Capitulo 2: "Odio por ti"

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No estaba en mis planes caer en sus brazos. Moría de vergüenza y de ganas de conocerlo, no podía reaccionar estaba como hipnotizada. En mi cabeza se repetían las mismas palabras todo el tiempo "amor amor amor" y obligaba a que se cambiaran por "odio odio odio".

- Creo que si no hubiera estado te matabas. - Dice sonriendo, interrumpiendo mis pensamientos.

- ¿Pensas que una chica no puede salvarse sola? - Digo seria.

- En la situación que acaba de ocurrir lo dudo, deberías decirme gracias.

- Como digas. - Aparto la mirada de el.

- Sigo esperando, y la verdad que pesas mucho. - Imita una mueca de dolor.

- ¿Perdón? ¿Me estas diciendo pesada? Bájame ya. - Pierdo la paciencia y golpeo su pecho.

- ¿Y si no lo hago? - Su sonrisa era muy linda, pero me dijo pesada.

- Lo hago yo sola. - Me bajo de sus brazos y comienzo a caminar.

- No creí que lo harías.

- Las chicas pueden hacer cualquier cosa que ni te imaginas. - Hablo en voz fuerte mientras me alejo de el saludándolo de lejos.

De reojo veo que me esta siguiendo y lo ignoro.

- Espera, espera, perdón no quise. - Me agarra el brazo y un escalofrió pasa por mi espalda.

- ¿Que no quisiste? ¿Hacerte el lindo conmigo? - Suelto su mano de mi brazo.

- No me hago, soy. - Empieza a juntar flores amarillas.

- Si vos decís.. - Digo con cara de desagrado y sigo caminando.

- Si lo digo, y no me arrepiento, seguro también lo piensas, no vengas a hacerte la histérica.

Oh acaba de decirme histérica, se arrepentirá.

- ¿Histérica? Me acabas de decir histérica y ni sabes mi nombre, ¿pero quien sos vos para decirme histérica a mi? - Comienzo a gritar y lo empujo hacia atrás, pero el no da ni un paso para atrás.

- Hablar rápido y negarlo es de histérica. - Sonrie. - Ah y cambiarme de tema también nena.

Bien, ahora me dice nena e histérica.

- Eres un completo idiota. - Doy media vuelta y sigo con mi camino.

- Un idiota que no te sacaras de tu mente. - Me sigue.

- Hablar contigo paso a ser demasiado aburrido, me iré a mi casa. - Camino tan rápido que ya estoy en la puerta de mi casa.

- ¿Como? ¿Tu vives ahí? - Pregunta sorprendido abriendo los ojos como platos.

- Si, somos vecinos, ¡sorpresa! - Imito una cara de alegría. - Ojala te vayas pronto. - Imito una sonrisa y pongo las llaves en la cerradura para abrir la puerta.

- Muchas gracias, pero no sera así, ahora que se donde vivís podre visitarte. - Imita una cara de seductor. Osea ¿que?

- Eso seria super genial, ojala que nunca pase.

- Que ortiva eres.

- Me alegro de serlo. - Le cierro la puerta en la cara y suspiro.

Voy hacia la cocina, donde estaba mi abuelo enojado y ve mi canasta completamente vacía por el hecho de que no pude juntar frutas por conocer a ese idiota.

- ¿Que te paso?, estas con todo el vestido sucio, no juntaste frutas, tardaste demasiado en venir a casa. - Me regaña mientras se levanta de la silla.

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