Entré en el local con paso decidido, disfrazando por completo la creciente inseguridad que inundaba mi pecho. Mis tacones resonaban en el suelo de mármol, causando miradas indiscretas de la gente que se hallaba en el restaurante.
Un camarero vestido de esmoquin me dedicó una sonrisa que no tuve más remedio que devolver, pero pasé de largo dejándolo con la palabra en la boca. Ya lo había visto. Me quité las gafas de sol, las cuales llevaba a pesar de ser de noche, y sonreí al guapo hombre que me esperaba en la mesa del fondo, acariciando con la punta de sus dedos una copa de vino blanco. Me acerqué, acatando mentalmente el papel de "chica momentáneamente aburrida" y olvidando la desesperación que me había llevado hasta allí.-Estás preciosa - dijo Harry ya levantado, dedicándome una de sus encantadoras sonrisas.
-Gracias, tú también vas bastante decente - dije tomando la mano que me ofrecía y mirando sin reparos su perfecto atuendo: pantalones negros algo ajustados, camisa blanca con un par de botones abiertos y unos mocasines clásicos. Levanté la vista y sus ojos verdes tampoco parecían nada aburridos. -bueno - dije haciendo que me mirara a la cara, y separé mi mano para sentarme - qué tal estás? - me sorprendí a mí misma dedicándole la primera sonrisa sincera de todo mi día.
-Inusualmente contento desde hace apenas una hora -mis cejas se levantaron un breve instante.Así que mi llamada le había puesto contento.
-Vaya, me alegra oír que no me guardas rencor -frunció el ceño.
-por qué iba a guardarte...
-Y por lo demás qué tal? -lo corté.
-Bien, ando viajando mucho por temas de trabajo, así que no piso mucho mi casa -se ríe- pero no me importa. Además tengo nuevos proyectos en mente, quizá incluso opte por colaborar con tu empresa en alguno.
-De verdad? - simulé alegría- Creo recordar que tuvimos la dicha de tenerte entre nosotros hace un par de meses, así que no harán falta más acercamientos durante al menos... Bueno, nunca. - dije con malicia y ladeé la cabeza- pero me alegro por ti. - Su sonrisa se ensanchó e ignoró mi comentario.
- qué tal tú? algo nuevo que contar?
- Nada interesante - mentí.
- Por qué me has llamado? -su cara era seria esta vez.
-No tenía nada mejor que hacer. - desvié mis ojos al trozo de papel que estaba estrujando entre mis dedos sobre la mesa. Cuando los levanté seguía mirándome, esperando una respuesta consistente. -Sabes de sobra por qué te he llamado. - una sonrisa de suficiencia apareció en su espléndida cara al entender el motivo de mi llamada. Se echó hacia atrás en su asiento.
-lo sé? - Rodé mis ojos y noté algo de calor en mis mejillas. No por favor, ya estaba bastante avergonzada. Su risa envolvió mis oídos y mis mejillas ya no estaban acaloradas, ahora ardían. - Venga, no seas tímida. Ya que entonces tuviste el descaro de decirme que no, ahora dime por qué me has llamado. - se estaba burlando de mí.
-Styles, no me querías en tu cama? - dije con voz de "niña buena" echándome hacia delante, su vista se desvió a mis pechos- pues ahora podrás hacerlo si cierras tu bocaza.
-Oh no la vas a querer cerrada- dijo calmado ladeando su sonrisa. Me quedé sin respiración ante la imagen de él besando todo mi cuerpo. Cuando trabajamos juntos me parecía un hombre atractivo, pero no consideré la posibilidad de tener algo con él ni el lo más remoto, mis ojos sólo podían mirar a Marc. Sin embargo ahora, abrumada por toda la mierda que había en mi vida, y con ese dios griego sentado delante de mí, sólo me apetecía saltarle al cuello y follarlo encima de la mesa. -Así que me llamas un viernes a las 11 de la noche para tener sexo, porque estás aburrida.
-Sí -no sonaba tan mal saliendo de su boca. Quizá le pegaba demasiado decir esas palabras.
-y qué te hace pensar que yo quiero?
-Amm, déjame pensar, veintitantos, soltero si no me equivoco, tan hambriento de sexo que amenazas a las mujeres con las que trabajas con su futura propensión a caer en tus brazos y gemir tu nombre... - soltó una carcajada y me sentí orgullosa de no haber olvidado las palabras que me dijo- no sé por qué lo pienso.
- Vale, lo primero, yo no hago eso con las mujeres con las que trabajo. Fuiste la excepción. - giré los ojos como si hubiera escuchado eso demasiadas veces.- y lo segundo, caíste o no? - dice con un brillo en los ojos.
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SPEED UP [Harry Styles]
Teen FictionGabriele tiene la vida perfecta: un apartamento en Manhattan, unas amigas inseparables, un trabajo como directora de moda y diseño y un novio con una de las mayores fortunas de Nueva York. No todo es tan bonito cuando descubre que su novio está lia...