Capítulo 6.

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-¿Qué hacéis aquí?-digo  tapándome con la sábana.
-Dijimos que te ayudaríamos a prepararte con tu cita con Noah.-me recuerda Matt, y me aparta la sabana de la cara.
Ya es viernes. La semana se ha pasado increíblemente rápido entre los trabajos y los entrenamientos. He tenido que hacer todo el trabajo de biología yo sola, porque Devon no se ha presentado en clase ni un día. Pero, lo prefería.
Los entrenamientos con Caleb, han sido lo mejor de la semana. Es un chico muy agradable y nos lo hemos pasado bastante bien juntos. Y al final consiguió clasificarse para la competición de mañana. Tiffany y yo también, junto a otra chica y cuatro chicos más. 
Gracias a los entrenamientos y lo adorable que es Noah, la semana no ha estado del todo mal.
-¿Me puedes decir que haces dormida a las 7 cuando has quedado con Noah a las 8?-grita histérica Abby, y ambos tiran de mi hacia el baño.
Me ducho en 10 minutos, me seco el pelo, me envuelvo en la toalla y salgo.
Cuando entro a mi habitación un grito sale por mi boca viendo el desastre que han hecho. Los dos están de pie enfrente de la cama, rodeados de toda mi ropa por el suelo, pero ni se dañe cuenta de mi presencia.
-Este me gusta.-dice Matt cogiendo un vestido rojo horrible que me compro el señor Harris.
-Dios mío Matt, no tienes ni idea.-le quita el vestido y lo tira al montón de ropa que hay en el suelo.-Este sí.
-Vale, me convence.
-¿Que habéis hecho con mi ropa?-les grito.-Ya lo estáis recogiendo.
Ambos se ríen y comienzan a recoger la ropa. Me acerco a ver el vestido que han elegido, y me sorprendo. Ni siquiera me acordaba de que tenía este vestido. Es blanco por la parte de arriba, y azul por abajo, es de tirantes y la espalda va al aire. No es muy formal, pero tampo informal, por eso me encanta.
Salgo de la habitación y me lo pongo rápidamente.
-¿Os gusta?-digo emocionada haciendo que se giren.
-Te ves genial pequeña Kat.-dice Abby mientras Matt me mira boquiabierto.
-Gracias chicos.-me sonrojo.-¿Me haces algo en el pelo, Abby?
-¡Obvio!
Me hace un trenza de raíz y le queda fantástica, yo sin embargo cuando me intento hacer algo así me sale un churro. Después de 10 minutos, estamos cantando como locos las canciones de la radio, y el timbre suena.
-¡Ya está aquí!-grita Abby corriendo a abrir la puerta.
Matt y yo la seguimos.
-Si lo hacéis, usar protección, nunca se sabe lo que puede pasar...
-¡Abby!-digo dándola un puñetazo en el brazo, mientras Noah se ríe avergonzado.-Vámonos antes de que siga.
Noah asiente, nos despedimos y salimos por la puerta. Matt y Abby nos miran por la ventana, Noah se ríe un poco incomodo ante sus miradas intimidantes.
Llegamos a su coche, y como caballero que es me abre la puerta.
-Lo siento por lo de antes, Abby puede llegar a ser muy...-digo y el se pone el cinturón-directa.
-No te preocupes. Había pensado en ir a dar una vuelta y luego ir a cenar. No es mucho, pero es que no sabía que podría gustarte y...-me explica nervioso.
-Está genial, Noah.-le interrumpo intentando tranquilizarle, aunque yo creo que estoy más nerviosa aún.-Hay un parque enorme pasando el instituto, podríamos ir allí.
-Perfecto, tu me guías.-asiente.-Por cierto, estás preciosa.

La tarde es increíble. Llegamos al parque y nos montamos en las barcas del lago. Pero, ninguno sabía remar, por lo que estuvimos una hora haciendo círculos y riéndonos como tontos. Otra pareja nos tuvo que ayudar a volver al muelle. Paseamos hasta que se puso el sol. Le enseñé un poco el parque y el me cogio la mano cuando caminábamos. Iba a gritar de la emoción pero me calme un poco.
A las 10 fuimos hacia un restaurante italiano que hay cerca del parque.
-Al final, este pueblo no va a estar tan mal como pensaba que sería.-dice llevándose los espaguetis a la boca.
-No lo es.-me río.- Yo pensé lo mismo, te acabará gustando.
-No me contaste porque te viniste a vivir aquí.-me aclaro la garganta, hora de mentir.
-Mis padres son publicistas y les contrataron para un trabajo en aquí en Pennsylvania. Buscaron un pueblo tranquilo para vivir y encontraron Crawford. Eso es todo.-le explico y mi atención vuelve a la deliciosa pizza de queso que he pedido.
-¿Siguen tus padres trabajando aquí?
-Mm, no. Ahora trabajan en, ehhh, Nueva York.-tendría que haberme preparado una mentira mejor.
-Eso es genial, ¿cómo es que no fuisteis con ellos?
-Mi hermano y yo decidimos quedarnos, ya que cambian mucho de destino.-el asiente y espero que deje ya el tema.

Terminamos de cenar después de una hora. Y él insiste en pagar la cena. Yo tampoco insisto mucho, va a acabar pagándola igualmente, no merece la pena.
Pero, consigo convencerle a invitarle a un helado, de la heladería que esta al lado del restaurante. El pide uno pequeño de vainilla y yo uno grande de chocolate, como gran gorda que soy.
Nos sentamos en un banco y miramos las pocas estrellas que hay.
-En Inglaterra se veían más estrellas, esto es una basura.-dice indignado como un niño, me río y él se gira hacia mí.-Tienes algo.
-Oh, espera.-digo buscando una servilleta en mi bolsillo. Cuando al fin la encuentro me la restriego por la cara, pero el se ríe viéndome intentar quitarme la mancha, que no se donde está.
-Déjame.-dice y me coge la cara entre sus manos, mientras pasa uno de sus dedos por mi mejilla.
Le sonrió agradecida y me mira fijamente. Estamos muy cerca, demasiado. Yo me río nerviosa, y el acerca su cara aún más.
Y me besa.

Noah en galería.

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