No estaba en mis planes caer en sus brazos. Moría de vergüenza y de ganas de conocerlo, no podía reaccionar estaba como hipnotizada. En mi cabeza se repetían las mismas palabras todo el tiempo "amor amor amor" y obligaba a que se cambiaran por "odio odio odio".
- Creo que si no hubiera estado te matabas. - Dice sonriendo, interrumpiendo mis pensamientos.
- ¿Pensas que una chica no puede salvarse sola? - Digo seria.
- En la situación que acaba de ocurrir lo dudo, deberías decirme gracias.
- Como digas. - Aparto la mirada de el.
- Sigo esperando, y la verdad que pesas mucho. - Imita una mueca de dolor.
- ¿Perdón? ¿Me estas diciendo pesada? Bájame ya. - Pierdo la paciencia y golpeo su pecho.
- ¿Y si no lo hago? - Su sonrisa era muy linda, pero me dijo pesada.
- Lo hago yo sola. - Me bajo de sus brazos y comienzo a caminar.
- No creí que lo harías.
- Las chicas pueden hacer cualquier cosa que ni te imaginas. - Hablo en voz fuerte mientras me alejo de el saludándolo de lejos.
De reojo veo que me esta siguiendo y lo ignoro.
- Espera, espera, perdón no quise. - Me agarra el brazo y un escalofrió pasa por mi espalda.
- ¿Que no quisiste? ¿Hacerte el lindo conmigo? - Suelto su mano de mi brazo.
- No me hago, soy. - Empieza a juntar flores amarillas.
- Si vos decís.. - Digo con cara de desagrado y sigo caminando.
- Si lo digo, y no me arrepiento, seguro también lo piensas, no vengas a hacerte la histérica.
Oh acaba de decirme histérica, se arrepentirá.
- ¿Histérica? Me acabas de decir histérica y ni sabes mi nombre, ¿pero quien sos vos para decirme histérica a mi? - Comienzo a gritar y lo empujo hacia atrás, pero el no da ni un paso para atrás.
- Hablar rápido y negarlo es de histérica. - Sonrie. - Ah y cambiarme de tema también nena.
Bien, ahora me dice nena e histérica.
- Eres un completo idiota. - Doy media vuelta y sigo con mi camino.
- Un idiota que no te sacaras de tu mente. - Me sigue.
- Hablar contigo paso a ser demasiado aburrido, me iré a mi casa. - Camino tan rápido que ya estoy en la puerta de mi casa.
- ¿Como? ¿Tu vives ahí? - Pregunta sorprendido abriendo los ojos como platos.
- Si, somos vecinos, ¡sorpresa! - Imito una cara de alegría. - Ojala te vayas pronto. - Imito una sonrisa y pongo las llaves en la cerradura para abrir la puerta.
- Muchas gracias, pero no sera así, ahora que se donde vivís podre visitarte. - Imita una cara de seductor. Osea ¿que?
- Eso seria super genial, ojala que nunca pase.
- Que ortiva eres.
- Me alegro de serlo. - Le cierro la puerta en la cara y suspiro.
Voy hacia la cocina, donde estaba mi abuelo enojado y ve mi canasta completamente vacía por el hecho de que no pude juntar frutas por conocer a ese idiota.
- ¿Que te paso?, estas con todo el vestido sucio, no juntaste frutas, tardaste demasiado en venir a casa. - Me regaña mientras se levanta de la silla.
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Atracciones Peligrosas
Roman pour AdolescentsAmelie Wood es una chica llena de odio y de rencor, tratando de encontrar su felicidad. Mediante un accidente, conoce a Dylan. ¿Dylan de verdad es le chico que ella cree?. El le demostrara que no es igual a los demás, sino, que es mucho peor. Cuando...