1- Nada importa.

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Siente frío en los pies. Se retuerce molesta. El frío no mengua ¿Por qué hace tanto frío? ¿No se supone que es verano?

La luz blanca la marea y la obliga a cerrar los ojos con fuerza. Instintivamente se lleva una mano a la cabeza. Acaricia la rugosa venda que le rodea la frente.

¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy?

Esas típicas preguntas se amontonan en su mente.

Hace un resumen de su estado actual: le duele la cabeza, sobre todo la parte de la ceja derecha; tiene la boca seca y pastosa, y tiene los pies fríos.

Se atreve a mirar sus pies desnudos apenas tapados por una fina sábana blanca.

<<Vale, estoy en el hospital>> masculla para si misma al darse cuenta de que estaba sobre una camilla.

No era una habitación individual, pero el resto de camillas estaban vacías y solo se escuchaba el goteo de un grifo a lo lejos.

<<tuve un accidente...>>

No recuerda mucho.

Estaba poniendo el disco en la radio de la guantera, su madre la estaba ayudando... una luz verde, un golpe y oscuridad.

¿Y su madre? El miedo le taladró el estómago. Si ella estaba en una camilla de hospital... ¿Cómo estaría su madre? ¿Estaría bien?

Quería levantarse, buscar a una enfermera y preguntarle qué estaba pasando.

Al incorporarse se dio cuenta de que seguía con la misma ropa a excepción de que no llevaba zapatos.

<<Esto es bueno, significa que no me han ingresado, solo ha sido un golpe>> Solo esperaba que su madre estuviera bien.

La puerta se abrió, y por ella entró una joven enfermera.

-Oh, ya has despertado- dejó la carpeta en una de las mesillas y se puso a la altura de Pau -¿Cómo te encuentras? ¿Te duele algo?-

-Un poco la cabeza pero estoy bien ¿Qué ha pasado?- La mujer asintió e inspeccionó las vendas.

-Tuvisteis un accidente de coche, nada grave pero todos han tenido que pasar por el hospital. Tuvimos que ponerte unos puntos, te diste un buen golpe- revisó la cabeza y volvió a poner la venda en su sitio.

-¿Y mi madre?-

La enfermera ladeó la cabeza mientras anotaba algo en la carpeta.

-Está bien, apenas tiene unos rasguños. Está fuera hablando con el abogado-

Pau se estremeció.

-¿Abogado?- enmudecí.

La enfermera asintió y le dedicó una sonrisa bondadosa de que toda iba a estar bien.

-No te preocupes, tu madre no va a poner una denuncia porque fue culpa de un tercero-

Asintió con la breve explicación y la mujer salió de la habitación.

¿Qué hora sería?

Las cortinas estaban corridas, por lo que dedujo que ya era bien entrada la noche. No había podido ir al cumpleaños de su amiga.

Su estómago se retorció.

<<No es cómo si me fueran a echar de menos>> pensó apenada.

Al rato entró otro hombre, el médico. Le explicó que estaba bien, que solo había recibido un golpe fuerte en la cabeza pero nada grave, que había estado inconsciente tres horas y que ya podía irse.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2015 ⏰

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