Se percató de que había dejado de respirar cuando sus pulmones le avisaron la falta de oxígeno. Inhaló una gran bocanada de aire sin poder apartar la mirada del recién llegado, quien para su mala suerte sonreía de una manera bastante atractiva, igual de cautivadora que la de su amado.
-Toma asiento, por favor. - Le indicó Giselle.
El joven se sentó frente a ellas y miró detenidamente por unos segundos a Liseth y luego enfocó a la joven junto a ella.
-¿Cuál es tu nombre? - Preguntó Giselle.
-Andrew, Andrew Gorbain.
Su voz, Dios mío hasta en eso se parecían, era igual de profunda que la de Logan, aunque la de éste último era un poco más ronca.
Liss aún no se movía de su lugar, estaba en estado de shock, su expresión era indescifrable y no era capaz de apartar su mirada de aquel chico frente a ella.
-Bien Andrew, dice tu expediente que has trabajado con diferentes empresas como administrador.
-Así es, me he desempañado en el área de producción más que todo, administrando las salidas y entradas de productos. - Su forma de hablar denotaba bastante seguridad en sí mismo y Liss no fue la única en notarlo, puesto que Giselle se había acomodado en su asiento en una postura bastante coqueta.
-Eso es fabuloso. - Le sonrió la muchacha.
Y extrañamente, en ese momento el cerebro de Liseth volvió a conectarse con el resto de su cuerpo. Miró a la muchacha a su lado con cara de pocos amigos, aunque no entendía el por qué. Aún así, no dijo nada y se limitó a escuchar, intentando a la vez, tomarle lógica a la situación.
-¿Y por qué te gustaría trabajar en ésta empresa? - Continuó Giselle con el cuestionario habitual en una entrevista de trabajo.
-Aparte de que es una de las productoras más conocida de vinos, sé que aquí preparan a su personal para el trabajo que vaya a desempeñar y considero que es una gran oportunidad para aprender un poco más sobre mi área. - Sonrió. - Además, he escuchado que hay mujeres muy hermosas trabajando aquí. - Agregó arrojándole una estúpida sonrisa de conquistador a la joven quien rió como una adolescente tonta.
Luego miró a Liseth quien le miraba impasible, su mirada de hielo le cortó la risa al muchacho, pero Giselle continuaba riendo como boba así que Liss dirigió su mirada a ella quien se cayó al instante y carraperó antes de continuar con el usual interrogatorio.
Mientras, Liseth seguía con su cabeza hecha un nudo, pero a pesar de eso, su mente fue capaz de darle una mala jugada haciéndole recordar el día que vió por primera vez a Logan.
>Ese día su padre le había insistido que fuera a la empresa. El señor Joaquín creía que ya era hora de involucrar a su hija en los movimientos del negocio, pues sería ella la heredera de aquel gran imperio. A regañadientes, la joven alegre y risueña en aquel entonces, aceptó la petición de su padre y le acompañó a la empresa. Pasaron toda la mañana recorriendo el lugar, desde el gran salón abarrotado de enormes máquinas dónde se preparaba el vino, hasta la gran viñeda ubicada en la parte trasera del edificio.
El reloj apuntaba las tres de la tarde cuando padre e hija acababan de devorar su almuerzo y la asistente de don Joaquín anunció la llegada de un tal Emer y Logan Gorbachov. Al escuchar aquellos nombres, Liseth no pudo evitar que una pequeña risita saliera de sus labios, ¿qué clase de apellido era ese?
-Liseth. - Le reprendió su padre. - Compórtate, el señor Gorbachov es un socio importante en ésta empresa e igual que tú, su hijo heredará el control del Banco General de Bridstone, así que es indispensable que le conozcas.
-No entiendo por qué tantas formalidades, padre.
-En éste tipo de negocios, las formalidades son necesarias, cariño.
Liss rodó los ojos y siguió a su padre hasta el salón de reuniones. Su padre entró primero y desde la puerta de cristal pudo ver como saludaba a dos hombres con traje, uno más alto que el otro. Liseth no podía verles la cara puesto que estaban de espaldas a ella.
-¿Cómo han estado? - Dijo Joaquín.
-Excelente. - Sonrió el más alto.
-Quiero presentarles a mi hija. - Joaquín levantó su mirada hacia la joven en la puerta indicándole así que entrara. Ella lo hizo, caminó con elegancia y seguridad, típico de ella. Se colocó a un lado de su padre, frente a los Gorbachov.
Al levantar su mirada y toparse con aquel par de ojos grises nunca antes vistos, su corazón comenzó a bombear más rápido y fue inevitable no perderse en su mirada en compañía de aquella hermosa sonrisa que se clavaría muy en su interior hasta la actualidad.<
-¡Liseth! - Giselle tuvo que levantar la voz para que su jefa la escuchara. Ella la miró dejándo que aquel abrumador recuerdo se alejara de su cabeza. - El joven Gorbain ya se iba. - Habló la joven señalándole con la mirada al apuesto muchacho frente a ella.
-Ha sido un placer. - Le sonrió coqueto extendiéndo la mano hacia ella, quien la aceptó. Un pequeño escalofrío recorrió su interior, un escalofrío que solamente la misma Liseth pudo notar, pero no dejó que eso arruinara su postura seria frente a aquel muchacho que había cambiado su día, así que sólo asintió y rápidamente soltó su mano.
Seguidamente, el joven abandonó el salón.
-Creo que él es el indicado. - Comenzó a hablar Giselle. - Tiene bastante experiencia en ésto y parece saber lo que hace además...
-No me gusta. - La interrumpió Liss con su tono grave.
-Pero está bastante capacitado y...
-He dicho que no. - Habló firme.
Se puso de pie y caminó hasta la salida de la sala de juntas pero antes se volvió hacia Giselle.
-Califica al resto de personas que entrevistamos hoy y preséntame los tres mejores, según tu criterio. Yo eligiré entre ellos. - Dijo. - Y no quiero que entre esos se encuentre el expediente del tal Andrew Gorbain.
A continuación se dirigió a su oficina sin mirar a ningún otro lado más que al frente. Aún no podía creer como la presencia de un completo desconocido podía afectarle de esa manera. Tampoco creía que existiera una persona que se pareciera tanto a Logan Gorbachov. No era real. No podía serlo. Sabía que si lo contrataba, el tener que verlo día tras día reviviría el recuerdo de su amado y eso dolía en lo más profundo de su ser. No podía ser débil, no ahora.
Entró a su oficina y cerró la puerta tras ella. Se sentó en la confortable silla tras el escritorio y dejó caer pesadamente su cabeza en la barnizada madera. Tenía que controlarse y alejar de su mente a ese tipo. Dejó escapar un largo suspiró. Necesitaba sacar la tensión acumulada en sus hombros y sabía exactamente qué hacer.
Inició sesión en su laptop, entró al navegador de internet y tecleó sin pensarlo dos veces "Henry Martínes". Era hora de cazar a su cuarta presa.
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Perdón, perdón, perdón, perdón, perdón... De verdad lo siento. He tardado más de un mes en actualizar ésta historia y lo siento, enserio.
Espero que les haya gustado el capítulo, la verdad es que no he tenido mucha inspración en éstos días, pero bueno, algo se hace.
No olviden darle clic a la estrellita y dejar sus comentarios.
Los quiero!!
-Reneeze A.S.
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La novia de negro
Mystery / ThrillerAquel día, debía ser el mejor de todos. Ella, debía ser feliz. Pero un trágico error, una deuda del pasado, impidió que fuera así. Bastaron unos cuantos minutos para acabar con los sueños de una joven... pero ella no se quedaría con los brazos cruza...