Lo supe por los mechones que salían de su gorro de chaqueta.
Se veía muy molesta. Quise ir hacia ahí, pero después me metería en problemas. Que más da!Me dirigí a la puerta y apenas puse un pie, las gotas empezaron a caerme encima.
Justamente al lado estaban las gradas, cubridas por un techo. Me senté ahí y empecé a ver como jugaba. Las otras clases empezaban en una hora, así que tenía tiempo.Se le veía enserio furiosa. Y cada vez que no lograba meter la pelota en la portería, se molestaba
Me acerqué a la portería aunque me mojara.
-¡¿Qué estas haciendo?!- gritó por la distancia.
Y pude reconocer esa voz.
-Si estas tan molesta, golpeame!- le grite de vuelta. Lo se, estoy loco.
-¡¿Estas loco?!
-Sólo hazlo.
-No!
-Hazlo.
Se alejó de la pelota para luego correr a ella y patearla. Vi la pelota en cámara lenta, imaginándome como sería mi funeral, porque estoy muy seguro que me golpeara.
Pero no.
No lo hizo, la pelota salió de la portería.
Ella gritó y luego se sentó en el césped frustrada, escondiendo su cabeza entre sus brazos. Me acerqué a ella y yo igual me senté en el césped.
-¿Estas bien?- ella levantó la cabeza para mirarme pero la volvió a esconder rápidamente- Se.. Se que eres tu, Raquel.
Ella no hizo nada.
-¿Estas... Bien?- volví a preguntar.
-No importa, Lucas, en serio. No tengo nada.
-No creo eso. Vamos, dime, puedes confiar en mi- ella al principio dudo en responder, pero al final lo hizo.
-Mis padres... Ellos dicen que tal vez, se separen, pero las personas "tal vez" no se separan. No saben lo que van a hacer, y cuando pelean siempre me entrometen en sus peleas y me vuelvo loca- una lágrima salió de su ojo lo cual pude diferenciar por la lluvia.
-Hey, no llores- ella sonrió y desvió la mirada viendo hacia al frente- A veces siento que mi papá no me quiere- ella me volvió a mirar- No se preocupa por mi. Pero ellos nos aman, sino, no nos hubieran tenido... No?
Ella asintió y otra lágrima salió de su ojo, no le di tiempo de deslizar su mejilla, la quite rápido.
-Gracias- sonrió.
Nos quedamos en un silencio, viendo hacia al frente.
-Lo siento- dije- Siento... Haberte besado frente a Manuel. Sólo... Lo hice sin importar lo que tuviera alrededor, y fue mi error.
-Esta bien- sonrió- No fue nada, enserio.
Sonreí yo igual.
-¿Puedo preguntar... Donde esta Manuel..?
-El... El esta en.. En Venezuela- otra lágrima salió pero se la quito rápido- Tuvo un problema, y tuvo que volver.
Asentí.
-¿Y también estas triste por eso?- asintió- ¿Por qué?
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Una Mirada Lo Dice Todo
Teen FictionCon una mirada sabrás lo que siente. Puede ser enojo. Felicidad. Amor O... Decepción. Y así será. No hará falta palabras sólo miradas. No se permite la copia de este libro.