Capítulo #1

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Hoy jueves, casi último día de clases de la semana. No soy una chica muy amigable así que por consecutivo no tengo muchos amigos en el colegio. No es que no me agrade la gente ni nada pero disfruto de mi soledad en algunas circunstancias. Claro que tampoco no tengo amigos, pues están Derek y Dalí, ellos siempre saben como hacerme sentir bien, y puedo confiarles todo sin miedo a que harán si conocen mis sentimientos. Siempre han estado ahí para mí y desde que mi madre falleció, nos hemos vuelto mucho más unidos.
Derek es el típico chico popular por el que todas las chicas huecas de la escuela se mueren, claro que es por su físico, actitud y esas cosas que a las chicas les atrae. Tiene cabello castaño y ojos lindamente azules, unas pestañas inmensas y tiene un cuerpo particular, espalda ancha y hombros altos acompañados de unos grandes brazos.
Dalí es una chica inteligente y muy hermosa, tiene ojos verde claro, su cara esta llena de pecas y es pelirroja, su piel color dorado, o algo así, alta, delgada y bueno, todo eso hace que el conjunto de sus características la hagan preciosa. Y después estoy yo. Me llamo Hannah, soy una chica normal como otras excepto por mis pequeños problemas familiares. Desde lo de mis padres se supone que vivo con mi tía Penny pero ella nunca se encuentra en la casa y siempre está trabajando, en realidad es como vivir sola. Bueno, como decía: una chica normal, delgada pero no con el cuerpo de una modelo y al contrario de Dalí tengo un color pálido de piel, mis ojos color café oscuro y cabello negro.

Hoy se cumplen 4 años desde que mi madre falleció, obvio que no es algo que celebrar, pero ya estoy acostumbrada a esta fecha. Todos los aniversarios de la muerte de mi madre, mi tía y yo vamos al cementerio a dejarle un ramo de tulipanes amarillos, eran sus favoritos.
Cada año es lo mismo, y este no será la excepción.
Me encuentro saliendo de clases ya, atravieso el pequeño camino pavimentado de el colegio y observo los árboles a su alrededor de este, la bandera que cuelga en el techo, y los estudiantes que caminan, platican e incluso algunos ríen. De entre todos logro divisar a Derek que está en una "pequeña" bola de chicos, sus amigos del Lacroesse, lo veo reír y eso me provoca una pequeña sonrisa.
Con la mirada sigo buscando pero no encuentro a Dalí por ninguna parte, tal vez se habrá ido ya a su casa.

Llego hasta dónde tengo aparcado mi auto, subo a él y meto la llave girándola, dándole así vida al motor.
Me dirijo hasta mi casa, pues quede con Penny en ir juntas a verla.
Cuando llego, veo a mi tía saliendo de casa, estaciono el auto y bajo de él, ella se sube al suyo y supongo que quiere que vayamos juntas.
Todo el camino está en silencio, un hermoso silencio que espero así se quede porque no tengo muchas ganas de charlar. Durante el viaje me pongo a pensar... no puedo creer que ya sean 4 años, en verdad la he extrañado mucho, no sé como he sobrevivido todo este tiempo sin ella. Empiezo a recordar su cara, sus aspectos físicos, su manera de ser... empiezo a recordarla, a ella.
Esos ojos azules, cabello dorado y nariz puntiaguda, era delgada como yo, y muy amable, siempre fue muy amable, servicial y atenta.
Me sumerjo tanto en mis pensamientos que cuando me doy cuenta ya estoy en el cementerio Roods.
Mi tía baja del auto y empieza a caminar y yo la sigo hasta quedar enfrente de la lápida que yace con el nombre de Emily Hills, mi madre, con Penny a un lado de mí.
Mi tía se inca en su tumba y deja el ramo en la fría y seca tierra cerca de la lápida.
Yo me alejo para darle su espacio, empiezo a caminar por el cementerio observando todo tipo de lápidas, unas grandes, otras chicas, unas llenas de rosas y otras sin nada, olvidadas ya. Sigo caminando hasta que pasa alrededor de como una hora y decido que ya es tiempo de volver, pues tal vez Penny ya haya terminado. Empiezo a caminar hacia mi lápida y al parecer supuse mal, Penny sigue arrodilla en la tierra. No creo que sea correcto escuchar, pero la curiosidad me gana y me acerco un poco, sólo un poco, para poder entender lo que esta diciendo. Entonces escucho su voz.
- pero sabes que lo estoy haciendo, lo hago por ti y por ella, tú sabes que la quiero pero ella cada vez es más difícil. Yo... -se queda callada, y la veo detenidamente, no me había dado cuenta que estaba llorando...
- y-yo... sólo tengo una pregunta... ¿porqué tú?, siempre fuiste una buena mujer, la mejor hermana que pude haber deseado, y la vida se encargó de arrebatarte de la mía. Aún no puedo creer que ya no estés conmigo, todas las mañanas que me levanto todavía siento tu presencia, sé que de alguna manera aún estas aquí. Y agradezco a Dios que ese hijo de puta esté en la cárcel pagando por lo que te hizo -las palabras de mi tía me hacen levantar las cejas en modo de sorpresa y también siento cierto enojo que empieza a colarse por mis mejillas. No es que defienda a ese señor, pero en cierto punto tampoco quiero que se refieran a él de esa manera, yo le tenía un aprecio.

Night ChangesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora