"Una mañana tranquila".
-¿Isla Verde?- preguntaste sin saber con exactitud que tipo de lugar era ese.
-Sí, es muy poco conocida por el hecho de estar escondida entre las nieblas más espesas- sacó su brújula -una verdadera leyenda.
-Bien, ¿en cuánto llegaremos?
-No lo sé, ¿tres días?
-Comprendo.
-En mi opinión- apareció Gibbs -deberán aprender a llevarse bien.
Te miraste desafiante con Jack, eso sería todo un desafío.
· · ·
Abriste los ojos con tranquilidad, el barco se mesía con normalidad y el sol ya había salido.
Saliste de la "habitación" asignada para ti, para cuando llegaste a la cubierta miraste el lugar buscando al capitán.
-Disculpa, Gibbs- llamaste a aquel hombre mayor.
-¿Sí, señorita __tn?
-¿En donde está el capitán?
-Está en el timón.
Sin nada más que preguntar, caminaste hasta el timón; ahí te encontraste con Sparrow.
-Hola capitán.
-Hola princesa.
-¿Cuánto falta?- preguntaste para molestar.
-No lo sé.
-¿Y tu brújula?
-Aquí.
-¿Entonces?
La miró y alzó una ceja. Miraste la brújula y al ver a donde apuntaba, ambos miraron a esa dirección. Una botella de ron.
-Ahora sí- Sparrow bebió de la botella y luego te entregó la brújula.
Hace poco supiste de la función de aquella brújula, sin embargo, ya sabías el como usarla.
· · · Flashback · · ·
-Padre, ¿cuál es el aparato más interesante que hayas visto?- preguntaste curiosa a tu padre.
-La verdad, he visto muchos aparatos interesantes. Pero sí debo elegir uno, elegiría una brújula.
-¿Una brújula?- hiciste una mueca de confusión -¿y qué tiene eso de interesante?
Kirkland sonrió.
-No hablo de cualquier brújula, yo hablo de una mucho más interesante. Pues ésta brújula tan especial, puede llevarte a los lugares que tú más deseas.
-¿Sí? ¿y cómo funciona?
-Simplemente debes pensar en aquella cosa que quieres y la brújula apuntará al lugar en el que esa cosa está. Pero debes estar muy segura de lo que quieres al momento de usarla.
-Comprendo.
· · · Fin Flashback · · ·
Miraste de reojo a Jack, quien se deleitaba con el ron que no paraba de entrar por su garganta.
-Bien- suspiraste.
La brújula comenzó a girar, pero al momento de detenerse, frunciste el ceño.
-Está roto- dijiste lanzando el objeto al suelo.
-¡¿Pero que haces?!
-Vamos, usala para llevarnos a Isla Verde- dijiste ignorando su pregunta.
-Bien, bien- se levantó después de haberse lanzado al suelo para tomar aunque preciada brújula.
-Vamos en buen camino.
-Gracias a Dios.
-Sí, ahora solo debemos esperar a ver tierra o... Neblina.
-Dime Jack, ¿qué hay en esa isla qué es tan especial?
-Un hermoso... Tesoro.
-Ya veo.
Respiraste hondo. Después de unos minutos en silencio, decidiste romper con aquella tranquila atmósfera.
-Jack- llamaste al mayor.
-¿Mh?
-¿Me enseñas a disparar?
Te miró de reojo.
-¿Qué obtendría a cambio?
-Mh, lo que sea- dijiste restandole importancia -excepto sexo y cosas así.
Bufó.
-Bien, ven conmigo.
Caminaron un poco y Jack dejó la botella de ron vacía sobre el borde del barco y volvió a tu lado.
-Solo debes atinarle a la botella mientras el barco está en movimiento.
-¿Es posible siquiera?- tomaste el arma que el ojinegro te entregó.
-Claro, en mi juventud solía practicar así.
-Bien, lo intentaré- al disparar, cerraste los ojos sin siquiera apuntar antes y los abriste al escuchar el sonido del cañón del arma. La bala mató a un hombre que en ese momento pasaba por ahí, haciéndolo caer al mar.
-Vaya, ese era nuevo- habló Jack sin tomarle gran importancia.
-Creo que no podré.
-Mira, sí pudiste ganarme en un duelo de espadas en el que además estaba muy entusiasmado, puedes atinarle a esa botella.
-Bueno, sí tú lo dices...- volviste a levantar el arma.
-Pero te sugiero que abras los ojos sí no quieres matar a otro de mis tripulantes.
Sparrow se posó detrás de ti y tomó el arma sobre tus manos; su respiración golpeaba suavemente el lobulo de tu oreja, una sensación que te daba escalosfríos.
-Respira hondo- lo hiciste -ahora... ¡Dispara!
Al disparar, no cerraste los ojos; al fijarte en la botella, ésta estaba rota.
-Lo hice- soltaste en un susurro.
-Bien hecho princesa.
Se separaron.
-Gracias.
-Sabía que lo harías.
Miraste los ojos casi negros del mayor, vaya que hipnotisaban.
-¡Señor! ¡Un barco se nos está acercando!
Al mirar tanto tú como Jack, lograste percibir tensión en el ambiente.
-¿Quienes son?
-Es el...
-Esmeralda- terminó Gibbs.
Fin capitulo 5.