Pactos

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M.B.

Changnat. Ese apellido me sonaba. Y no como la familia de uno de los empresarios más ricos del país. No. Había escuchado ese nombre gracias a mi madre. Por su labor como periodista estaba en contacto con todo lo que sucedía en la ciudad y, siendo un lugar tan chico, algunos casos graves suelen llamar mucho la atención. Hacían ya 7 años de ese caso, lo recordaba claramente por la persona involucrada, porque a un niño hay que no se le olvidaban. Estábamos frente a esa máquina, un lujoso BMW X6 (o eso susurro Kev a mi oído) pero ese nombre me llamaba más la atención. Debía preguntarle si era ella.

Pero a penas pensarlo Flor me agarró del brazo y negó con la cabeza con mirada suplicante mientras, para simular, dijo_ ¿Qué esperan para subirse?

Por unos segundos tuvimos una lucha de miradas, pero terminé cediendo a su deseo. Al menos por el momento. De todos modos no era un tema para hablar a la ligera, y ella misma ya había admito la veracidad. Fui hacia la parte trasera del vehículo y subí atrás donde ya estaba sentado un muy alegre Kevin. Cuando cerré la puerta una mujer al volante saludó con un dulce _ Hola chicos, es un gusto verlos después de tanto tiempo. _ la cara de confusión de los dos fue suficiente para que agregara_ Aunque supongo que ustedes no me recordaran, eran apenas unos bebes cuando los vi por última vez. Ahora están hechos todos unos hombres._ y se dio vuelta para saludarnos con un beso a cada uno.

Al ver su cara la reconocí, esa adolescente de rizos castaños y ojos verdes con pecas en la cara posaba junto a mi Diana y la madre de Kevin en una vieja foto de su graduación. A pesar de que ahora su rostro estaba surcado con algunas arrugas y se notaba el paso por el cirujano en otras partes de su cuerpo aún podía identificarla. Ella había sido compañera y amiga de mi madre pero cualquier pregunta luego de esa respuesta lograba que cambiara de tema inmediatamente.

_ Chicos ella es Victoria, mi madre. _ dijo de mala gana la morocha. _ Mama ellos son Kevin Y Marcos, aunque al parecer ya los conoces.

_Lo que pasa es que sus madres y yo fuimos compañeras de secundaria y muy buenas amigas, pero luego conocí a tu padre y ya sabes cómo es la vida de una mujer casada hija, una se va alejando lamentablemente.

_No te pedí ninguna explicación_ la interrumpió cortante su hija_ ¿Nos puedes llevar a casa?, no hemos comido en todo el día, y de paso Marcos necesita bañarse.

Al decir eso la mujer me vio mejor y sus ojos se abrieron como platos

_ ¡¿Pero qué te ha pasado niño?! _ exclamó horrorizada.

_ Se cayó y golpeó su nariz, nada importante. _ mintió con categoría Florencia antes que yo pudiese siquiera reaccionar. Al lado mío Kevin se movió nervioso mientras remangaba la única manga de su remera para simular su rotura. Ahora que pensaba no había visto su arma en todo este tiempo.

_ ¡Ay Dios! Hay que ser más cuidadoso, con la cantidad de sangre pareciera que mataron a alguien... _ suspiro para calmarse_ Está bien, vamos a casa.

La casa de los Changnat se encontraba en las afuera de la ciudad, pero no sabía dónde se encontraba precisamente. El viaje en auto fue realmente breve y entre charlas tontas llegamos a la entrada de uno de esos elegantes y caros barrios privados. Con solo ver el frente basto para sentirme intimidado. Todo el exterior estaba rodeado por un muro de vegetación lo suficientemente frondoso para evitar que se viera el interior del lugar y el acceso contaba de dos portones, una de salida y otra de entrada, y un pequeño cuarto donde dos guardias de seguridad estaban sentados observando unos monitores. A la izquierda del vehículo, del lado del conductor, se encontraba un intercomunicador que Victoria presionó cuando llegamos.

Guardianes"Elemental" Parte 1: "Unión"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora