Dulce y Callado

4.1K 275 139
                                    

Hola, mi nombre es Sugawara Kôshi y estudio el tercer año de la secundaria en Karasuno.
Tengo 16 años y hace algunos años me he preguntado como sería eso de que tu mejor amigo o tú mismo te enamores de tu mejor amigo y esas cosas clichés de las que todo el mundo habla.
No sé desde cuando pasó y no planeo averigüarlo, aunque más bien no lo recuerdo, pero me encanta! Estoy enamorado de mi mejor amigo y eso está mal porque él es hetero, o al menos eso creo.

Si ya era difícil ese tipo de enamoramiento entre un hombre y una mujer, ahora imagínense que tan incómodo debería ser cuando te enamoras de alguien de tu mismo sexo. No es como si yo fuera homosexual desde que soy pequeño pero es que nadie, hasta la secundaria, me había "flechado de esa manera". Nadie había causado tantas sensaciones en mí como lo hace él con su sola presencia.  

Daichi Sawamura es el hombre más masculino, atractivo, atlético, simpático, comprensible, animado, estudioso y adorable que he conocido en mis apenas 16 años de vida y tengo un problema ahora mismo porque últimamente mis hormonas, por culpa de la MALDITA pubertad, hacen de las suyas y me prendo cada vez que lo veo. No sé que haría si yo mismo no me controlara.

Suelo estar a su lado casi todo el tiempo y de verdad me admiro por controlarme, después de todo soy el Vice-capitán de nuestro equipo de voleibol de secundaria. Vamos de un lado a otro planeando estrategias, haciendo lo mejor para nuestro equipo, tomando decisiones que nos definirán como los mejores de Japón. Prácticamente hacemos todo y de todo juntos. Usualmente  hacemos eso pero no ahora que parece que mi maldito cuerpo ha decidido calentarse a cada instante. Si me toca, me prendo. Si me habla, me prendo. Si me mira, me prendo. Si lo veo pasar, me prendo. ¡Quisiera que todo esto termine ya! No se puede vivir así por siempre. Gracias pubertad, gracias una vez más.

Y aquí estoy de nueva cuenta o como todas las semanas, en la sala del club, todos nos estamos cambiando de uniforme y gracias a Dios no ha llegado el dueño de mis sueños húmedos. Por alguna razón comienzo a pensar en que pronto veré su espalda tan grande y esos brazos que quisiera que me abrazaran fuerte mientras estamos desnudos, en mi cuarto y....ESTÁ PASANDO DE NUEVO! Siento como mis mejillas y ,poco a poco, toda mi cara se van enrojeciendo, algo más abajo me hace cosquillas.¿De verdad? ¿Va a pasar aquí? Pero entonces mi sentido común toma el contro de la situación: ¡No, aquí no!

-¿Suga-san...estás bien?- me pregunta Tanaka porque se ha dado cuenta de que mi rostro está enrojecido y casualmente los demas han volteado para mirarme -Ah!- le respondo nervioso, creo que se ha oído graciosa mi voz -E-estoy bien! Descuida- y me volteo. Bajo la mirada muy despacito y noto que mi "amigo" no se ha despertado. ¡Menos mal! Debo hacer algo con esta sucia mente que tengo.

De pronto escucho la puerta abrir y un "Buenas!" con la voz más sensual del mundo. Si, es Daichi. Volteo rápidamente mientras le devolvemos el saludo y comienza a desvestirse. Oh si, aquí viene mi parte favorita del día.

Se quita el saco del uniforme, se desabrocha el cinturón, comienza a desabotonar la camisa y ahí es cuando todo lo comienzo a ver en cámara lenta. Se desfaja la camisa y con cada botón que toca, siento que esas manos estarían mejor sobre mi piel. Por fin se deshace de la prenda y puedo ver su abdomen, sus casi perfectos brazos trabajados ¡como si no supiera que hace pesas en casa! Su piel parece tan suave y deliciosa que quisiera lamerlo y hacerle moretones con la boca por todas partes. He oído que le llaman "chupones". Para mi suerte, y gran deleite, se voltea y me regala una MAGNÍFICA vista de su gran espalda. Puedo ver ese perfecto triángulo invertido conformado por su cintura y sus hombros. Cómo me encantaría llenarle de rasguños y marcas por todos lados, especialmente en su espalda baja; mi pulso se acelera un poco, trago saliva, mis manos sudan, siento mi respiración muy caliente, no puedo evitar morderme internamente el labio y siento como mi parte baja comienza a palpitar. No sé que pensarían todos si pongo mi cara de idiota en brama. 

¿Acaso alguien no me ha dicho que la época de apareamiento no aplica para los humanos? Sólo follamos y ya. Y quiero que él me lo haga en este mismo instante.

Por desgracia se pone la playera del uniforme deportivo y miro a otro lado para tranquilizarme, pero lo agradezco también porque eso quiere decir que viene la mejor parte. Esa parte donde se quita los zapatos y el pantalón. Adiós horrible prenda del diablo que mi querido Daichi jamás debería usar. Aunque no estaría mal verlo con unos bien ajustados. Sin duda resaltarían lo mejor de él.

Puedo ver la prenda en el suelo y poco a poco subo la mirada. Tobillos hermosos. Piernas hermosas y bien tonificadas, grandes, suculentas; la subo un poco más y ahí están esos perfectos y musculosos muslos. "Bonitas piernas, ¿a que hora abren?" no puedo evitar pensar en aquella frase que escuché el otro día en un programa nocturno ¡es bastante vulgar, lo sé! Pero queda bien con lo que veo.
Subo un poco la mirada y ahí está, lo que más deseo, en todos los sentidos, en todo el mundo: su viril miembro. Nunca lo he visto por debajo de sus ajustados bóxer, es obvio, pero me imagino algo verdaderamente grande, imponente, grosor y largo perfectos que se ajustaran a mi interior, un bonito color claro y con la punta un poco rosada. ¡Oh Dios! Quisiera tenerlo en mi cara y entre mis manos justo ahora mismo.

Se voltea de nuevo y me muestra sus preciosas nalgas, redondas, frondosas, en el  lugar correcto y pidiendo ser estrujadas y mordisqueadas por mi.

¡Oh basta! ¡Me estoy exitando de nuevo y estamos en la escuela!

"Tranquilo Kôshi, tranquilo"  me digo y repito mentalmente, con discreción inhalo y exhalo para guardar compostura. No puedo evitar no voltear a verlo, me provoca tantas cosas que ya no sé que haré el día en que explote y le diga todo esto que siento, aunque probablemente sea el día de nuestra graduación ya que no planeamos asistir a la misma universidad: le confieso mis sentimientos, nos dejamos de ver y asunto arreglado. ¿Qué puede salir mal?

-...ga!- escucho algo a lo lejos -....uga!- ¿Qué? ¿mi nombre quizá? -¡SUGA!- y despierto de mi sueño, su voz me trae de nuevo a la realidad, Daichi me llama. -Pareces distraído ¿estás bien?- se acerca un poco a mi ya con todo el uniforme puesto -E-estoy bien- le contesto un poco atontado. Me trajo a la cruda realidad y me dolió. Sólo un poco. 

Termina de guardar sus cosas y me indica que es hora de irnos al gimnasio. Lo sigo un poco atrasado para poder ver sus glúteos que se ajustan perfectamente al short. ¿Esto es una especie de prueba? ¿Debo aprobarla y obtendré algo a cambio? Por que, sinceramente, no creo aguantar tanto.

En todo caso, no todo es admirar el cuerpo de Daichi, no sólo estoy enamorado de su exterior sino también de su hermoso interior.

Y con eso no me refiero a sus bóxers o algo por el estilo.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

N/A: Hola! :'D He decidido a venir a probar suerte en este nuevo mundo llamado Wattpad~ la verdad me parece más sencillo que FF pero igual lo amo. Esto no se trata sólo de calentura, señoritas y tal vez señoritos. Esto se trata de amor~ uvu porque soy muy cursi~ jaja xD

Tardo un poquitillo en actualizar pero dado que acá es más sencillo, de menos cada dos o tres semanas lo haré~ ^^ 


Gracias por leer! :D




Maldita TimidezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora