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«Harry»

― ¿Algo más que quieras agregar a tu declaración? ―pregunta el policía, sólo niego y él se retira. Gruño cuándo la enfermera presiona con fuerza la bolsa de hielo en mi ceja rota.

―Estarás bien ―sonríe y comienza a escribir en su tabla de madera― te recomiendo que compres algunos analgésicos para el dolor y mantente alejado de los problemas ―estalla a carcajadas y las altas ganas de decirle un par de groserías pasan por mi mente.

Desde lo lejos, puedo ver a Rose preocupada. Mantiene en sus delicadas y delgadas manos una taza de café y encima de su cuerpo una manta que la cubre del frio, aun cuando estamos dentro de su casa.

Los agentes de la policía, junto con las enfermeras salen de la propiedad, hasta que quedamos solos de nuevo.

Me levanto del sofá y un mareo me invade, Rose ve mi tambalear y corre a mi lado con rapidez.

―Harry no debes pararte tan bruscamente ―me regaña― debes cuidar de tus heridas.

Se sienta a mi lado y es cuándo la mirada viaja por toda la sala de estar, que debido a la pelea con su ex es que ha quedado destruida la mayoría. Los pedazos de lámpara descansan en el suelo y los muebles rasgados no dan un buen aspecto a la casa.

―No debiste haberte enfrentado a él ―dice susurrando. Suspiro y cierro los ojos para recordar el aparatoso incidente.

«Flash Back»

― ¿Rose? ¿Estás bien? ―camino junto con ella y de inmediato veo cómo sudor frio comienza a resbalar de su frente― Hey cálmate―sujeto sus hombros pero ella tapa mi boca.

― ¡Joder Rose! ¡Ya escuche que estas ahí! ¡Abre de una vez! ―el griterío provenía de un hombre que deduciendo podría estar más que borracho.

Continua con su incesable golpeteo y Rose me abraza, intentando que la defienda del idiota que está detrás de la puerta.

Con ella en mis brazos retrocedemos unos pasos, hasta que caigo en cuenta de que soy un hombre fuerte y valiente. Sí quiero conquistarla debería demostrarle que puedo ser su caballero de brillante armadura y detener a cualquier dragón que quiera herirla.

― ¿Quién es? ―pregunto apartándola y fijando mis ojos a los de ella. Hace una mueca y parece que la pregunta la ha tomado por sorpresa, sin embargo me responde al poco tiempo.

―Jason, es mi ex novio ―responde con la mirada aterrada. No sé su pasado con esta persona, pero puedo deducir que este hijo de puta le hizo mucho daño, más de lo que puede soportar.

―Iré a hablar con él ―suelta mi torso y se aleja. Niega varias veces, pero no doy tiempo para alguna excusa y la esquivo para abrir la puerta e impactarme con la imagen.

El hombre media lo mismo que yo, pero claramente tenía más edad. Lo ajustado de su chaqueta decía que tenía un cuerpo corpulento. Sus ojos irradian furia y la vena exaltada de su cuello hace que luzca más intimidante de lo normal.

―No sé quien seas, y sinceramente no me importa. Sólo quiero que te vayas... ―pero las palabras quedan al aire al sentir su puño pegar directo en mi mejilla.

Mi cuerpo cae directo en el suelo y el ardor comienza a sentirse en esa área. Rose grita, y el sujeto se posiciona encima de mí, impidiéndome moverme. Sus puños van directo a mi rostro uno tras otro, gruño de dolor y algo caliente comienza a resbalar a la altura de mi ceja.

― ¡¿Por esto me cambiaste?! ―le grita a la temerosa chica que no sabe qué hacer― ¡¿Me terminaste por esta mierda?!

Cuándo veo un momento de distracción por su parte, doy un golpe a su ojo y es que logro quitármelo de encima. Lo sujeto del cuello y lo aporreo a la pared, sin embargo el control que tengo no dura mucho y soy lanzado hacia el esquinero, donde una lámpara impacta contra el suelo.

― ¡Jason vas a matarlo! ―Rose esta histérica y la veo de reojo llorando.

Los golpes que provoca en prácticamente en todo mi cuerpo me deja luchando por mi vida en el frio suelo. Puñetazos, patadas, y más patadas en mi estómago. Me sentía un saco de boxeo y debía admitir que el tipo aparte de loco me superaba en fuerza. La vista comenzaba a nublarse y lo último que recuerdo es el sonido de las sirenas llegando a la casa.

«Actualidad»

―Pudiste haber muerto, lo sabes ¿no? ―achina sus ojos hacía mi y asiento― gracias a dios no sucedió eso ―sonríe y entrelaza su mano con la mía.

― ¿Ya pasó la tormenta?

―Sí, ya está mejor el clima ―se levanta y cruza sus brazos― será mejor que vayas a casa, Darcy debe extrañarte.

No pienso en que indirectamente me está sacando de su casa, pero igual es hora de irme, no quiero que piense que soy un estorbo o que quiero asfixiarla con mi presencia. Cómo puedo me pongo de pie y veo de nuevo todo el desastre que es su casa. Rasco mi nuca incómodo y nota lo culpable que me siento por dejar su casa en esas condiciones pero sólo responde con los hombros elevados.

Cuando estoy en la puerta, doy media vuelta y plasmo mis labios en su frente. Sus mejillas se colorean rojas, sin embargo se coloca de puntillas para intentar alcanzar mi altura y besa la comisura de mis labios. Un jodido cosquilleo se instala en mi estómago y me siento un puberto de nuevo.

Me despido y subo de nuevo al coche, para sólo reir y ver algo positivo de este día tan loco.


Red Apple |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora