II.

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Hacia el final del segundo mes desde que Kyungsoo conoció a Jongin, un cambio lento y paulatino comenzó a desarrollarse. La nube espesa ya no es tan espesa, y Kyungsoo se halla a si mismo levantándose de su cama sin demorarse tanto como antes porque tiene una razón que lo tira a hacerlo e ir a la escuela. Una razón llamada oh, es verdad, Jongin hoy me pidió que llegara más temprano. Y cada tarde al despedirse se lo decía, sin embargo nunca mencionaba la razón.

Así cada mañana Kyungsoo llegaba media hora más temprano, y Jongin estaba ahí listo para bombardearlo con una conversación divertida o algún tema sacado de internet o la televisión o alguna revista por ahí; como-Dime, ¿qué opinas de los pingüinos? ¿No son adorables? Además los machos son los que cuidan los huevos, ¿sabías eso, Kyungsoo?

Otras veces fueron ovnis, o variedad de jugos, e incluso lo asquerosos que en realidad eran los productos de carne envasados. Algunas cosas que sinceramente prefería no saber, pero que aun así escuchaba porque era Jongin quien se las decía.

Además de eso, Kyungsoo comenzó a hacer ejercicios -unos ridículos por cierto- y se habría golpeado a sí mismo por tal estupidez hace unos meses, pero cada mañana, mientras se cepilla los dientes frente al espejo del baño, hace muecas intentando sonreír. Su inspiración principal es la envidiable sonrisa de Jongin, y si existiese alguna manera de copiarla con facilidad, probablemente le quitaría todas las preocupaciones a su madre y a Jongin también, quien dejaría de hacerle preguntas sobre su estado de ánimo -irónicamente las mismas que le hace su mamá.

Por supuesto que después de un tiempo, Jongin notaría que Kyungsoo no sonríe, ni se exalta, ni se enfurece, ni se emociona, ni le causan gracia muchas cosas, ni una larga lista de tampoco.

Otra especie de ejercicio que hace es el formular preguntas que Jongin aún no le ha hecho, lo cual es difícil considerando que sus conversaciones se basan en un juego de preguntas y respuestas, el 89% hechas por Jongin, y pasan todo el día en eso.

Es simple, uno pregunta y ambos responden.

Kyungsoo podría decir que recuerda muchos detalles de Jongin, y sabe ya cientos de cosas de él producto de esto. Además como no tiene mucho en qué pensar en su casa, las repasa una y otra vez en su cabeza. Podría incluso escribirlas si quisiera. Por ejemplo: es mayor que Jongin con la diferencia de un día completo; es alérgico a ciertos medicamentos y la picadura de insectos, pero no es para nada enfermizo. Se ha mudado tres veces de casa -a los 5, a los 12 y este año- y al igual que él solo conserva un amigo de la infancia, Sehun, pero no lo ve hace mucho, mucho tiempo. Ambos son hijos únicos, y Jongin tiene una especie de depresión peculiar que suprime sonriendo; esto último no dicho literalmente, por supuesto, pero fue la conclusión más acertada que pudo encontrar. Le encanta bailar y ver un reality que emiten pasada las 10pm en un canal poco conocido, que Kyungsoo también sigue por mera curiosidad ahora, y comparten una pasión mutua y fuerte por los pasteles de fresa con manjar y crema.

Otra cosa importante es que casi es atropellado dos veces, y una tercera en efecto lo fue, resultando con una herida según él asquerosa y fea en la rodilla por andar con pantaloncillos cortos.

-Deberías tener más cuidado -le dijo analizando la cicatriz que Jongin le mostraba con cierto orgullo durante una clase de educación física.

-A veces soy muy distraído, creo.

Y así es como sigue la lista, y así es también cómo Kyungsoo se arma de valor mientras almuerza arroz simple junto a Jongin sentado a su lado para hacer una pregunta personal pero que hace días da vueltas en su cabeza.

-¿Jongin? -llamó sin apartar sus ojos de la comida; dos, tres, cinco granos de arroz cayendo de sus palillos para reunirse con la mesa. Frunce un poco el ceño unos centímetros por haber dejado caer los granos y mete el resto a su boca, masticándolos lentamente.

Un poco de Felicidad; KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora