Capítulo 24 - IMPULSOS (PARTE 2) -

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*NARRA PATRI*

Me quité las zapatillas y caminé descalza por la arena de la mano del chico más perfecto del mundo. Había una preciosa y perfecta luna iluminando el mar y no hacía una pizca de aire.

-       ¿Dónde me llevas Tomlinson?

-       Yo te debo un helado pero he querido cambiarlo por un picnic en la playa.

-       Qué bonito, muchísimas gracias Lou no tenías que haberte molestado.

-       No ha sido molestia, ven, lo he preparado allí.

Llegamos a una parte de la playa que estaba iluminada por unas velas y había una cesta de picnic.

No sentamos en la arena y sacó de dentro una pizza calentita. Nos la comimos y, entre risas y juegos,  llegó la hora del postre.

-       Tengo una sorpresa para ti. – me dijo buscando en la cesta.

-       Que miedo me das Lou.

-       Tranquila que te va a gustar. Cierra los ojos. – cerré los ojos y noté como me acercaba algo a los labios y con ello me manchaba la comisura. Abrí los ojos y vi a Louis con una fresa mojada en chocolate.

Ese chico había pensado en todo. Era de noche, en una playa, los dos solos, con velas, un picnic y fresas con chocolate.

-       Vamos a jugar a un juego. – dije yo.

-       Te gustan mucho los juegos a ti. – dijo prudente.

-       Anda no seas gallina. Solo le tenemos que dar la fresa con el chocolate al otro pero los dos con los ojos cerrados.

-       Vale

-       Venga cierra los ojos y yo haré lo mismo.

El cerró los ojos pero yo no. Mojé la fresa en el chocolate y le manché la nariz. Al instante abrió los ojos.

-       Que tramposa

-       Solo un poquito, estas muy gracioso.

-       Con que sí. – dijo mojando otra fresa y pringándome la nariz.- Espera no te quites el chocolate esto hay que inmortalizarlo. – dijo sacando la cámara de fotos de la cesta.

-       Sonríe – le dije, y disparó la foto.

Seguimos así un buen rato, comiendo fresas con chocolate y sacándonos fotos. Al rato recogimos y nos sentamos en la arena.

-       Toca algo – dijo señalando mi guitarra.

-       Es que me da vergüenza – dije sonrojándome.

-       No seas tonta, seguro que no lo haces tan mal. – dijo con una hermosa sonrisa que iluminó toda la playa.

-       Vale – dije cogiendo mi guitarra y acariciando el mástil.

Aquella guitarra me trajo muchos recuerdos, recuerdos tristes de quien me enseñó a tocarla.

Rocé las cuerdas con las yemas de los dedos y produje un sonido prácticamente imperceptible. En ese momento se me vino una melodía a la cabeza e inconscientemente comencé a rasgar las cuerdas de la guitarra haciendo sonar una canción preciosa pero llena de recuerdos amargos que nublaron mi  vista.

Comencé a cantar aquella melodía que tanto daño me hacía, que nota a nota rasgaba mi pecho como un cuchillo.

You take a deep breath

My new life by your side - One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora