Olvido

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- Te quiero-Damien me quito la palabra de la boca, besos robados de mi boca y alguno que otro robaba yo.

Ambos nos miramos con deseo, nuestras miradas pedían guerra aunque yo no era muy consciente de aquello, subimos al cuarto de arriba, Damien se desabrocho la camiseta lentamente mientras yo le besaba lentamente. Todo muy romantico direis pero estais muy confundidos, él solo lo que queria es placer y yo, idiota enamorada a poco se lo dí.

Cerró la puerta de un portazo y me tiro a la cama de la manera mas bruta existente.

- Damien- dije mientras el me besaba el cuello- no quiero hacer esto.

Él ignoro mis palabras y se dispuso a desabrocharme el vestido.

- ¡Para porfavor!- grite desesperada, intentaba moverme pero aquello fue imposible él tenia mas fuerza que yo- déjame- dije entre lagrimas y suspiros.

Damien parece haberme escuchado y finalmente me hizo la pregunta mas esperada.

- Jane te quiero- nuestros labios volvian a estar a tan solo centimetros de mis labios pero decidi ir al grano, no me gustan los hombres que hacen esto por placer ¿que cara se me quedaría cuando le vea por el trabajo? ¿y cuando coincidamos en un pasillo donde no haya ni un alma? No no, definitivamente no.

- Damien, yo creo que ambos no estamos preparados para dar el paso.

- Pero yo te quiero, te lo digo enserio.

- Lo siento- y me pongo mi vestido lo mas deprisa posible, él se queda tendido en la cama en cueros mirandome con una mezcla de deseo y tristeza ignoro su presencia y me marcho de la habitación.

Salgo del apartamento y lo primero que se me pasa por la cabeza es llamar a Amber pero pensandolo detenidamente prefiero no hablar con ella ¿como a podido hacerme esto? Miro por ultima vez el apartamiento, a penas segundos en esa habitación pude sentirle, pude tocarle y besarle. Soy debil y a la vez una estupida.

Es de locos pero decido al final irme a casa por mi propio pie hasta que tras una larga caminata en tacones llego a mi casa agotada.






/Al dia siguiente/

Las 11:00 A.M de la mañana y estoy preparando mi café mañanero. Es sábado y hoy creo que prefiero quedarme en casa recapacitando lo que pasó ayer.

Recibo un mensaje

Amber[11:00 P.M] :
¡BUENOS DIAS BELLA DURMIENTE! ¿que tal tu sorpresa?

Ignoro su mensaje, la verdad es que estoy un poco mosqueada por su sopresa de ayer.

Amber[11:00 P.M] :
Heeey se que estas ahi, contestame.

Jane[11:00 P.M] :
Prefiero no hablar del tema, gracias.
Y desconecto el móvil, me tumbo en el sofa y empiezo a recapacitar lo que ha ocurrido tan solo hace horas.
Los besos, caricias, la pasión. Amo a Damien pero tambien amo mi dignidad. Lágrimas caen por mis mejillas haciendo que esos momentos se pusieran mas tensos y difíciles de superar, su presión a la hora de declararse, su facilidad al hablarme, su seguridad a la hora de besarme, lo odio pero a la vez te amo.

Estot confundida, las lágrimas caen cada vez mas rápido. Siento dolor por parte de Amber ¿como podía traicionarme? Pensaba que eramos amigas y que cada una mirabamos por la felicidad de la otra pero veo que esta vez se salto un poco los pasos, cada lágrima es un sentimiento y cada sentimiento es una traición, espero que todo esto quede en el olvido.


Heeeey, muy buenas a todos. Tengo que pediros perdón por atrasar el capítulo pasado, las ideas se agontan pero por suerte tengo a un grupo de gente maravillosa que me ayuda a continuar. Sus nombres están en anterior capitulo.

El hijo de mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora