La sala de música
Estoy pasando por un trance del que no puedo salir. Desde que leí esa carta mi vida dio un giro 180°. Dándole vueltas y vueltas al asunto y cuestionando a mi misma quién podría ser la persona que envió la carta. Por supuesto que estaba confundida, no paro de pensar en ello. Es imposible.
En un laboratorio de biología, estaba presente en cuerpo aunque no en mente, pero por estar distraída pensando en quién (estaba dispuesta a averiguar) había escrito la carta, tomé los restos del anfibio que acabábamos de explorar y accidentalmente los dejé caer estos encima de mi pareja, Tyler.
-¿Pero que te sucede hija de p¨¨¨?-Gritó enfadado.
-¡Ay! -Reaccioné instantes después.- Lo siento, Tyler. Me distraje un segundo y luego...
-Luego nada, lo haz hecho a propósito. -Gritó sin dejarme terminar de explicar.
-Señor Souza.-Anunció enojada la profesora.-Su vocabulario.
-Foda-se (Mierda ).-Dijo en portugués.-Você insistem em fazer-me cair no ridículo. (Tu insistes en hacer quedar en ridículo)Salió del laboratorio, desesperado, lanzando practicamente la puerta. Todos los presentes dirigieron sus miradas hacia mi, que no supe hacer nada más que salir corriendo tras él. ¡Que tonta! Al salir al corredor lo único que pude sentir era la tenue brisa que recorría el pasillo.
Lastimosamente, también salí afectada. Los restos desperdicios de rana cayeron en parte de mi ropa y tuve que usar ropa prestada por Giana. Supuse que no demoraría en correr el chisme por todo el instituto, ya esperaba la reacción de Brianna por haberle hecho eso a quien ella cree que es su novio.
No supe que pasó después. Me salté las próximas clases y me oculté en la sala de música, casi nadie la usa y es el lugar perfecto para distraerse, si sabes tocar algún instrumento, por supuesto. Mi manera de distraerme era tocando al Piano, luego pasé al Cello; el Cello es un instrumento que te lleva a otro mundo cada nota es especial y está llena de magia.
Cuando terminé mi parte favorita de Secrets un ruido me hizo salir del éxtasis, era él, era Tyler. ¿Pero que hacía allí? ¿Llevaba tiempo observándome? ¿Cuánto habrá escuchado? Con nerviosismo me levanté y sin decir una palabra, coloqué el instrumento en su lugar. Me miró, su mirada expresaba arrepentimiento. Lo miré, la mía lo decía todo, no me sentía bien y estaba segura que él podía notarlo; luego la suya se tornó en una fría y frívola, por un momento me asustó. No obstante, habló.
-La profesora Jones nos espera en su escritorio.-Dijo lo más áspero y hostil que pudo.
Sin decir nada, comencé a seguirlo hasta llegar al laboratorio para escuchar lo que nos tenía que decir la profesora.
-Ya que su comportamiento ha sido inexcusablemente terrible y es obvio que no han aprendido a trabajar en equipo. -Decía la profesora Jones, con chispas de sarcasmo en su voz. -He tomado la decisión de enviarlos con el consejero escolar.
-¿QUÉ? -Gritó desesperado, Tyler, tapándose la cara con las manos.
-Dos veces por semana, por tres semanas.-Terminó de explicar Jones.
-Esperen... ¿Qué es un consejero escolar? -Pregunté realmente confundida, por su reacción debe ser algo malo.
-¡Ja! Lo que faltaba... -Se burló Tyler.
-Ella, un consejero escolar es la persona encargada de ayudar a los estudiantes cuando se meten en problemas, se podría decir. Él se encargará de darle unos talleres que los hará llevarse mejor. -Explicó la profesora.Por suerte, ya habían pasados dos semanas de terapia y solo hacía falta una, el problema era que Tyler y yo no podíamos parar de pelear, él insistía en que yo lo único que quería era hacerlo quedar en ridículo en frente de todos y yo en que todo había sido accidental (porque así había sido). El consejero estaba a punto de volverse loco. Pobre. Ya que no llevo el auto al instituto porque así llego más rápido y temprano, el profesor obligaba a Tyler a llevarme a casa después de clases, hasta vigilaba si estaba cumpliendo. ¿Que cómo hice para que no descubriera que vivo en casa de Brianna? Así: le pedí a Gianna que llevara mi auto hasta donde Tyler cree que vivo, no eran mansiones en realidad, sino lo contrario pequeñas y sin color. Pero Tyler resultó ser menos cabeza hueca de lo que pensé. Me bajé del auto y esperé a que se fuera para sacar las llaves del auto e irme. Tim se había ofrecido para ir a buscarme pero no me quería arriesgar. Manejé tranquilamente hacia la mansión, con música para dejar de pensar en la realidad, gracias a Tim aprendí a manejar en la ciudad. Cuando presioné el botón que abre la puerta principal, encontré en frente, nada más y nada menos que a Tyler recostado sobre la tapa de su auto, con los brazos cruzados y una mirada muy seria.
-Y-yo, yo... -Intenté explicar.
-No digas nada.-Dijo con rostro decepcionado.A la siguiente semana, Tyler no apareció en ninguna de las dos sesiones. El consejero dijo que arreglaría todo con la profesora Jones, al menos eso me tranquilizaba un poco, solo tendría que verlo en las clases de biología que no eran tantas. Por ocasiones, intenté acercarme para explicarle pero Brianna lo evitaba todo el tiempo, así como también evitada que saludara o siquiera mirara a Nelson, el hermano del profesor Harris.
Ese mismo día recibí una invitación de parte del profesor Harris, una invitación a cenar en su casa. Quizá me distraería un poco de lo que había pasado estas últimas semanas.
Kim me ayudó con el vestuario, supuse una cena íntima, así que le dije que era algo sencillo pero ella como siempre, exageró en maquillaje y en peinado. No me sentía cómoda yendo sola así que le pedí a Giana que me acompañara. Una sonrisa pícara se formó en sus labios al contarle la noticia.
El profesor Harris, o como le gusta que le llame "Alan", me recibió de una manera muy atenta y cordial. Para mi sorpresa, había más invitados... Seriamos cuatro en la cena, Alan, Gianna, yo y sí, Nelson estaba allí con una camisa semiformal y con su cara al igual de sorprendida que la mía. La mirada de Gianna me consumió haciendo que me ruborice al instante.
-Ella.-Dijo Alan.-¿Cómo te va en la mansión?
-Bien, supongo.-Dije simplemente.
-Ay vamos Ella, di la verdad. Todos sabemos como son las Watson. Vívoras sin sentimientos.-Dijo Gianna.
-Creo que podré con ellas.-Respondí sonriente.Nelson no dejó de observarme en toda la cena, era como si me estuviera analizando; recordé la primera ves que lo vi aunque él no parecía memorar. Aunque me confundía, esta vez no era el mismo chico que conocí, el que me ayudó a curar las heridas de la rodilla, sino el mismo en frente de sus amigos.
La cena siguió un ritmo natural, cada uno complementaba una parte esencial en aquella mesa, era perfecto. El profesor... ¡Ay! Alan, nos reunió en su jardín luego del postre para conversar, pero al rato, después que se terminó el vino fue en busca de más junto a Gianna; dejándonos a Nelson y a mi a solas.
-Eres muy difícil de encontrar, Ella DeWitt.-Dijo Nelson.
No quiero ser maleducada, pero no sé qué responderle, ¿por qué me pone tan nerviosa?
-¿Por qué lo... -Pero fui interrumpida por Alan y Gianna que acababan de llegar. Gracias.
-Me encantaría poder seguir junto a ustedes pero, creo que es hora de irme. ¿Gianna?
-Creo que me quedaré un rato con los chicos.
-Vale, te veo mañana. Buenas noches a todos y gracias por la hermosa velada, la he pasado muy bien.-Saludé.
-Gracias por haber venido, Ella.-Agradeció Alan.
-Te acompaño a la puerta.-Se levantó Nelson del taburete de inmediato.Caminé lo más rápido que puede hacia la salida, estar con él me ponía nerviosa sin razón. Era como si ya conociera la casa completa. Me abrió la puerta y salí rápidamente. <<Hasta mañana>> fueron mis últimas palabras, sin mirar atrás ni siquiera un segundo.
Dos sombras me sorprendieron al entrar al estacionamiento, eran Tim y el señor William que por cierto llevo semanas sin saber de él, no tengo idea sobre que conversaban pero al notar mi presencia es obvio que se detuvieron. Cosas de hombres.
-Ella.-Dijeron ambos, sonrientes e inquietos.
-Buenas noches. ¡Oh, William! Hace rato no te veo.
-Si, Ella. He tenido que viajar un par de veces. -Respondió.
-Bien, me alegra que estés en casa.-aunque el comentario pareció disgustarlo un poco-Buenas noches.Estaba a punto de retirarme, para tomar un baño caliente del que realmente me había acostumbrado. En mi antigua casa no había agua caliente ni tina, solo el pequeño y frío grifo que los días de calor servía de mucho.
-Espera, Ella.-Me detuvo Tim.-Olvidé entregarte esto.-Dijo sacando un sobre blanco de su bolsillo.
-¡Oh, gracias!Sin decir una palabra tomé el sobre y en mi mundo me dirigí lo antes posible a mi habitación, alejada de cualquiera confrontación por parte de Laura o Brianna. No lo puedo creer, alguien en serio se está encargando de volverme loca. Justo acabo de superar la primera carta y ya ha enviado otra.
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Cindirella
Teen FictionLa sencilla e inocente Ella, ha sufrido mucho al quedar huérfana, pues la vida a veces suele ser egoísta y lastimosamente la enviaron al lugar equivocado. Ella no pertenece a la Mansión Watson y nunca formará parte de aquella “familia”. Su tía Laur...