reunión puntual.- Era mi  madre, estaba vestida completamente de negro como todos los presentes en el pueblo de la oscuridad. 

-Sí, Madre. No te alegres mucho, aún espero que esto termine pronto para volver a casa y poder...- de repente fui interrumpido por la fuerte voz del líder de los Mythis: Agron, un elfo perteneciente a Luz.

Toda la reunión estuve concentrado en otras cosas que no estuvieran relacionadas con escuchar ese estúpido discurso político, pero las palabras finales me  desconcertaron y devolvieron mi interés a este.

-Por eso el concejo y yo hemos decidido que todos los Mythis, incluso los neutrales, deben detener su labor de elementales.- dijo Agron por el altavoz.

-¿qué?- Le dije a mi madre completamente alarmado, aunque lo suficientemente suave para que sólo ella me escuchara.

-Lo que has oído, Aaron, todos tendremos que...- La interrumpí.

-¡Sé lo que dijo!, pero si detenemos nuestra labor el mundo entrará en crisis, si los pueblos no realizan sus trabajos pronto nos quedaremos sin agua, los terremotos fracturarán nuestra tierra, los tornados aumentarán, el fuego creará enormes incendios forestales, la luz del sol se irá opacando y la oscuridad consumirá todo a su paso.- dije alarmado.

-Los humanos sufrirán las consecuencias, nuestros pueblos podrán sobrevivir.- dijo como si el tema fuera algo común.

-¡Igual el planeta sufrirá un daño, además hay humanos inocentes, personas que nunca han asesinado un Mythi!- Estaba un poco sorprendido con mi actitud, siempre he querido atacar y darle su merecido a los humanos que han dañado nuestros pueblos, pero esto es diferente, ¡hablábamos de la muerte de millones!

-Ya deja de sobreactuar, querido.

-¿sobreactuar?- Fue lo último que dije antes de salir corriendo de esa reunión de locos, eso es mucho para mí. Quizás sí sea el oscuro más débil y menos sanguinario después de todo, pero no consiento la muerte de tantas vidas inocentes, incluso niños. 

Al llegar a casa me lancé sobre mi cama, realmente no me importó si algún humano pudo verme al entrar en mi casa a esa hora, *¿Y qué más da? La mayoría morirá pronto.* Pensé mientras me hundía en mi almohada recibiendo amargamente el sueño que se apoderaba de mí. 

Saga Elementos y Sombras I : Oscuridad CrecienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora