Capítulo 7

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"¡Voy yo! pero no me hagáis trampas que nos conocemos ¿eh?" Dije mientras me levantaba de la silla. Estábamos jugando al Monopoly.

"Que sí, que si, venga." Dijo Lilly pegándole un pequeño codazo a Carlos. Fui a abrir la puerta y allí estaba, tan perfecto como siempre. 

"¡Harry!" Me abalancé sobre él dándole un beso.

"Vamos."

"¿A dónde?" Pregunté curiosa. No obtuve respuesta. "Voy echa un desastre." Dije señalando mi ropa.

"Veo que llevas mi sudadera…" Añadió sonriendo. Me cogió del brazo y me estiró hacia él mientras salía por la puerta.

"¿A qué hora os vais mañana?" Pregunté.

"Por la mañana, pronto." Su expresión era seria.

"¿Qué pasa?"

"Nada." Vi como tenía la mandíbula apretada. Algo no iba bien. Entrelacé mis dedos con los suyos para intentar calmarlo, algo que resultó de gran utilidad. Rocé mi pulgar sobre sus nudillos, y noté unas pequeñas heridas, que resultaban hechas hace poco. 

"¿Qué ha pasado?" No respondió. "¿Harry?"

"No ha pasado nada."

El silencio se hizo dueño de la situación. No me gustaba nada el cambio de actitud de Harry, me asustaba. Fuimos durante los diez minutos de camino cogidos de la mano andando en silencio. De vez en cuando me giraba hacia Harry para ver la expresión de su cara cada vez un poco más relajada gracias a las caricias que iba dejando de vez en cuando sobre su mano, que parecían reconfortarle. Llegamos al hotel de los chicos, pero en la planta de las habitaciones parecíamos estar él y yo solos. En un abrir y cerrar de ojos, me encontré empotrada contra la pared gracias a un fuerte golpe que dio Harry sobre mí. Nuestras narices se rozaban y nuestro aliento se mezclaba. Notaba que el corazón se iba a salir de mi pecho en cualquier momento.

"No quiero que nos separen." Dijo dando pequeñas caricias sobre mi mejilla.

"¿Q-quién nos va a separar?" Tartamudeé ligeramente posando mis manos sobre su nuca mientras jugaba con sus rizos. Harry cerró los ojos, y cogió una gran bocanada de aire.

"Nadie." Dijo con tono amenazador. En ese momento su teléfono sonó. "Mierda…"

Rebuscó el móvil por su bolsillo trasero. Se alejó de mi dándome un beso en la frente y descolgó. A medida que se iba alejando, sus facciones se iban endureciendo. Su mano derecha sujetaba el móvil, y su mano izquierda estaba envuelta en un puño, cada vez apretado con más fuerza dejando ver sus nudillos blancos. Posó su antebrazo contra la pared y apoyó su frente en él. No estaba contento. No conseguí escuchar la conversación, pero deduje que se trataba de algo no muy bueno a medida que se iba acercando a mí con paso ligero. 

"Ven."

Entrelazó suavemente sus dedos con los míos y me dirigió a una habitación que no era la suya y, al parecer, de nadie más. Se acercó a mi sujetándome por la cintura y me dio un pequeño beso en la frente.

"Necesito que te quedes aquí, vuelvo en un rato." Susurró a mi oído.

"¿Tardarás mucho?" Dije posando pequeñas caricias con mis manos sobre su pecho.

"No más de diez minutos. Tengo que solucionar una cosa." Me dio un pequeño beso en los labios y salió por la puerta.

La verdad es que me fastidiaba un poco el hecho de dejarme aquí sola, en una habitación que no era de nadie. Me senté en la cama que había en el centro de la enorme habitación, acomodé los cojines y me apoyé en ellos. ¿Quién le habría llamado y por qué estaba tan furioso? ¿Tendría algo que ver conmigo? No me gustaba verlo así. Antes de que me diese cuenta, una mano estaba acariciando mi espalda. 

"Amor." Susurró una voz cálida y ronca. "Te has quedado dormida."

Harry:

Debió quedarse dormida hace rato. Había tardado más del tiempo previsto. Al no obtener respuesta por parte de ella, decidí hacer lo que creía conveniente. Le desabroché el botón de sus pantalones, y se los arrastré cuidadosamente hacia abajo hasta sacárselos por los tobillos dejando a la vista su ropa interior de encaje negro, realmente sexy. Saqué la sudadera que le había prestado horas antes muy despacio por su pequeña cabeza juntamente con su camiseta dejando a la vista su sujetador, para mi sorpresa, de un color parecido al coral. Su cuerpo era realmente increíble en ropa interior, pero ella se veía como las demás, idea que debía sacarle de la cabeza. Nada en comparación con las otras chicas con las que había estado. Reparé en su pecho izquierdo donde tenía un tatuaje, casi insignificante, a la altura del corazón que le quedaba realmente bien. Me quité la camiseta para ponérsela a ella, la cogí en brazos y la coloqué en el centro de la cama. Deslicé mis pantalones vaqueros por mis piernas hasta llegar al suelo dejado al descubierto mis bóxers grises y me tumbé a su lado, dejando que apoyase su cabeza sobre mí pecho cálido. Acaricié su largo pelo rubio mientras observaba las facciones de su cara. Era hermosa, y ella no lo sabía. No iba a dejar que me separasen de ella. 

Eugenia:

Me desperté un poco descolocada y sobresaltada por la situación. Unos brazos fuertes me estaban sujetando por detrás, y estaba en una habitación que parecía no ser la de casa de Lilly. Me giré y allí estaba. Ese chico de pelo rizado que tanto me gustaba. Enredé mis dedos en su pelo, ligeramente despeinado, acariciándolo con suavidad. Su gesto era relajado y desprendía cierto aire de tranquilidad. Me reconfortaba saber que ya estaba más tranquilo después de la llamada de ayer. 

"Buenos días, preciosa." Dijo con voz ronca mientras me atraía con sus brazos hacia él entrelazando sus piernas desnudas con las mías. 

"Buenos días." Dije acariciando sus rizos una vez más. "Lo siento, ayer me debí quedar dormida."

"Estás guapísima, así, recién levantada." Añadió sin hacer caso omiso a mi comentario, mirándome fijamente a los ojos. Mis mejillas empezaron a sonrojarse. "Además, mi camiseta te debe quedar genial."

Miré para ver que ropa llevaba puesta. Creía recordar haberme quedado dormida, pero con mi ropa.

"¿Me desvestiste?" Pregunté extrañada.

Aunque la respuesta era claramente obvia. Él asintió con una sonrisa de oreja a oreja mostrando esos hoyuelos que tanto me gustan. Se acercó a mí para darme un beso, pero aparté mi cara con cierta picardía. En un abrir y cerrar de ojos, Harry se posicionó encima mío dejando besos húmedos por mi cuello, mientras lentamente subía la parte inferior de mi camiseta.

"Harry…" Siguió subiéndola hasta llegar a mi sujetador y se quedó mirando fijamente mi tatuaje.

"¿Qué significa?" Preguntó mientras daba besitos encima de él.

"Es solo un tatuaje." 

"Pero tiene un significado, ¿no?"

Me acomodé en la cama dejando los besos de Harry a un lado, mientras me sentaba sobre sus piernas dispuesta a contarle todo acerca de la enfermedad de mi madre y lo mal que lo habíamos pasado mis hermanos y yo este último año, y así hice. Alguna que otra lágrima caía de mis ojos, y el enseguida me la limpiaba posando sus manos en mi cara y arrastrando la pequeña gota con el pulgar. Es el único tatuaje que tengo en todo el cuerpo, todo un logro para mí, teniendo en cuenta que les tengo cierto respeto a las agujas. Me lo hice hace seis meses, cuando supe que mi madre estaba mejorando. Es el símbolo del lazo cruzado (), que significa lucha, lucha contra el cáncer de mama en el caso de mi madre.

THEY DON'T KNOW ABOUT USDonde viven las historias. Descúbrelo ahora