surrealista.

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Tanto sabes.

Tú eras de tener mil y un complejos en tu sonrisa, y yo;
yo era de tener mil y un motivos para perderme en ella.

Tú eras de creer que tenías desastres en los ojos, y yo;
yo de creer que tenías el cielo en ellos.

Y dime que imperfección destabas, que yo solo veía el salvavidas que me sacaría de esto llamado naufragio.

Joder, seamos sinceros de una vez, y reconoce que era todo tan bonito, que la imaginación que tenía, que era capaz de enamorarme de algo que ni tenía.

Y no iba a llegar a tener.

Y joder, y que bonito era verte amanecer sin verte.

Porque contigo veía todo,
veía la lluvia caer entre tus brazos, y seguir bailando, y seguir cantando, que ni la mayor tormenta era capaz de,
que en tus ojos viera el espejo más bonito.

Y joder, sigue cantando y no pares, que me quedo sorda y hoy no quiero dejar de navegar en eso llamado amor.

Que es de dejarte caer,
y enseñarte a ser
surrealista.

Y que fácil lo tenía yo si estabas al lado, y que bonito era el cielo, por cierto.

Así que hoy me toca amar la lluvia sin ti, sin tu recuerdo y espero que algún día escriba mi última carta con tu nombre y diga que todo lo que he escrito puede harder que ahora bailo en los recuerdos de otra boca, que me ha llevado a las séptima altura, porque tú te encargaste de llevarme a la décima y por ti ahora tengo miedo del cielo.

Y me he vuelto diablo, para harder con tu boca al tacto.

Al tacto de otras, bocas.

Y algún día espero esas palabra de, "Y sí, he llevado a otras tantas bocas al cielo, pero a la única boca que acompañe fue a la tuya, cariño".

Pero como ya he dicho, soy surrealista.

Istwas.

Los kilómetros hacia el naufragio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora