Capítulo 2

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* 1 semana después*

Narra Camila

la visita de Ally me había dejado una ligera sensación de esperanza. Los días eran mas llevaderos y de cierta forma, un tanto tranquilos-me dejaron de aparecer las pesadillas- y simplemente me limitaba a observar como las cosas pasaban.

Ya no me preocupaba el tiempo, lo único que ansiaba era volver a ver una cara conocida, aunque sea el de mi vecino,  o la vieja chismosa de la esquina.

-Buen día!-sonrió maliciosamente- hoy tenemos una rica y nutritiva avena expirada-declaro con ironía

-Oh gracias... pensé que seria la misma mierda de ayer- le guiñe el ojo, y ésta casi escupe en mi plato cuando me lo pasa

Lo siento, a veces me quedo pensando y dejo de mencionar las cosas. Esa señora es la cocinera de aquí, por lo general trata de hacerme la vida imposible a la hora de comer, pero nunca lo consigue, total mi vida más arruinada no puede estar.

En fin... me siento en una de las esquinas del gran comedor, por dos cosas; la primera es que entre menos te conozcan, mejor. La segunda es supervivencia básica, ya que cuando hay una pelea, estar en una esquina te da mas tiempo de correr y no ser molida a golpes.

Una vez que termine mi "comida", deposite mi plato en el lugar de los platos sucios  y me dirigí hacia mi "habitación". Cuando de pronto un gran cuerpo se paro frente a mi y corto mi paso.

-La jefa te quiere ver-me dijo de manera despectiva

-No quiero problemas...-respondí tranquilamente aunque en mi interior me estaba muriendo de miedo

-La jefa quiere hablar contigo-sabia que tenia que sonar dura, entonces no se de donde saque coraje y le respondí-

-No sabia que aquí funcionaba una empresa, y mucho menos que existe una jefa-dije seca, tal vez se me paso la mano-

-JA, JA ,JA mira que chistosa nos saliste-dijo agarrándome el brazo-

-Es en serio, no quiero problemas-dije intentando soltarme

-Si no quieres problemas, tú solo coopera-dijo, y me arrastro hacia la salida.

Caminamos por un buen rato, hasta el lugar donde me llevo, estaba muy lejos de donde yo vivía. Todo era distinto, hasta se podía decir... ¿lindo?. La gente me miraba sin expresión alguna en su rostro, todo era muy extraño. Me metieron en una especie de ¿oficina?, donde todo era muy sofisticado, tenia las paredes blancas con muchos cuadros, sin mencionar la gran cantidad de libros que había en los estantes. Todo estaba amoblado y se podía distinguir el olor a vainilla.

-Aquí estamos jefa-carraspeo su garganta y me soltó

-Bien...-la silla que estaba atrás del gran escritorio volteo lentamente- Así que eres la nueva?-Dijo con la voz raposa y mirándome intensamente con esos ojos de gato

-Te importa?-dije en tono desafiante y ella negó con la cabeza 

-En verdad no sabes donde estas pisando-lanzo una carcajada

-No, y la verdad quiero salir de aquí-respondí cortante

-Sabes cuantas personas tienen la oportunidad de pisar este lugar?-inquirió con cierta ironía

-No, no lo sé y tampoco lo quiero saber. ya suficiente tengo con lo que me toca-dicho eso, me dispuse a abandonar del lugar

-No es tan fácil como piensas- dijo tomándome de la muñeca

-Déjame y suéltame!-grite y me zafé de su agarre

-Tienes que decidir-me contesto tranquilamente

-De que estas hablando, loca?-ella empezó a reír

-Debería de darte una paliza para que aprendas a respetar

-Y por qué no lo haces?-ok, creo que me pase

-Quieres que lo haga?-dijo visiblemente molesta

yo solo baje la mirada y no dije nada, estaba cagada de medio, pero a la vez no. No sé si era porque ella no parecía pandillera, o porque realmente parecía una empresaria exitosa, y ademas era muy bella. Aunque no me tome el atrevimiento de verla mucho, jamas me imagine que alguien así este en un lugar así.

-Eso pensaba, ahora solamente necesito que elijas de que lado estarás-dijo sonriéndome

-Me puedes explicar de que me estas hablando, por favor?-pregunte calmadamente

-Bien... tienes que saber que en este lugar hay tres bandos, a los cuales se lo denomina por puntos cardinales-me explico serenamente

-Qué se supone que es eso?-sinceramente no entendía un carajo de lo que ella decía, y ya me estaba cabreando

-Me gusta tu actitud,-sonrió- debes saber que nosotros somos los mejores de aquí, y si quieres que nadie te moleste, ya sabes donde tienes que estar-dijo sentándose en su sillón

-Lo únicos que me están molestando son tú y tu grupo de empleados-aproveche que ella se sentó y me dirigí hacia la puerta, cuando la abrí...-

-A donde crees que vas?-me dijo aquella chica que me había traído

-Déjala,-se escucho la voz de aquella mujer- muestrale los tres puntos cardinales

Salimos afuera, la chica ya no me estaba agarraba, simplemente me dirigía. me entrego una gorra para que me pusiera. No sabia porqué carajos no estaba corriendo lejos de esa gente, pero algo me decía que no debía hacerlo.


Leyes del Amor (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora