Mr. Tight Pants

Four. Bathroom kisses

Una semana ajetreada estaba terminando, días llenos de evaluaciones y entregas de proyectos.

Y como buen viernes, se organizó una cena en el Penth house en que habitaban Tyler y Jake. Ellos alegando de sus impresionantes dotes culinarios, los cuales me negaba a creer. Sin embargo, ellos habían optado por alardear sobre sus famosas alitas.

No quedaba lejos de la casa de papá, lo que me daba la ventaja suficiente para arreglarme y estar a tiempo.

Terminé de enviar un par de trabajos por correo y entré a la ducha.

Aparentemente los chicos eran fanáticos de las alitas. Siendo que yo solo acepté no queriendo quedar como antisocial. Así que ahora estaba buscando desesperadamente algo casual y femenino para el encuentro.

Obviamente ir en vestido no era una opción. Papá moriría si me veía usar short a altas horas de la noche. Porque el solo me había permitido ir siempre y cuando le hablara para que me recogiera del lugar.

Luego de lanzar ropa por todos lados, divisé una falda café.
Eso podría funcionar, con unas medias a juego y una blusa de manga larga. Así papá no cuestionaría mi atuendo.

Calce unas botas y bajé apurada en busca de mi bolsa de flecos. Guarde mi móvil ahí y le dejé un mensaje a papá por whatsapp. Rápido llegaron las palomitas azules y su advertencia llego:

Nada de alcohol, no quiero que esos se aprovechen de ti.

Reí y teclee camino a la planta baja del edificio:

Aún recuerdo bien mis clases de defensa ;)

Ashley pasó por mí. Su auto era muy femenino, ella había optado por usar un short corto. Ella me guiñó el ojo derecho.

-Así que quieres conquistar a Jake- le restó importancia con un simple movimiento de mano.
-No quiero conquistarlo, sólo somos amigos - declaré claramente fastidiada.
-No me digas que no deseas que él te toque.- Rió.
-Por dios, Ashley - gruñí.
-Ay, no seas mojigata - bromeó.

Bajamos justo en el apartado urbano que Tyler nos dijo hace apenas unos minutos.
Llamamos a la puerta. Ash hizo un gesto extraño de acomodarse el sostén.

-No todas tenemos tus pechos, Amelia - fingió tristeza.

Tyler nos abrió la puerta, besó la mejilla de la rubia y subimos las escaleras. Jake estaba recargado en el pilar. Con las manos dentro de sus bolsillos. Su cabello marrón revuelto, sus ojos repararon de inmediato en mí, causando una revolución en mi estómago con una simple mirada de parte suya.

Mordi mi labio inferior en el momento en que sus ejercitados brazos me envolvieron en un abrazo, haciendo que mi nariz captara el delicioso aroma de su perfume. Lo abracé de vuelta.

-Estás preciosa - murmuró en mi oreja. Se apartó y una sonrisa burlona apareció en su rostro. -Hola amiga - sonó más neutral.
-Hola amigo- traté de sonar igual de neutral que él, sería casi imposible teniendo en cuenta que él es la definición adecuada para esconder aquello que lo aqueja.
Tyler me abrazó fuertemente y me levantó un poco:
-Bienvenida al piso más masculino de todo Seattle- balbuceo él cuando me dejó sobre el suelo.
-¿Quién lo asegura?- me burle.
-Las mujerzuelas- procuró Drake a contestar.
-Que cerdos - acusé y golpeé el hombro de Tyler.
-Eso es mentira- alzó las manos.
-No importa - Ash hizo un gesto.

Ashley y yo avanzamos con pasos cortos rumbo a la zona de ajetreo, de dónde provenían los sonidos ensordecedores de risas y videojuegos.
La rubia se sentó al lado de Alex, la mirada de él se posó en mí, sonreí tímidamente. Me senté en el sofá de dos plazas, Jake ocupó el espacio y dejó caer su mano disimuladamente en mis piernas, agradecía haber optado por las medias.