Capitulo 5. Recuerdos amargos

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Esmeralda termino de ducharse, tomo un jeans azul oscuro, una blusa de vestir blanca y unos zapatos formales negros, se vistió tomándose su tiempo, se sentía demasiado relajada y feliz, al terminar decidió dirigirse a la sala de estar para esperar la llamada de Elizabeth así que se puso en marcha, tras un momento ya se encontraba ahí, se sentó en el sofá y no pudo evitar mirar el retrato donde estaba Alex y su amigo-No puedo creer que le dije que se veía bien con su "novio"-dijo riéndose para sus adentros- que tonta, pero bueno debía asegurarme si estaba disponible, no quisiera causarme otro corazón roto como me paso con Natalie y solo por cegarme al amor-se dijo a ella misma con un poco de molestia y tristeza

-¿Que haces ahí parada Esmeralda?-le dijo Natalie

-Nada amor, solo veo las ardillas, se ven algo curiosas como se persiguen es como si estuvieran en cortejo

-O tal vez solo están jugando-dijo con tono serio- ya vámonos, tengo que ir a una reunión del trabajo

-Humm está bien-dijo cabizbaja siguiendo a la chica castaña que iba delante de ella-

Esmeralda se encontraba sola y aburrida en su departamento así que decidió darse un paseo por la ciudad mientras esperaba a que su novia terminara su reunión paso justo enfrente de la imprenta y no vio actividad alguna cosa que le sorprendió mucho y pensó que habían tenido una reunión solo los directivos así que se dirigió al parque que se encontraba a 10min de ahí, cuando iba en la calle se detenía a observar los aparadores de las tiendas de ropa, siguió su camino mientras pasaba por un restaurant bastante lujoso y al mirar hacia adentro por la ventana pudo ver a su novia... su novia estaba ahí con otra chica tomándola de la mano y mirándola de una manera que ella conocía muy bien y para terminar de romper el corazón de la pobre rubia Natalie beso tiernamente a la mujer que estaba con ella, Esmeralda se quedo petrificada al ver esa escena, unas lagrimas rodaron por las comisuras de sus ojos, no supo cómo, ni cuando fue que se metió al restaurant y se paro enfrente de la mesa de las dos chicas

-¿Se te ofrece algo?-dijo la chica que se encontraba con Natalie, al ver a Esmeralda ahí parada llorando y congelada mirándolas

Natalie se sorprendió demasiado que también se quedo congelada, nadie sabía con certeza si lo que estaba pasando en realidad era verdad, o solo era un mal sueño

-N-Na...talie... ¿qué está pasando aquí?-logro decir Esmeralda con dificultad, su garganta se había contraído por contener el llanto, sus ojos le ardían y su pecho, su corazón... le dolía como nunca

-Cariño ¿conoces a esta mujer? No entiendo lo que está pasando-dijo la chica al ver que Natalie no reaccionaba-

-S-S-Soy... su novia, ¿Quién eres tú?-dijo Esmeralda con dificultad, sentía como el mundo se hacía enorme a su comparación, se sintió mareada y con asco, sus piernas se debilitaban, quería salir corriendo del lugar y no aparecer nunca más, quería acabar con su dolor que le hería de una manera tremenda

-¿Qué?! Eso no es posible, ¡¡yo soy su esposa!! –dijo mientras se paraba con enojo de su asiento- ¿Podrías Explicarme Natalie?! –Dijo mordiendo su labio inferior con fuerza y golpeando con el puño la mesa, estaba demasiado molesta- ¿Qué maldición está pasando?! –Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas-

-E-Eh... puedo explicarlo... -por fin respondió Natalie-

-Pues adelante, me gustaría escuchar lo que tienes que decir-dijo la chica enojada mientras lloraba ligeramente

-Na..Natalie...- dijo Esmeralda en voz baja- debo irme...-se dio la vuelta y camino rápidamente justo cuando iba a dar la vuelta en la esquina de la calle, sintió una mano deteniéndola-

-No te vayas Esmeralda, por favor no me dejes-Natalie no sabía por qué la había detenido, pero lo hizo

Esmeralda no podía creer lo que estaba escuchando, la mujer que tanto amaba, con la que tenía planes de matrimonio, que descubrió que ya estaba casada con otra, ¿le estaba rogando por que se quedara a su lado? Ella solo detuvo su caminar y se quedo ahí parada dispuesta a escuchar lo que Natalie tenía que decir

-Te explicare todo lo que está pasando aquí por favor ten paciencia, este no es un buen lugar para hablar de esto, vamos al parque que está aquí cerca- dijo Natalie tomando del brazo a la inmóvil mujer la cual ni siquiera miraba

Esmeralda solo asintió con la cabeza y dejo que Natalie la guiara, en el camino Esmeralda iba aguantando las ganas de romperse en llanto, de pronto un sentimiento de enojo la invadió por completo justo antes de hacer o decir algo, Natalie la saco de sus pensamientos

-Hemos llegado, Esme...-la interrumpió la rubia con una gran bofetada que le hizo voltear bruscamente, ella no hizo nada más que sobar su mejilla roja en la cual había sido golpeada

-¿Cómo pudiste hacerme esto?! Yo te amaba... di todo por ti N-Natalie...-articulo la mujer y contuvo su llanto con mucha dificultad, el amor de su vida la había traicionado

-No es lo que parece... amor, es que yo... yo estoy casada con Marcie –dijo con dificultad- hace mucho tuve una pelea muy fuerte con ella, fue el día que te conocí, estaba muy triste y enojada por lo que había pasado con Mercie, pero te conocí a ti y fue amor a primera vista, después seguimos frecuentándonos y me enamore mas de ti, yo iba a divorciarme de ella un mes después de que te hiciste mi novia, pero su padre me tenia amenazada y no me dejaba hacer nada, todo eso porque nuestros padres tenían un acuerdo de fusionar sus empresas para así ser más poderosos y como ninguno tuvo un hijo varón no les importo que ambas fuéramos mujeres con tal de que sus empresas fueran exitosas ellos estaban bien

Esmeralda escuchaba con asombro y con sufrimiento en su corazón, no podía creer lo que estaba pasando, pero se mantuvo ahí parada sin decir nada hasta que al fin dijo

-¿Y porque me mentiste? Me tuviste como estúpida a tu lado, enamorada ciegamente de ti, pensando que yo era la única para ti aunque me trataras fríamente en veces-apretó los puños y desvió la mirada un poco para ocultar las lágrimas que rodaban por sus ojos-

Esmeralda ya no sabía que más decir, tenía tanto que quería reclamarle a Natalie pero las palabras simplemente no salían como ella quería, apretaba sus puños con fuerza sin parar de llorar, estaba totalmente ansiosa y quería irse inmediatamente de ahí, no saber nada más de nada, podía sentir como el mundo giraba a su alrededor, pero ella simplemente se sentía ausente y gris.

Esmeralda...-dijo Natalie al ver como la chica lloraba sin consuelo- lamento mucho el que estés pasando por todo esto, en verdad que nunca quise lastimarte, solo que me enamore de ti y después las cosas se me salieron de las manos, yo...

Cállate- dijo Esmeralda interrumpiéndola- no quiero saber nada más de ti, vete con tu esposa y olvídate de mí que yo a partir de hoy olvidaré quien eres, me lastimaste más que nadie en todo el mundo- al decir estas palabras Esmeralda pudo sentir como si su corazón cayera hecho pedazos cual cristal roto, sentía como la garganta se le cerraba-.

Natalie se quedó totalmente sorprendida, no esperaba esa respuesta, estaba tan acostumbrada a que Esmeralda le perdonará todo e hiciera todo lo que ella decía, sintió como sus lágrimas rodaban por sus mejillas, eran lagrimas calientes que pareciera le quemaba la piel al momento en que caían- Esmeralda por favor, no me digas eso... yo Te amo...- en ese momento escucho unos gritos a lo lejos que decían su nombre- ¡Natalie! ¡¿Natalie como pudiste?! –era Marcie que venía hecha una fiera por lo que había sucedido y peor aún Natalie había corrido tras Esmeralda dejándola a ella en el restaurant, al escuchar los gritos Natalie giro su mirada para ver a Marcie, Esmeralda no pudo más salió corriendo de ahí sin mirar atrás, escuchaba como Natalie le gritaba que no se fuera pero al mismo tiempo podía escuchar a Marcie reclamándole y llorando.


Descubriendo un Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora