| SPANK ME DADDY | h.s

f o u r [corregido]

Acercó nuestros rostros, mordiendo mi labio inferior y empujando mis caderas contras las suyas ejerciendo presión. Reprimí el gemido que nació desde el fondo de mi garganta, las manos de Harry estaban clavadas en mi cadera, dirigiéndola a su antojo. Su boca atrapó la mía y nos besamos con intensidad, casi de forma lenta; sintiendo el tacto de nuestras lenguas y el placer de ese beso me hizo dar un movimiento inesperado con mis caderas buscando más fricción.

—Monta a papi gatita—susurra ejerciendo su toque en mis pechos, liberándome de su agarre.

Comenzó con besos húmedos en mi cuello, bajando poco a poco a mi clavícula y a todo lo que la camisa le permitía. Jadeé débilmente poniendo mis manos en su nuca, mezclándolas con su melena. Me movía en un vaivén tortuoso, lentamente y de forma profunda. Los gruñidos de Harry solo eran un incentivo más para poco a poco aumentar el ritmo, y sus mordidas suaves eran signo de aprobación. En un movimiento rápido me despoja de mi camisa y explora la zona entre mis pechos, lamiéndola. Intento reprimir todo sonido que quiera escapar de mi garganta y me veo luchando con mi respiración.

—Quiero oírte Faith—demanda Harry.

—Pero...—trago saliva y le miro a los ojos—hago mucho ruido—.

Una sonrisa se le perfora en sus labios y sin previo aviso levanta sus caderas y se adueña de las mías empujándolas con fuerza. El gemido que nace desde mi garganta me avergüenza pero aun así muevo con más impetú mi cuerpo, observando la prenda de ropa que él todavía llevaba puesta.

Quería tocarlo, acariciarlo y sentir el calor que ahora su cuerpo desprendía en cada centímetro. Mis manos con lentitud descienden y proceden a quitar los botones uno por uno para acariciar su torso hasta subir por sus hombros, disfrutando. Mis pechos son mordidos con fuerza por encima del sujetador y siento un latigazo en mi parte íntima. Aparto con ansías su camisa para poder tocarlo a mi gusto, y el ríe divertido. Acomodo mis piernas levantándolas, apoyando mis pies a cada lado del asiento y Harry abre un poco más sus muslos dejándome a mi entre ellos. Apoyo mis manos en sus rodillas y me inclino ligeramente hacia atrás, gimiendo bajito. Ahora la fracción es más intensa, y mis piernas no pueden evitar temblar, testigos de mi placer. A los pocos movimientos sabía que estaba muy cerca de llegar al orgasmo y jadeé al intentar reprimir mis ganas de moverme más rápido.

El cuerpo que me provoca placer entra en tensión absoluta y me atrae bruscamente con él de nuevo, devorando mi boca. Unos segundos largos después gruñe chupando y mordiendo cada parte de mi cuerpo que está a su alcance y noto como suelta todo el aire retenido anunciando que yo he ganado.

Al darme cuenta de que voy a quedarme a medias y frustrada, maldigo el momento en el que no me moví más rápido.

—Joder, preciosa, eres perfecta—susurra peinando mi pelo hacia atrás, provocándome una sonrisa—te has ganado tu premio, cuando lleguemos a casa te lo doy, lo prometo—prosigue dándome cortos besos en los labios, para después ir a toda mi cara y mis risitas le hacen sonreír.

Me gusta cuando le hago sonreír.

—Baja del regazo de papi o voy a acabar follándote, cariño—acaricia uno de mis muslos temblorosos y sus ojos me observan mientras brillan—me duele dejarte así, pero es lo que tiene ganar—pasa su mano por mi entrepierna, siguiendo su caricia—es tanta la tentación de follarte con mis dedos. ¿Eres virgen, verdad cariño? —pregunta sin detener el roce de sus dedos con mi feminidad con los malditos vaqueros cortos de por medio.

Asiento mojándome los labios.

—Como vamos a disfrutar juntos... preciosa—.

Empiezo a abrocharle los botones de su camisa y muerdo mi labio disfrutando por última vez de su abdomen tintado.