Leyes del Amor (Camren)

Capítulo 5

*Tres Días después*

Las cosas marchaban bien últimamente, ahora tenía una compañera que aunque no la conociera, me hacia reír y, de cierta forma, sentirme alegre. Mery era buena chica, eso lo que supe desde el principio. Su mirada era diferente de las otras personas, se preocupa por mi y además está igual de asustada como yo con respecto a este lugar.

Ambas nos cubríamos la espalda. En estos tres días nadie nos molesto, ni se dijo nada con relación a lo que pasó.

-Qué vas a pedir hoy? –me pregunto Mery, a lo que respondí con una sonrisa irónica

-Pues no lo sé... el menú está muy variado. Tenemos desde ensalada de tomate podrido, hasta filete de menudencia de vaca. Por cierto... casi me olvido del pudin de queso rancio –empezamos a reír y la cocinera nos empezó a mirar mal

-Deberían de aparecer esa gente de la Unicef a cerrar este lugar por darnos de comer este intento de comida

-Unicef? Loca, eso es de los niños- empecé a reírme de ella- pero al menos es comestible, así que ni quejarnos podemos

-Se siente extraño, no?

-Qué cosa?

-Tu vida de ahora

-Por qué lo dices?

-Por tu vida de antes

-Qué tiene eso?

-Eras rica... por lo que deduzco que comías los manjares más ricos del mundo, y ahora tu vida se reduce a comer un puré extraño de color gris

-Cómo sabes que era de plata?

-Por todo tú.

-Yo...?

-Sí, tú. Tú piel, blanca y suave, tu forma elegante de caminar, tus gestos de educación, la vida que te pasas añorando mientras miras el cielo

-No sabía que eras tan perceptible

-Siempre me subestiman, pero cualquiera que te ve, se da cuenta que tú no perteneces a este lugar

-Si vamos al caso, tu tampoco perteneces a este lugar.

-Yo sí, y no me preguntes el porqué

-Está bien...-su mirada se calmo cuando di por terminado ese tema- pero respondiendo a tu pregunta, sí, llegue a viajar a Europa solamente para comer algunos platillos, y aunque no lo creas, para mí la comida de este lugar es lo de menos, más allá de todo, la comida es comida. Que decirte

-Supongo...

Me regalo una cálida sonrisa y nos fuimos a sentar a nuestra esquina-sí, ella también tenía el instinto de supervivencia-. Todo se complicó cuando las mismas chicas que nos habían golpeado, se acercaron nuestra mesa y escupieron en la comida de Mery.

-Así está mejor, perra... -empezó a reír

-Qué te pasa?! -le grite, levantándome de mi asiento

-Camila, vayámonos de aquí –me dijo Dinah despacito, agarrándome la muñeca

-Sí, eso, corre nueva -le toco el hombro a la otra y se mataron a carcajadas. No sé cómo, pero agarré el plato de Dinah y se lo arrojé al rostro

Y así, las dos se abalanzaron contra mí. Cobardes

Dinah se levanto de inmediato y vino a mi rescate. Todo el comedor nos rodeo y empezaron a reírse y a aplaudir. Esta vez sí pude defenderme, puesto que tenía más confianza y pude propinar unos cuantos golpes. Hasta que llegaron otras dos y, para mi sorpresa, era la chica que me había mostrado los puntos cardinales. Entonces la jefa era la que...

No me dio tiempo de pensar, pues las dos que vinieron, rápidamente tomaron a la que me estaba golpeando y la llevaron lejos de mí. Y casi en un parpadeo, dos policías entraron y todos corrieron. Pero para mi mala suerte, ellas nos llevaron a Dinah y a mí

-Tú de nuevo?- su rostro denotaba furia, supongo que vino la jefa de los guardias- ya te salvaste la primera vez. Esta vez no –acto seguido, me golpeó. Todo se puso negro

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Diablos, no veía nada, todo era oscuridad. Podía escuchar la fuerte galopa que llevaba mi corazón. Por un momento pensé que estaba muerta, mas luego escuché una voz familiar. Venía de un lugar cercano, porque se escuchaba con bastante claridad

-Ya te dije que no es problema, tu solo pásame el monto y te lo pago-se oía fastidiada

-No es tan fácil, es la segunda vez, y para el colmo en el comedor. Sabes que eso no puedo permitir, si alguien se da cuenta de que lo que hizo no tuvo castigo, muchas se levantaran, y por más que tú lo quieras, en este lugar se tiene que respetar las reglas, es así de fácil. Esto se respeta y es mi última palabra

-Estás segura de lo que dices, sabes con quien hablas? - de fastidiada pasó a desafiante

-Lo sé, y tu también sabes quién soy yo -la otra voz empezó a reírse- ríete, pero tu cabeza no es la que rodara si es que pasa algo en este lugar

-Y eso a mí qué me importa? Es tu problema, no el mío

-Entonces controla a tu gente

-Lo hago, son esas otras estúpidas del Oeste quienes no respetan a mi gente.

-No quiero saber sobre eso. -dijo seca- Solo te advierto que no quiero que hayan más peleas, el año pasado casi se matan entre ustedes.

-Nosotros no participamos, y lo sabes.

-No, no lo sé, y como te dije, no quiero que vuelvan a exponernos de esa manera.

-Descuida, esta vez marcamos algunas reglas que hacían falta. Dimos nuestra palabra, pero como no quisiste participar, nadie velo por tus intereses

-Aunque no lo creas, guardo un poco de ética aún. Haber participado de esa reunión me hubiera sacado la poca dignidad que poseo- se escucho una sonora carcajada

-Lo que digas...

-Sabes que en cualquier momento esto puede cambiar, nada es seguro.

-Sí, pero de todas formas, y aunque el presidente de los Estados Unidos viniera aquí, no va a cambiar nada de lo que hago. El dinero es lo que manda, y eso SI que lo sabes

-Espero que no te caigas...

-No lo haré. Ahora algo más que me quieras decir?

-Sí, maneja a tu gente.

-Esto no escapo de mi ojo, sabía que le iban a volver a molestar, porque no creerían en lo que se les advirtió. Ahora ya mande a mi gente de verdad a dar una lección, y no te preocupes, nadie se va a enterar de eso

-eso espero, pero me extraña que no le hayas dicho a esta chica que no se tiene que pelear en lugares públicos

-Lo sé... pero no te preocupes me encargare de que no se vuelva a meter en problemas

-Esta vez te saldrá caro, lo sabes

-Sí, lo que sea. Ya puedo llevarla?

Silencio.

Mi cuerpo se entumeció cuando escuche el sonido de pasos acercándose. Quien era la mujer que estaba pagando por mí, y pero aun, me quería llevar. Comencé a llorar fuertemente, me dolía todo el cuerpo y encima tenía miedo.