Epílogo.

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—¡Harry!— grito Zayn mientras corría hacia el susodicho.

—¡Zayn!— de no ser por su protuberante vientre, Harry también habría corrido hacia Zayn.

Harry y Zayn se habían conocido un año antes en una cena de la empresa donde Louis trabaja y de inmediato se habían hecho muy buenos amigos.

Ahora eran vísperas de navidad (y el cumpleaños número veintinueve se Louis) y Louis y Liam, el alfa de Zayn, se habían puesto de acuerdo, a petición de los omegas, para que las familias se juntarán esa fecha. Niall y su familia también estaban ahí, con el tiempo Louis le había tomado cierto aprecio al imprudente beta.

—Oh por dios ¡Mira tu panza!— chillo Zayn tocando con ambas manos. Harry sonrió.

Tenía seis meses de embarazo y Louis y él estaban realmente felices.

Harry aun podía recordar la gran sonrisa que había aparecido en la cara de su alfa cuando él le había comentado que tenia cinco semanas de embarazo, recuerda perfectamente como Louis se había hincado frente a él, sus manos acariciándolo como si fuera algo precioso, y como había recargado la cabeza contra su vientre, abrazándolo por la cintura, y él había pasado sus dedos entre las hebras castañas, apunto de llorar por la emoción que comenzaba a sentir mientras un cálido sentimiento se extendía en su interior.

Después de eso Louis se había vuelto en extremo sobreprotector y posesivo, y como consecuencia algunos rasgos de la antigua personalidad de Harry comenzaron a resurgir, rasgos que hicieron de él un omega menos sumiso. Louis no podía mentir, en un inicio detesto esa naciente personalidad, porque eso aunado a los constantes altibajos emocionales que sufría Harry a causa del embarazo hacían que perdiera la paciencia con bastante facilidad, un par de veces había estado apunto de gritarle de lo frustrado que el omega lo hacia sentir, pero su lobo lograba contenerlo. Aquel era su omega, debía cuidarlo, amarlo y protegerlo, no dañarlo.

Sea como fuere, un par de meses después, cuando se encontró riendo con la actitud del omega, fue que cayo en la cuenta de que realmente esa personalidad sólo lo estaba enamorando más, por que si, él realmente amaba al chico, no era solo una propiedad más para él.

—¡Miren lo que trajo la marea!— grito Niall, las manos alzadas sobre su cabeza mientras llegaba hasta Harry. Quito las manos de Zayn del vientre del rizado con un empujón, ignorando el gruñido de Liam y el ceño fruncido del omega moreno.

Niall y Zayn no se llevaban bien.

La calmada forma de ser de Zayn chocaba con la extrovertida de Niall, que tendía a meterse en los asuntos de todos y después de haber tenido problemas con Liam, al beta también había comenzado a desagradarle la presencia del moreno y su alfa, claro que cuando se veían obligados a verse el beta no desaprovechaba la oportunidad de meterse con ambos.

—Mira lo enorme que éstas, Harry— el omega hizo un sonido de disgusto a la vez que Niall se hincaba y pegaba la oreja a su vientre— Puedo escucharlo.

—¿Es en serio?— éste se encogió de hombros y siguió escuchando al bebé.

—Ya lo tocaste demasiado— dijo Louis unos momentos después, separándolos. Niall resoplo con una sonrisa y se levantó. Encontraba adorable la sobreprotección de Louis.

Harry entonces se colgó del brazo de Louis y fueron a saludar a los demás invitados.

Se sentaron en un lugar un poco apartado, porque Niall era muy ruidoso y eso ponía nervioso al bebé, que comenzaba a patear y a revolverse, como exigiéndole a su papi tranquilidad.

—Lou— Harry tomo la mano de Louis entre las suyas y la puso en su vientre para que sintiera como el bebé se movía suavemente, acomodándose.

Miro al alfa con una de sus brillosas sonrisas, éste contestándole con otra y perdiéndose en la belleza del omega, su precioso omega.


tres meses después...

Harry se encontraba jadeante, pálido, débil y sudoroso, pero feliz. Tan feliz.

Le acababan de entregar a su bebé, un precioso niño de cabello rubio oscuro y ojos aun cerrados.

—Pero mira que precioso eres— sonrió, tratando de contener las lágrimas. Él había escuchado con anterioridad que todos los bebés eran feos al nacer, pero no su niño, su niño era hermoso.

Estuvo observando a su bebé, ignorando el bullicio de los enfermeros a su alrededor por un buen rato hasta que una de ellas se le acerco.

—En un momento lo moveremos a una habitación— escucho a la enfermera decirle, pero él no volteo a verla sino hasta que ella estiro los brazos y él la miro con el ceño fruncido—. Tengo que ponerle pañal, ropa y darle un comer.

—No, yo quiero hacer todo eso.

—Usted esta muy débil y necesita descansar, si para mañana sigue igual le pondremos un transfusión, ya que perdió cerca de un litro de sangre, así que entre más descanse más rápido se recuperara.

—No— dijo lo más firme que pudo, abrazando protectoramente a su bebé.

Sabia que era rutinario y que aquella enfermera no le haría nada malo a su bebé, pero era su bebé y por lo tanto él tenia todo el derecho de cambiarlo y alimentarlo por primera vez, no dejaría ese placer a una mujer que probablemente lo haría de forma mecánica, además había esperado por ese niño durante nueve meses, que no esperaran que lo soltara pronto.

Louis, por otra parte, no paraba de dar vueltas en la sala de espera.

Desde que no dejaban pasar a los alfas a los quirófanos para ahorrarse cualquier problema a causa de su posesividad había tenido que estar ahí durante todas esas tortuosas horas sin poder ver a su omega, pero él llevaba ahí casi tres horas ya y si alguien no venia pronto a darle alguna noticia, él iba a estallar y entonces alguien saldría herido de cualquier manera.

Habían pasado tres horas con quince minutos cuando finalmente llego un enfermero que lo llevo hasta la habitación donde habían puesto a Harry.

Su omega estaba pálido y con una mano sostenía protectoramente un pequeño bulto contra su pecho, mientras que con la otra detenía un pequeño biberón que rápidamente se terminaba.

El menor levanto la cabeza cuando lo oyó entrar y le dedico una sonrisa que lo deslumbró totalmente.

En dos zancadas estuvo junto a Harry, el biberón se había terminado y ahora el omega estaba alzando al bebé para que él lo cargará. Louis temía lastimarlo así que lo levanto con más cuidado del que se creía posible.

Tal vez los alfas eran ególatras orgullosos que no gustaban de demostrar debilidad, pero Louis amaba a ese pequeño bebé en sus brazos y no le importaba verse débil si era por él.

Ese bebé y Harry ahora eran todo su universo.

Acaricio la mejilla del bebé con su pulgar, abarcándola casi por completo y lo miro con amor, después miro de la misma forma a Harry y se agacho, dándole un beso en la frente y otro en los labios.

—¿Has decidido el nombre?— Harry asintió.

—¿Qué dices de Dean? Me gusta ese nombre— Louis asintió mirando a bebé.

—Dean— beso la frente del bebé y con cuidado lo puso en los brazos de Harry. Se sentó en la orilla de la cama, de tal forma que pasaba un brazo por la cintura del omega y con su otra mano acariciaba la cabecita de su pequeño Dean.

—Te amo. Los amo— Harry le dedico otra de sus resplandecientes sonrisas.

—Y nosotros te amamos a ti, Lou.


fin.


dato: no recordó.

alfa innecesario (l.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora