Capítulo 3

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"Te veo luego, ¿vale? Prométemelo." Susurró a mi oído con voz ronca.

"Te lo prometo." Dije sonriente.

"¿De verdad?" Alzó las cejas.

"Sí." Acabé de dar la vuelta a la llave y entré en casa. Subí las escaleras, me senté en el sofá y encendí la tele. Al cabo de diez minutos recibí un mensaje de un número desconocido. 

"Espero que cumplas tu promesa y me lleves a dar un paseo por Madrid esta tarde"

***

Ahí estaba. Tan perfecto como siempre. Le saludé con la mano y me acerqué hacia él.

"Hola." 

"Hola preciosa." Me dio un beso en la mejilla. No pude evitar sonreír. "¿Y bien, a dónde me llevas?"

"A la estación de metro." No respondió. Solo se limitó a revolver sus rizos, colocarlos hacia su lado derecho y sonreír mostrando sus preciosos hoyuelos.

Empezamos a caminar mientras entrelazaba sus dedos con los míos, yo no me opuse a su gesto. Caminamos a paso lento por la acera unos minutos hasta llegar a la estación de tren más cercana a casa. Harry tomó asiento en un banco alrededor, pero yo me quedé en pie en frente suyo, estaba nerviosa.

"¿Cómo lo sabes?" Pregunté retomando la conversación que habíamos tenido hacía unas horas. 

"No lo sabía, me lo acabas de decir tu ahora mismo." Dijo con una sonrisa triunfal. "Asi que… Directioner." Posó su dedo índice sobre mi barriga apretando ligeramente. "Tú me conoces más de lo que yo te conozco a ti, no es justo." 

"Lo sé." Consiguió hacerse conmigo y me abrazó. Posó su cabeza sobre mi barriga, y sus brazos rodeaban la parte inferior de mi espalda. 

"No tardaré en conocerte." Dijo casi susurrando. Esa frase hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo. Harry quería conocerme, a mí. 

"¿Dónde te habías metido?" Interrumpió una voz por detrás, que parecía ser la de mi prima, María. Iba caminando cogida de la mano por su novio, Carlos. Fui caminando a paso ligero hacia ellos y les di un abrazo. 

"¡C! ¡Ya te estaba empezando a echar de menos!" Dije con tono irónico. Me cogió por los muslos, me levantó y me dio dos vueltas. Harry apretó su mandíbula en un gesto serio.

"¿Tu? ¿Echándome de menos? ¡Já!" Me bajó y me revolvió el pelo. Ante ese gesto, mi prima se rió.

"Oye Lilly, ¿Desde cuándo tienes novio y decides no contármelo?" Dijo mi prima señalando a Harry, serio.

Lilly, nuestro apodo. Nos llamamos así desde que somos pequeñas. Ella no sabía decir mi nombre, ni yo el suyo. Así que nos quedamos con "Lilly". 

"¿Novio? Lo he conocido hoy." Dije algo nerviosa.

"¿Qué te pasa?¿Desde cuándo tú estás tan cariñosa con un tío que apenas conoces?" Me miró con cara misteriosa. 

"Venga, vamos. Tengo sorpresa para ti." Dije agarrándole el brazo.

"¿No vas a contármelo?"

"Cuando sepas con quien estaba, lo entenderás todo."

Mi prima no se lo creía hasta que Harry le enseñó el DNI. Estaba muy emocionada por conocer a Harry. Fuimos caminando hasta casa los cuatro escuchando las anécdotas que contaba Harry y las intervenciones que hacía de vez en cuando Lilly haciéndole saber que la mayoría, ya las sabíamos.

"¿Quieres pasar un rato?" Preguntó mi prima cogiendo a Carlos por el brazo.

"Mejor me voy, no quisiera molestar… Tengo que estar en un rato en el estadio."

"¡No molestas! Además, ¡así nos ayudas a hacer unas cosas!

"¿Qué cosas?" Dijimos Carlos y yo al unísono. No dábamos crédito a nada.

"Ya lo veréis." Se despegó de Carlos y nos empujó a los dos hacia dentro.

"Lilly, enséñale la casa que yo voy sacando las cosas, ¿vale?" Me guiñó un ojo y me eché a reír. La intenciones de mi prima eran muy claras. Harry no dudó en acariciar mi mano y entrelazar nuestras manos, la mía muy pequeña en comparación con la suya. Subimos al piso de arriba, y nos quedamos en el salón, de pie.

"Tu prima es demasiado lista. Me está empezando a caer muy bien." Dijo agarrándome por detrás suavemente la cintura.

"La verdad es que tiene unas ideas geniales y se las ingenia muy bien para que todo salga como ella quiere."

No dijo nada. Me giró hacia él acercándome más y más hacia su cuerpo, hacia su torso vestido con una camiseta de manga corta gris que le quedaba realmente sexy. Nos quedamos en silencio. Parados uno en frente del otro sin saber que decir. Pero en ese momento no importaba. Sobraban las palabras. Apoyé mis pequeñas manos sobre su pecho y el rodeó mi cuerpo con las suyas. Le miré, me devolvió la mirada clavando sus ojos verdes sobre los míos marrones y la verdad es que la tentación de besarle era irresistible, pero no lo iba a hacer. Harry se dio cuenta, en cambio, no se separó de mi. Apoyó sus manos en mis mejillas, acercó mi cara a la suya y me dio un dulce beso en la frente.

"Vas a ser mía, lo prometo." Me invadió una sensación de felicidad y agonía a la vez. Estaba feliz porque quería estar conmigo, triste porque él vive en Inglaterra y yo vivo en España, la distancia que nos separa es muy larga. "No eres una chica fácil, por eso iré despacio. Me gustas" 

"No me digas eso… " Una lágrima cayó de mis ojos resbalando lentamente sobre mi mejilla.

"Es verdad." Dijo mientras con su dedo gordo me secaba la mancha húmeda. 

"Por eso mismo. Por qué sé que es verdad y cuando me vaya, se me hará todo mucho más difícil."

"Tenemos todo un verano por delante."

"Y todo un mes con exámenes en el que probablemente ni te podré contestar al teléfono."

"Te vendré a ver." 

"¿Y la gira?"

"¿Confías en mí?" No dije nada. Sus palabras retumbaban por toda mi cabeza. Apenas hacía unas horas que le conocía, pero sentía que habían pasado meses, incluso años. No pude contenerme y le abracé rodeando mis brazos sobre su cuello. Un abrazo fuerte y cálido. Él rodeó sus brazos sobre mi cintura devolviéndome el abrazo.

Lilly subió las escaleras de la mano de Carlos.

"Lo siento, chicos." Interrumpió C. Harry y yo nos despegamos rápidamente y nos dedicamos una sonrisa. "Ya está todo y no tenemos mucho tiempo."

Lilly había preparado en el salón de la planta baja una película con palomitas, refrescos y demás… ¿La película? Love Actually. Ella sabía perfectamente que era la película favorita de Harry, junto con la mía. Nos pasamos la tarde viendo la película y comiendo palomitas hasta que Harry se tuvo que ir, ya que llegaba tarde al estadio para el concierto que tenía que dar esa noche.

"Cuéntamelo todo ahora mismo. Tenemos una hora y media, no quiero que te saltes ningún detalle." Dijo mi prima expectante. 

Se lo conté todo, detalle por detalle mientras nos arreglábamos. Lilly estaba boquiabierta y muy callada escuchando . Sin ninguna pregunta, nada. Raro en ella. 

"¿Te ha comido la lengua el gato?" Pregunté vacilando.

"Estoy flipando." Dijo mientras caía rendida en la cama con los brazos y las piernas abiertas. "Es como un sueño hecho realidad. No sabes lo contenta que estoy por ti. Te mereces esto y muchísimo más." Dijo sonriente, seguidamente me tiré encima suyo y le di un abrazo.

"Me estas aplastando." Se quejó, y nos echamos a reír como dos niñas felices y despreocupadas que todavía les falta mucho por vivir.

THEY DON'T KNOW ABOUT USDonde viven las historias. Descúbrelo ahora