Capítulo 8

5.1K 230 1
                                    

Narra Kevin

Pude sentir el miedo que me tenía, no reaccionaba cuando se lo pedía pero no se quejaba de lo que le hacia, unos de mis deseos sexuales los practique con ella, después de todo no se quejaba de nada, le había echo cosas prohibidas que en mi vida había experimentado más que en sueños y viendo pornografía mientas me masturbaba y es que aunque muy seguido pagaba por servicios ninguna me llegaba al brinco y me satisfacía lo suficiente, quizás me sentía satisfecho con ella por lo estrecha que aún se sentía pues por lo que me di cuenta cuando la penetre era virgen y esa sensación fue más que espectacular, no me lo esperaba y con eso había quedado satisfecho pero estaba seguro que podía aguantar más, la escuchaba sollozar pero no le di importancia, estaba sudado rendido y no tenía fuerzas, el orgasmo fue más fuerte de lo normal se podría decir que moriría de la excitación y del placer que estaba sintiendo, la atraje más a mi en la cama y acaricie su abdomen quizás y así se tranquilizaba un poco, sus sollozos habían sido un poco más fuerte y su respiración era entre cortada.

Kevin: ¿Porqué lloras?

No respondió, sentí un movimiento en la cama, se limpiaba las lágrimas seguramente

Kevin: Me gusta que me respondan cuando les hablo -gruñe en su cuello-

Tn: Me lastimaste -dijo después de sollozar- 

Kevin: ¿Qué te hice? -me aleje de su cuello, confundido-

Tn: Me duele mucho -se quejó-

Kevin: ¿Qué sientes?

No volvió a responder, lo deje pasar, después de todo sabía que jamás había tenido sexo así de duro y era normal que le doliera la espalda baja o el abdomen, el sueño me entro pero no duro mucho, el movimiento de las sábanas y el colchón lo sentí, ella se había levantado.

Narra Tn

No tuvo piedad de mi, me hizo como quería y no podía quejarme, tenía un arma y por lo que veía no dudaría en usarla, empezaba a creer que jamás saldría de aquí, ahora que debía usar? Había echo pedazos de tela mi vestido y mi ropa interior me vi al espejo y mi cuello estaba lleno de marcas, mi pelo un desastre y mis ojos estaban hinchados, no quería ver mi cuerpo pero lo hice, mis pechos tenían marcas similares a las de mi cuello y mis caderas unos cuantos moretones, sin duda este hombre estaba acabando conmigo.

----------------

2 semanas habían pasado, el me había traído unos cuantos vestidos y ropa interior de la mejor marca, no había salido de esta maldita habitación, sólo me traía de comer y de cenar siempre se iba y cuando menos lo esperaba llegaba borracho o drogado pero consiente de lo que hacia y abusaba de mi, a lo mucho un par de días no lo había echo según dijo estaba muy cansado, aveces olía a perfume de mujer y en veces tenía labial en el cuello mi pregunta siempre era ¿porque sí se saciaba con otras venía a mi? Creía que era un loco sexo-pata o quizás adicto pero había veces que me decía que me veía linda o me veía de pies a cabeza y me regalaba una sonrisa raro en el, desde ese día no he podido sonreír, sólo lloro y aveces lo evito porque se molesta tengo miedo a que un día por un impulso me apunte y me mate.

Kevin: Odio llegar y verte llorando -cerro la puerta tras sus pasos- ¿no puedes hacer algo más que llorar? 

Tn: Perdón -me seque las lágrimas que bagaban por mis mejillas-

Kevin: ¿Te sientes bien? Estas pálida -se empezó a desvestir-

Asentí

Kevin: Muj... Enserio puedo llamar a un médico. 

Tn: No me duele nada, estoy perfectamente bien.

Y de verdad lo estaba, no me dolía nada.

Kevin: Como sea -se paró en la ventana y suspiro-

Estaba en bóxer y yo me levanté de la cama para pararme aún lado del closet, le tenia miedo me quede parada con la mirada baja mientras que entrelazaba mis manos y después lo escuche sentarse en la cama.

Kevin: Hey -llamo mi atención, alce mi mirada y me palmeo la cama-

Me acerque con miedo a el y me estiro hacia el, me tomo de los costados de la cintura y me sentó en el, otra vez no, mis piernas a sus costados, sus manos en mi trasero y sus besos esta vez suaves en mi cuello me hacían querer derramar lágrimas otra vez más, subió a mis labios y los saboreó por un buen rato, después de eso se separó, baje mi mirada no me atrevía a verlo a los ojos, me daba miedo se levantó conmigo y soltó mis piernas despacio para después soltarme

Kevin: Puedes arreglarte para dormir.

Me sorprendí, sus manos se sentían suaves, esta vez no me apretaba con fuerza ni movía sus manos desesperadamente, eran caricias suaves, sus besos eran tiernos de un modo, suaves y lentos, me había pedido que me cambiara, esta noche no abusaría de mi como lo hacia, me sentía feliz por eso, pero me daba miedo el echo de dormir con alguien como el.

Kevin: ¿Estas ahí?

Su voz me hizo caer en cuanta en que me encontraba sentada sobre la taza del baño pensando, me levanté y me até el cabello para después salir, me analizo como ya era costumbre y después caminó hasta la cama para deshacerla. Después de el fui yo quien se metió debajo de las sábanas y suspire, le di la espalda y como todas las noches me atrajo a el y después descansó su mano en mi vientre.


Diario de un Sicario. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora