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《Rose》

—Buen día Rose —saluda Ginger cómo todos los días— ¿cómo estuvo tu fin de semana?

—No muy bien, he pescado un resfriado brutal —limpio mi nariz con la servilleta— espero no infectar a los niños me sentiría muy mal si eso sucede.

—Sólo usa mucho antibacterial y verás que no serás la portadora de un virus mortal —la pelirroja me sonríe y toma sus cosas—nos vemos en la sala de maestros para el almuerzo. Suerte —se despide y desaparece del  aula para profesores.

Hago lo mismo que ella y camino hasta el salón correspondiente. Los niños están jugando y otros simplemente durmiendo en sus pupitres. Venir a la escuela un lunes en la mañana no era lo mejor.

—Buenos días niños —dejo el material que utilizare este día y sujeto el gis— siéntense y saquen su libreta de cuadros que vamos a iniciar la clase.

Por suerte los pequeños obedecen y en menos de un minuto ya todos están listos para entender el nuevo tema.
Sin embargo soy interrumpida por Darcy quién viene agitada y tiene el cabello desordenado.

—Maestra Rose, mi papi se durmió, lo siento si llegué tarde —sus ojos brillan y se que está a punto de llorar— no me deje afuera, por favor.

Suplica la rubiecita y sólo asiento. Brinca dos veces y corre hacía su asiento.

—No volverá a suceder —la voz de Harry me aturde y no me había fijado de su presencia. Muy pocas son las veces que se les permite a los padres entrar a la escuela.

Me acerco hasta a puerta, para no tener que alzar la voz cuándo hable con él.

―Eso espero señor Styles. No quiero que usted sea la causa del bajo rendimiento académico de Darcy ―veo con más detalle su rostro y puedo notar que su nariz está ligeramente roja.

―Al parecer igual tuviste un resfriado, deberías cuidarte más ―lo dice en tono de burla, sólo reviro los ojos.

―Sí no me hubieses lanzado a la piscina estaría perfectamente sana ―lo apunto con mi dedo y le hago una señal de que debe irse― no llegué tarde por su hija

Muerde su labio y pasa la mano por su sedoso cabello.

―Es lo que menos haría.

Giro sobre mis talones y continúo con la clase.

[...]

―Debes apurarte si no quieres ser la última en irte ―advierte el director Jefferson― ya van a cerrar la escuela, recuerda que el velador es algo amargado.

―Sí, sólo guardo unas cosas y me iré.

―De acuerdo, nos vemos mañana señorita Rose.

―Cuídese.

Sus paso comienzan a hacerse menos fuertes hasta que ya no puedo escucharlo.

Miro la hora en mi reloj y son las 2: 55 de la tarde. Así que guardo con rapidez mis cosas y cuelgo mi bolso en el hombro. Saco las llaves del coche y estoy a punto de salir al estacionamiento, hasta que veo a una pequeña rubia sentada en los escalones de la entrada. Frunzo el ceño, sin dudarlo me acerco hasta ella y me percato de que se trata de Darcy.

―Mi amor, ¿Qué haces aquí? ―le doy la mano para que se levante y sus ojos están rojos e hinchados.

―mi papi se olvido de mi ―y termina por llorar de nuevo. L atraigo hacia mí y le doy un abrazo.

―Ven, yo te llevaré a casa.

La tomo de la mano y salimos al estacionamiento. Por suerte ya tenía mi vehículo de nuevo conmigo. La coloco en el asiento del copiloto y le pongo el cinturón de seguridad, rodeo el coche y me monto en el.

―Me gusta mucho su auto.

―Gracias princesa.

Doy reversa y salgó de ahí. Tenía pensado pasar a visitar a Lou pero con este percance no creo que me dé tiempo. Enciendo la radio e Iggy azalea está sonando.

―Mi papi tiene una obsesión con el cuerpo de esa chica ―dice Darcy y comienzo a reír.

― ¿cómo sabes eso?

―El tío Liam me lo dijo, bebió mucha agua ese día ―relaciono el agua con el alcohol y me sorprende que la inocencia de la niña aún permanezca intacta.

―Los adultos dicen muchas cosas tontas cuándo toman mucho alc- agua.

―Pero a mí me gusta mucho el agua y no me pongo cómo los adultos ―sonrío en su dirección y cambiamos de tema, hasta que llegamos a su casa.

Estaciono frente a su casa y puedo ver un coche en el garaje. Bajo a Darcy de mi vehículo y cruzamos para llegar a la puerta de su casa.

Toco el timbre y espero a que alguien atienda.

― ¡Voy! ―grita Harry del otro lado. Y el enojo comienza a brotar en mí. Maquino las miles de palabras que tengo preparada para decirle a este hombre.

La puerta se abre y los parpados de Harry se expanden en su máxima expresión.

―Papi ―corre Darcy a los brazos del hombre irresponsable― ¿Por qué no fuiste por mí? ―hace un puchero y me sensibilizo con la escena que estoy presenciando.

―Princesa yo- lo lamento tanto ―besa su frente y esconde los mechones sueltos― no me fije de la hora y dios, lo siento.

―Te quiero papi ―lo abraza y besa su mejilla.

―Señor Styles, necesito hablar con usted.


Red Apple |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora