La novia de negro

De colores a oscuridad.

La limusina se aparcó frente a la iglesia y ahora sí que los nervios de la novia estaban a reventar.

Había llegado la hora, era el momentos más esperado desde aquel día en que lo conoció.

-Espera aquí cariño, iré a ver si ya el novio está listo. - Le sonrió su madre mientras se bajaba del vehículo.

La joven podía sentir como sus manos sudaban y juraba que sus mejillas se desgarrarian debido a la imborrable sonrisa de su rostro, era realmente feliz, toda su vida lo había sido.

Su familia, es una familia muy poderosa en aquel pequeño pueblo... Los Hitchcock eran respetados y conocidos por ser una de las familias con gran capital económico y de terreno en aquella época, todo gracias a la enorme productora de vinos más reconocida que poseían.

Toda su vida se vio rodeada de lujos, nunca le hizo falta nada, ella lo tiene todo, en ese momento lo tenía todo...

-Todo listo amor, llegó la hora de tu boda. - Abrió la puerta Victoria.

Caminaron hasta la entrada de la iglesia y allí, tomó el brazo de su padre.

-Estoy muy orgullosa de tí. - Le susurró él.

La musica empezó a sonar, indicando que era el momento de entrar. Caminaron despacio por aquel largo pasillo.

Los susurros, sonrisas y miradas de alegría de los invitados los rodeaban así como las luces de los flashes. Pero ella sólo podía verlo a él... Al hombre más guapo, el más codiciado del pueblo, el que la estaba esperando con una enorme sonrisa en el altar, su novio... que en pocas horas... sería su marido.

Logan Gorbachov, un apuesto joven de alta sociedad, hijo de Emer Gorbachov el presidente del Banco con mayor influencia en el lugar. Logan es uno de los hombres más codociados del pueblo, todas las mujeres suspiraban por él, pero él sólo tenía ojos para ella, para su futura esposa.

Sus miradas se perdieron en la del otro cuando ya se tenían frente a frente y unas enormes sonrisas aparecieron en sus rostros.

Joaquín entregó a su hija al hombre que ella había escogido.

-Te ves hermosa... - susurró Logan. La muchacha se sonrojo. 

-Tú también. - Dijo ella mientras se pusieron frente al altar.

Durante la ceremonia cruzaban sus miradas y sonrisas enamoradas brotaban de sus labios.

-Muy bien, ahora yo los declaro marid... - el sacerdote se vio interrumpido por un estrepitoso ruido proveniente de las afueras de la iglesia.

Todos los presentes, incluidos los novios, dirigieron su mirada a las grandes puertas que se encontraban cerradas y estaban siendo golpeadas bulliciosamente.

-¿Qué sucede? - Susurró la joven asustada.

En ese instantante las puertas se abrieron dando paso a varios hombres corpulentos, cubiertos con un pasamontañas y armados.

Los gritos se apoderaron del lugar en el momento en que aquellos hombres dieron tiros al aire, todos inconscientemente se refugiaron bajo las bancas.

Los encapuchados se esparcieron por el templo dando uso de sus armas a aquel que se les opusiera, varios de los presentes queriendo ayudar, se lanzaron contra los hombres pero fueron detenidos por una bala o por el filo de una navaja.

La joven no podía creer lo que sus ojos miraban, amigos y personas cercanas a la familia estaban muriendo, tratando de detener a aquellos hombres.

Los novios y el sacerdote estaban paralizados ante la terrible escena, ninguno era capaz de articular palabra o mover un sólo músculo para hacer algo.