6. DESPERTANDO SENSACIONES

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-Toma asiento-. Le digo a Verónica luego de invitarla a pasar al apartamento. En mi cabeza ronda la misma pregunta desde que la vi esperando, pero no tengo de otra que escucharla.

-Gracias. Ian tengo algo que decirte, y siento que si no lo hago voy a perder la única oportunidad que tengo.- Mierda! ¿Tan graves es? Se vienen a mi cabeza muchas cosas, pero ninguna idea clara. Le presto toda mi atención mientras le alcanzo un café caliente.

-Te escucho.

-Después de tantos años de relación y tantos momentos maravillosos, por mi mente jamas pasó la idea de llegar a engañarte...-Baja su mirada y puedo notar que sus manos tiemblan, y no precisamente de frío. Puedo ver asomarse una pequeña sonrisa,- ¿Recuerdas que en ocasiones discutíamos diciendo quien sería capaz de engañar primero a quien?-

Recuerdo esos momentos y también dejo salir una sonrisa con la mirada perdida en mi taza de café.

-Y siempre decías que yo seria quien fallaría. Como olvidar eso.- Lo ultimo que dije salió con amargura y aun podía sentir la punzada en el pecho cuando recordaba lo sucedido.

-Si lo sé. Te he dicho de mil maneras que me perdones, y te he demostrado que realmente lo que hice fue un error y que estoy arrepentida desde el fondo de mi corazón. Sabes que aun te amo demasiado y que por ti haría lo que sea. Por favor mírame.- Ella se acerca a mi, con su mano derecha toca mi mentón y me hace dirigir mi mirada a la suya.

Realmente se puede ver el dolor en sus ojos, esos ojos azules como la superficie del mar, y el brillo que destellan anuncia unas lágrimas que quieren escapar.-Sabes bien que es cierto. No puedo dejarte de amar por un desliz que cometí.-

-Y sabes que no podría volver a confiar en ti.-

Lo dije demostrando frialdad, pero en realidad mi corazón es tan débil que antes de que algo pase me aparto de ella y doy unos pasos atrás para perder su contacto, baja su mano y puedo notar un brillo deslizarse por una de sus mejillas, pero con disimulo pasa su mano haciéndolo desaparecer.

-Yo también te quiero y no podría odiarte cuando un día dije amarte tanto, sabes que lo hice. Te amé como a nadie en el mundo, como nunca antes. Pero si hiciste eso, si cometiste ese error, es porque algo te faltó de mi y ahora no hay nada que se pueda hacer. En parte me siento mal por haber permitido que aquello pasara y no haberte cuidado de la manera que debía...-Puso su dedo en mis labios haciendo que guardara silencio.

-Tu no fallaste en nada Ian, de eso debes estar seguro completamente. La única que falló fui yo. Y tenía la esperanza, una pequeña luz en mi corazón de que las cosas pudiesen volver a ser como antes, se que soy una canalla por decirlo así, pero hoy daría cualquier cosa...-un nudo en su garganta amenaza con explotar en llanto, y ahora sus lágrimas corren sin cesar, pero su mirada sigue firme en la mía, al punto que mis ojos quieren hacer lo mismo. Pero no los dejaré. Seria mostrarle debilidad...aun más de la que ya pude dejarle ver. - Haría todo por volver a aquel día y no caer en su juego, en esa maldita trampa que me arrebató lo mas preciado que tenia-.

Puedo ver y sentir su dolor, en su rostro solo hay amargura y tristeza, en este momento no veo la chica que roba todas las miradas. Veo a una pequeña que llora desconsoladamente y mi cabeza reacciona haciendo que la tome en mis brazos apretando fuertemente y susurrando en su oído -Te perdono-.

Pasan segundos como si fueran horas, y ella deja salir un suspiro que tenía ahogado por mucho tiempo, levanta sus ojos haciendo contacto con los míos y me dice "gracias". Luego se separa y toma su bolso, se dirige a la puerta y antes de salir dice:

-Eres un hombre que realmente vale la pena. Perdí mi oportunidad pero espero poder seguir en contacto. Por favor piensalo-. Y con eso se marcha.

Es más de media noche y no logró conciliar el sueño. Debo madrugar para el trabajo y luego la universidad. Si no descanso ahora no lo haré en el resto del día. Me dirijo a la mesa de noche y tomo el celular. Tengo un mensaje, pero no noté en que momento llegó. Al abrir el mensaje veo el remitente, es el número de Verónica

ALGO COMPLICADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora