Capítulo 23: "¿Que te han dicho sobre no escuchar conversaciones ajenas?"

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Holly

-La envidio tanto-susurró una ayudante de vestuario a otra mientras creían que no las oía, cosa lógica si mencionaba que yo me encontraba con audífonos en mis orejas mientras esperaba que una chica junto a Garret quitara todo el maquillaje de mi rostro. No tenía música alguna sonando desde mi ipod, costumbre heredada de George que decía (y lo cito): "Te enteras de muchas cosas cuando las personas creen que no los escuchas". Mi agente es un maldito cotilla, supongo que por eso lleva tanto tiempo en este negocio. Sabe realmente que es lo que piensan sus colegas y otras personas en el rubro, sin mentiras, sin medias verdades.

-Venga, estoy segura de que la dejará en menos de dos semanas. No hay nada que envidiarle a la pobre- elevé una ceja ¿Esto era malditamente en serio?

-De todas maneras la envidio, no me molestaría compartir la cama con Ayden aunque me botara al día siguiente- la otra chasqueó la lengua

-No tienes amor propio ¿De qué sirve tener algo superficial si no estarás completa? Digo, al principio puede que solo quieras algo así, pero después querrás sentirte amada, importante, saber que no es netamente algo físico, de otra manera no vale que tengas el corazón destrozado. Por lo menos saber que él te amó en algún momento- Me picaba el orgullo que pensaran en mí como la pobre chica que terminaría llorando en un rincón con su corazón roto, utilizada e inservible, yo también podía romperlos, la cosa era el que no era bonito hacerlo.

-Eres demasiado profunda. Mi amor propio no vale si puedo ser amada por él

-No entendiste nada de lo que dije ¿o sí? Eres imposible. Como sea, Ayden dejará a Holly apenas se le cruce por delante una chica que se abra de piernas a la primera- La chica "No me importa mi amor propio" hizo un ruidito de sobresalto.

-No eres muy fan de Ayden, al parecer.

-En general no soy fan de los hombres que tratan a las chicas como si fueran juguetes. Se lo que es que jueguen contigo, y créeme, se siente como la mierda- los siguientes minutos fueron ocupados por la narración del como la chica había sido utilizada. No podía dejar de pensar en sus palabras mientras salía del vestuario.

-Holly, puedo ver trabajar los engranajes de tu cerebro- Miré a mi amiga que se acercaba a mi desde un sofá ubicado en un costado de la sala- No me mires así, tienes el ceño fruncido, es fácil saber que estas con la cabeza en algo ¿Qué pasa?- La sonrisa que había ocupado su rostro hace un par de segundos se esfumó

-¿Me das mi teléfono?

-Me dijiste que te lo pasara en tu apartamento.

-La razón por lo que no lo quería está resuelta. Dame, lo necesito- me dio una mirada de sospecha pero me lo entregó. Lo guardé inmediatamente en uno de los bolsillos de mis vaqueros (que por cierto, esta vez no eran los mismos que traía Kim, que iba de un impecable blanco de la cabeza a los pies ¿Eso que se asomaba por el cuello era un tirante de traje de baño?-¿Kim?- ella me dedicó un sonido para hacerme saber que me escuchaba- ¿Vas a ir a algún lado?- giró todo su rostro hacia mí y esa gran sonrisa malvada (O de extrema felicidad, ambas eran aterradoras) encendió su rostro justo en el momento en que salíamos del estudio hacia el estacionamiento. Un grupo de periodistas con sus equipos esperaban al otro lado del gran portón de entrada y apenas me vieron el escándalo que hacían se incrementó al doble. El bullicio no duró mucho pues ingresamos a la van que amortiguaba gran parte de los sonidos provenientes del exterior.

-Ah, están acá-dije apenas vi que todos los integrantes de la banda Delirium se encontraban dentro

-Te oyes decepcionada- Tyler asomó su cabeza desde el asiento trasero donde segundos antes se veían solo sus pies

Delirando por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora