Prólogo

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Comencé a dibujar un par de garabatos mientras el profesor se dignaba a llegar al aula y obliga consigo a que los chicos aduladores alrededor de la mesa, desmontaran su vaga idea de apostar en el salón de clases.

Mi dedo índice se encargó de matizar el difuminado de mi dibujo improvisado. Aún recordaba la perfecta sonrisa reluciente del socio del gimnasio al que papá estaba suscrito.
Sonreí tontamente recordando su invitación al café de la planta baja del edificio.

Mamá tenía algo de razón cuando hablaba algo emocionada sobre lo imponente que lucía Seattle. Jamás quise creerle cuando repitió con demasiado énfasis: 'dioses que habitan en Seattle'.
Valla que esa frase quedaba estupenda con el montón de hombres que circulaban todos los días por las concurridas calles.

Alcé la vista ingenuamente y me topé con un singular par de ojos grises esmeralda que se enfocaron en mí. Su porte me intimidó un poco. Y era verdaderamente guapo en ese par de jeans oscuros ajustados; esa cara de ángel caído -un vestigio de similitud con Jev Cipriano cruzó por mi mente- su cabello marrón semi rizado llamó mi atención pero todo se quedaba corto con ese cuerpo de excelente espécimen humano esculpido por los griegos antiguos y esos orbes grises enigmáticos profundos que trataron de desnudar mi alma.

Su contacto se perdió al salir del aula C-15.
Me sorprendí al verme caminar tras de él. Me detuve en seco al verlo pasar las manos por el cuerpo de una mujer que difícilmente admitiría que llevaba ropa, puesto que un putishort y una blusa ombliguera no era la definición de atuendo escolar.

Cuando las manos de él se posaron por su trasero, la apartó bruscamente de su lado y en tono mordaz balbuceo:

-Las fáciles no me ponen- él se alejó de ella como si temiera contagiarse de una especie de virus he hizo su camino de vuelta al aula. Su mirada oscurecida me analizó y me sonrió mostrando un pequeño hoyuelo.

Mis piernas flaquearon ya que mi cerebro se negaba a procesar la belleza emananda por ese hombre de jeans ajustados.

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Mr. Tight PantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora