Decepciones

2.8K 197 11
                                    

Esa tarde la tensión era inevitable, dispuesto a intentar no enloquecer por los nervios que le causaba que Hermione, su Hermione fuera a visitar aquella casa de pelirrojos entre los cuales se encontraba el desgraciado que había sido alguna vez su prometido, además del "Héroe del mundo mágico" que alguna vez había sido su mejor amigo y que también la defraudo al no decirle que su prometido la engañaba.

La inseguridad y lo celos están haciendo mella en su sistema e intentaba a toda costa mantenerse lo suficientemente cuerdo para no ir en su busca y arruinar la confianza que estaban construyendo poco a poco en su relación.

Tenía apenas una hora que su mujer se marchara y el no encontraba un segundo de paz. Al principio se consoló con la compañía de Sebastián, pero cuando este se quedó dormido no quiso contagiarlo de su estado de ánimo y lo dejo descansar en su cuna.

Tratando de mantener su mente ocupada para dejar de pensar tontería, se adentró en el trabajo que tenía pendiente. Desde que se casara con Hermione había decido que lo mejor era hacerlo desde la mansión que había pertenecido a los Nott para estar al tanto de ella y su hijo, ya que ninguno de los dos podía cambiar de domicilio sin el riesgo de que Catherine se aprovechara de ese simple hecho para despojarlos de sus bienes.

Desde el mismo momento que Theodore le hizo prometer que cuidaría a Hermione y a Sebastián, se comprometió a darle un giro completo a su vida. Dejo la vida disipada que llevaba para enfocarse en tener una estabilidad que pudiera proporcionarle a la mujer e hijo de su mejor amigo.

Los negocios de la familia Malfoy quedaron a cargo de Draco desde que su padre fuera condenado por sus crímenes y a pesar de tener la responsabilidad de sacarlos adelante no se preocupó lo suficiente, se conformaba con mantenerlos a flote sin preocuparse realmente en mejorar o hacerlos crecer, sin embargo, todo eso cambio.

Los pocos meses que logro sobrevivir Nott, Draco se encargó de poner en orden las empresas familiares para consolidarlas a las de su amigo cuando estas estuvieran en óptimas condiciones. Le fue difícil en un principio acoplarse a los ambiciosos planes que se había fijado, pero con empeño logro conquistarlos.

Por supuesto que no era necesario en realidad acrecentar sus enormes arcas, pero en el fondo deseaba que Hermione se diera cuenta que había dejado de ser el muchacho inmaduro que había sido cuando arruino su relación. Quería que se sintiera orgullosa de el y poderle dar todo cuanto quisiera por sus propios medios.

Sentado tras su escritorio pensaba en Hermione y en cuanto habían cambiado las cosas en los últimos meses, era agradable darse cuenta que por fin tenia una verdadera familia. Con ese pensamiento trato de alejar los fantasmas para concentrarse en los documentos que necesitaba analizar sobre una nueva propuesta de negocios.

Logro concentrarse lo suficiente como para no escuchar que la puerta del despacho se abrió para dejar entrar a una invitada inesperada.

Tardo algunos minutos darse cuenta que no se encontraba solo, pero sin duda la sensación de sentirse observado lo hizo levantar el rostro de los pergaminos que analizaba para encontrarse de frente con el sueño de muchos hombres hecho realidad.

Catherine fijaba sus ojos hambrientos en Draco, de la misma manera en que un predador observa a su presa, aunque lejos de quererle hacer daño, ella estaba más que dispuesta a concederle cualquier capricho que tuviera.

Era hermosa en realidad, muy hermosa para su propio bien o su cordura y solo iba cobijada por la desnudez de su tentador cuerpo, unos zapatos de tacón alto y en la mano una botella de vino y dos copas de cristal.

Draco la miro con calma sin mostrar ningún signo de verse afectado por su presencia. Fue inevitable que sus ojos la escanearan como si estos tuvieran vida propia.

Entre Dos SerpientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora