¿Y si te cuento un poco de mi?

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LIA POV

-¿Ya te vas a trabajar?

-Si, prometí estar a tiempo ... tu eres testigo que me preparé para una charla con Bel, pero ella nunca apareció - dije mientras le daba un sonoro beso en la mejilla a Jake - Nos vemos después.

-¿Cuando? - Jake me tomó del brazo - digo ... ¿Cuando es después?

-No se ... mañana... la próxima semana- le sonreí y el me liberó de su agarre.

-La próxima semana no puedo, mi primo se casa y tendré que estar ahí.

-Entonces mañana - sonreí

-Si, lo siento no se que me está pasando. Ve con cuidado.

Salí de la Universidad hacia el metro, mi economía actual no daba para un taxi.
Cuando llegué al trabajo Rosse me lanzó un delantal y me puse a servir a los clientes cada cinco minutos, a la tarde el restaurante no era una locura total, pero si era suficiente trabajo para dos personas.

-Creo que la mayoría se fue- sonrió una Rosse muy cansada -más o menos. Mejor cuéntame como te fue hablando con ese sexy chico.

-Tuve miedo... de todo.

-Cuando de la persona que en realidad quieres se trata, el miedo es otra piedra en el camino. ¿Sabes que se hace con ese tipo de piedras? Se debe mandar al carajo y conócela muy bien para que así no te la vuelvas a encontrar otra vez.

-Bueno, ese no es mi caso - sonreí y oí como la campanita de la puerta principal sonaba avisando que había entrado un cliente - Yo lo atiendo. Tu descansa.

Después de decir eso vi a la mujer que entró por la puerta; Era alta, de cabello oscuro y muy guapa, era Bel que al verme lo único que quiso hacer fue salir.

-¿Puedo tomar su orden? - pregunté cerrando la puerta principal y obligándola a quedarse adentro - ¿Desea una mesa?

-Solo para tu información soy muy buena peleando - me miró y se sentó en una mesa

-No, tranquila lo mío no son los puños. Soy más de palabras.

-Mírame - se levantó - Soy latina, te podría insultar de veinte maneras distintas y tu ni cuenta te darías.

-Cálmate - me senté en su mesa - solo quiero hablar... disculparme

-Oh, esta bien - volvió a sentarse y comenzó a reír - bueno, todo era mentira.

-¿No eres latina?

-No eso no, si soy latina pero no te podría insultar tantas veces - se río - la mayoría de latinos somos muy agradables.

-Lo siento - me disculpé - ese día estaba muy conmocionada por todo y tu viniste de repente... se que no es una excusa.

-Si, no importa - sonrió comprensivamente - en parte también es mi culpa por llegar así como así. Debería de dejar de hacer eso.

-A mi me gusta Max - no se de donde vino eso, pero creo que una parte de mi cerebro es un poco idiota así que me levanté y fui a la cocina para servirle un café o un jugo o algo. Cuando volví Bel me estaba sonriendo - La casa invita - le di el jugo.

-Lía, me voy a casar - anunció haciendo que me sentara nuevamente en la mesa.

-Tu... ¿Te vas a casar? - me senté pegándome a mi misma si acababa de oír eso- Si, te vas a casar ... ¿Con Max? ¡Obviamente es con Max! eso de que me gusta Max no es nada, bueno si es algo, pero nada porque tú te vas a casar con el y a mi probablemente me empiece a gustar otra persona mientras que tu vas a ser muy feliz con muchos niños y vas a envejecer con ... Max.

DEMONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora