XIII

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Las voces se fueron por un tiempo,

Y si no lo hacían ella las ignoraba,

Al igual que ignoraba sus lágrimas,

E ignoraba el dolor alojado en su pecho.

Al igual que ignoraba la vida.

Y la muerte.

Pero un día no aguantó,

Y las lágrimas cayeron,

Y el dolor se expandió,

Y la vida pasó,

Y la muerte... La muerte se acercó,

Pero no lo suficiente.

Victoria explotó,

Ellas le dijeron que lo haga,

Y lo hizo,

Como siempre,

Esclava de su mente, esclava de sus promesas.

Sumida en la presión de un recuerdo promiscuo.

Sin ganas de seguir,

Sin valor para parar.

Ella no quería hacer lo que las voces le decían,

Pero ellas se lo repetían,

Y hablaban,

Y gritaban,

Y la lastimaban.

Fuerte y sin piedad.

Obligándola a gritar,

Obligándola a enloquecer,

Aunque claro,

Ellas ya la habían enloquecido.

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