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Abro los ojos y la veo, cada detalle de su piel, cada gesto que hace al dormir, como arquea sus labios dormida y como luce su cabello descontrolado en su mejilla. Es perfecta. No podría cansarme de admirarla, pero debo levantarme para preparar algo de desayuno.

Me levanto y planto un beso en su mejilla suavemente para no despertarla.

Tomo un pantalón de sudadera y camino hacia la cocina. Me siento lleno de energía! Es como si mi vitalidad estuviese al 200% y hubiese tomado litros inagotables de café.

Preparo todo rápidamente y sin hacer demasiado ruido. Al terminar vuelvo a la cama. Sigue ahí, con su rostro tierno y angelical. Le doy un beso en el ojo izquierdo, y luego el derecho, y abre sus ojos perezosamente.

-Levantate dormilona. El desayuno está listo.

Se estira sobre la cama y se pueden oír algunos crujidos. Los dos soltamos risas y le tiendo la mano para ayudarla a levantar. Lleva sus manos a su rostro y se queja de manera avergonzada.

-No quiero que me veas así!!

-¿Así como? ¿Tan hermosa como siempre?

Noto una leve sonrisa y de nuevo se queja cual niña de 6 años.

-Noo, así con cara de recién levantada. Nadie se ve bien al momento de despertar, excepto las modelos de la televisión y las novelas. Ellas si que despiertan deslumbrantes.

Dejo salir una risa por sus ocurrencias y le aproximo la bata. No quiero que se sienta más tímida de lo que es.

-Pues luces mejor que todas las modelos, señorita Mya. Vamos, la mesa esta servida.

Durante el desayuno hablamos de varias temas. Es bastante inteligente, analitica y crítica. Me gusta. Y me gusta más cuando me regala sus besos fugaces y de improvisto. Son dulces e inocentes.

Al terminar recojo los platos y los llevo a la cocina. Los lavo y ella me sigue con la mirada.

-¿Que pasa? Siento que eres mi supervisora del lavado de trastes.

-Podría ser, pero no es necesario. Tu apartamento es impecable y eres tan organizado que si no fuese por lo de anoche pensaría que hay algo de mujer en ti.

De nuevo robandome sonrisas con sus comentarios. Sabe que decir en el momento adecuado.

Término en la cocina y me acerco lentamente hasta rozar nuestros cuerpos.

-Y que te parece si tomamos una ducha y lo terminas de comprobar?

Sus ojos brillan de excitación y asiente con un movimiento de su cabeza.

La aprisiono en mis brazos y ataco su boca despreocupadamente. Corresponde sin preámbulos y abraza mi cuello mientras la levanto para llevarla hasta el cuarto de baño.

Después de una ducha y algo más, nos vestimos y salimos a hacer algunas compras. Mientras caminamos su celular suena y responde inmediatamente.

-Ok, si lo lamento. Estaré allí lo más pronto que pueda- Me observa y su mirada cambia. Llegó la hora de decir adiós - Lo siento. Debo irme, me esperan para ir a visitar a mis abuelos.

-No te preocupes. Ya tendremos muchos más días. Te acompaño a tomar el taxi.

Mientras esperamos Mya toma mi rostro con sus delicadas manos y planta un beso en mi boca.
-Gracias por todo. Creo que nunca me había sentido más viva. Anoche fue...extraordinario.

-No hay que agradecer. Al contrario, yo te agradezco por permitirme llegar al cielo. Los sueños son buenos, pero la realidad no se compara.

-¿Que me quieres decir Ian? ¿Acaso tu...?

ALGO COMPLICADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora