Prólogo

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Las lágrimas se amontonaban en mis ojos al cruzar desesperada la puerta de entrada.

- Es solo parte del agua que reserva mi cuerpo para expresar una emoción -me dije a mí misma, no me ayudaba, daba igual lo que pensara.

Empezó a llover levemente, ese tipo de lluvia ligera que te empapa lentamente; y comencé a revivir toda la situación. Cogí la bicicleta. Pedaleé demasiado rápido a través de un charco.

Abandoné el camino del bosque.

Y entonces pasó.

El Camino del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora