3.

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—Vamos, bebé, quitate toda esa ropa sucia, tenemos que dejarte limpio.

—Sip— Harry asintió, y sin soltar el brazo de Louis, al cual no había soltado desde que habían salido de la casa abandonada, intento quitarse la ropa.

Louis miro con ternura como tropezaba con sus propios pies al intentar sacarse el pantalón. Era completamente normal que el omega no quisiera despegarse de su alfa los primeros días de la unión, bueno, nunca realmente, pero los primeros días la necesidad de estar cerca uno de otro era aún más fuerte.

Soltándose de la mano del Harry Louis lo ayudo a sacarse la sucia playera.

Se supone que un alfa debía pensarse bien la decisión de morder a un omega, después de todo, la decisión era irrevocable e inquebrantable, pero Louis apenas se lo había pensado cuando lo había visto.

Al inicio no le había prestado atención, había sido uno más del montón, pero conforme se fue acercando algo le había llamado la atención, tal vez su falta de olor, no sabe, no recuerda exactamente lo que fue, sólo que tenia que detenerlo, tenía que ver si realmente era él el omega que quería y cuando había visto su carita con esa mueca obstinada, bueno, caramba, Louis se había enamorado. La cereza del pastel había sido que el omega saliera corriendo, Louis se había reído. Definitivamente ese omega sería suyo.

Había gastados miles buscándolo, pero viéndolo desnudarse a pocos centímetros de él, al ver su belleza y lo bien que había reaccionado al ser mordido, los volvería a gastar, todo valía la pena por el omega frente a él.

—Lou, ya estoy— tomándolo de la mano, lo ayudo a entrar en la bañera y después él se hinco a un lado para ayudarlo a bañarse.

En una esponja puso jabón liquido y comenzó a lavar a su omega, que de vez en cuando ronroneaba con la caricias recibidas.

Fruncio el ceño al sentir lo desmejorado que se encontraba Harry, se notaba que había bajado bastantes kilos y su piel se veía amarillenta, se sintió un tanto culpable del estado de su precioso niño. Tal vez no debería haber hecho esa búsqueda tan incansablemente, tal vez debería haber dejado de buscarlo por un tiempo para que el omega regresara a su hogar y ahí atraparlo, pero ¿Y si otro lo mordía? Su alfa gruño ante la idea, se habría vuelto loco si eso hubiese sucedido, de cualquier manera Harry ahora estaba ahí, con él, así que ya no había razones para preocuparse.

—Cierra los ojos, bebé— le ordenó cuando le puso champú, Harry de inmediato los cerro, cada vez moviendo más la cabeza en dirección de Louis cuando comenzó a masajear su cuero cabelludo.

Cuando finalmente termino de bañarlo, hizo que se pusiera de pie y lo enjuago con agua limpia, antes de quitar el tapón de la bañera y dejar que todo el agua cafesosa se fuera por el desagüe.

Lo envolvió en una toalla, frustrando el intento de Harry por alzar los brazos y envolverlos en su cuello.

—Sólo quiero abrazarte— murmuró el omega con un puchero.

—Lo se, bebé, pero estas tan bajo de defensas que si no te seco ya, seguramente consigues un resfriado— Harry soltó un pequeño y caprichoso bufido que tuvo a Louis sonriendo.

Lo levantó, cargándolo por la cintura y lo llevo hasta su cama, donde lo dejo sentado para después ir y tomar la ropa que había recuperado del departamento de su niño cuando había descubierto quien era, y se la dio. Éste la miro con ojos brillantes, seguramente su gusto por la ropa era algo iba a mantener.

Louis vio como Harry se levantaba, dejando de la lado la toalla, quedando desnudo y en todo su esplendor.

Su alfa gruño, queriendo lanzarse sobre él y hacerlo suyo, su parte racional también quería lo mismo, quería avanzar los escasos cinco pasos y evitar que siguiera poniéndose esa estorbosa ropa encima.

Resopló. Primero tiene que comer.

¿O no?

Harry se abrocho los pantalones, se miro las piernas y, bueno, se le veían fabulosos, un poco flojo, pero fabuloso. Sonrió y volteo a ver a Louis, pero su sonrisa se borro.

Su alfa lo miraba con deseo, el omega por fin dándose cuenta del olor a excitación que comenzaba a llenar la habitación.

En dos zancadas Louis llego hasta él.

Si si si, su enorme alfa iba a tomarlo, si.

Cayo de espaldas en la cama cuando Louis lo empujo y sin perder tiempo, comenzó a quitarle los pantalones, mientras besaba su cuello.

Harry se dejo hacer, ansioso de sentirlo.

Ya tendría tiempo para lucir esa bonita ropa después.

El alfa volvió a admirar su desnudes, esta vez tratando de tocar tanto como podía.

—Lou— exigió, tratando de hacer que este se acercara para poder besarlo, pero su le alfa gruño y Harry gimoteo, acobardandose, aunque no tuvo que esperar mucho, pues en un movimiento rudo, Louis tomo sus labios, empezando así un beso que duraría una eternidad, según el omega.

Sentía el pene de Louis, a través de sus pantalones ponerse cada vez más duro, su enorme pene cada vez más duro contra su muslo. Gimió con anhelo, su ano contrayéndose y segregando lubricante, manchando las sábanas bajo él.

Sin dejar el beso, Louis llevo su mano entre los muslos de Harry, acaricio de manera leve su erecto pene y sus testículos antes de que su dedo diera suaves masajes al húmedo ano, Harry gimoteo de gusto, tratando de obtener otro tipo de toque más- profundo, pero el alfa alejo sus manos y sus labios y Harry sintió que podría morir ahí mismo ¿Qué había hecho mal?

Vio con pánico como Louis se levantaba y él había estado a punto de hacerlo también, queriendo seguirlo, pero cuando vio como Louis se sacaba la ropa, sólo se levanto sobre sus codos, admirando a su hermoso y bien formado alfa.

Él había tenido tanta suerte de que un alfa como Louis lo eligiera, que casi no se lo creía. Él estaba realmente feliz.

Louis lo hizo doblar las rodillas y separar sus piernas para después agacharse entre ellas, le dio un beso en la punta del pene, en los testículos y finalmente en su ano, donde lamió y saboreo el lubricante natural. Harry era un desastre de de gemidos y jadeos, las manos sosteniéndose de las sabanas como si su vida dependiera de eso.

—Louis Louis Louis— repetía— Louis.

Éste llevo su pulgar hasta la grieta y poco a poco lo fue metiendo.

-Por favor— gimoteo el omega.

Louis sonrió y saco se pulgar, para luego meter dos dedos, sabía que con la excitación el mismo cuerpo del omega se abriría para él, pero eso no evitaba que él tratara deshacerse de cualquier incomodidad que su niño pudiera sentir, además que quería jugar un poco, pero al ver lo receptivo que era el omega bajo él y que su alfa se retorciera en necesidad, se dio prisa.

Harry sentía su pene gotear líquido preseminal y eso que ni siquiera habían hecho mucho, pero para él la simple vista de su alfa era ya de por si excitante, ni que decir de que éste lo tocara.

Louis entonces dejo de jugar y se acercó a besarlo, posicionando su pene entre sus nalgas, más específicamente, sobre su ano.

Lo beso con pasión, con ganas de devorarlo, penetrandolo lentamente.

Harry lo sintió tan bien que incluso se separo del beso, haciendo puños las sabanas y arqueando la espalda.

—Si— soltó en un suspiro, placer y dolor, ligero, pero ahí estaba.

Louis, gruñendo, empujo una y otra vez, sus manos sin dejar de recorrer el cuerpo de su omega, sin dejar de besar donde quiera que alcanzaba.

Harry se corrió primero, sucumbiendo ante el cansancio y la debilidad casi de inmediato, apenas consciente de como el nudo de Louis se hinchaba dolorosamente dentro de él, pero definitivamente consciente de los brazos de Louis apretándolo contra él.

alfa innecesario (l.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora