Seis.

33 2 0
                                    

Seis.

Wesley

Venecia estaba tan rara como todos los días post-Zack.

Aunque comúnmente estaría con la cabeza gacha porque ése hijo de puta nunca le habla después de sus "encuentros" hoy traía el ceño fruncido.

-Y a ti, ¿Qué te pasa?

-¿Qué?-Dijo confusa.

-¿Qué de qué?

-Wes...-Rodó los ojos y puso atención a la clase.

Pasó una bendita hora escribiendo y borrando algo en un folio sucio.

Sonó la campana y me acerqué a ella.:- Hablé con mi papá.

-¿Qué te ha dicho?

-Va a darme el dinero, de hecho ya lo hizo, pero tomando en cuenta de que a tu hermano le queda un buen tiempo en la preparatoria aún, es un cheque de plazo indefinido. Podrás cobrarlo cuando lo necesites y hasta entonces estará en mi libro de "Matar un ruiseñor".

-¡Wes!- Saltó y me abrazó.

-¿Vas a contarme que pasó? Dime que no hay un pequeño óvulo enfetado en tu estómago.

Rió un poco y negó con la cabeza.:- No importa. Son sólo las habituales mariposas agonizando antes de volver a invernar hasta que a él le de la gana.

-Venecia, ¿quieres esto? ¿te gusta Zack?

-No lo sé.- Llevó sus manos al cabello y tiró de él para después pasarlas desesperadamente por su rostro.- Sé que no le gusto, que nunca siquiera le atraje, que todo en mi puta cabeza es distinto y que me baso en eso para mis decisiones por muy estúpido que sea. Yo soy una estúpida.

-Hey, hey -Tomé sus muñecas.- No eres estúpida, tal vez un poco tonta y tal vez tengas razón pero tú lo haces todo por corazonadas.
Venecia, sientes tan a fondo cada cosa que haces todo según lo que tu corazón demanda. Por muy comercial que suene.

-Wes, Zack se ha vuelto una necesidad. Me importa más de lo que me gustaría admitir. ¡Me importa lo que él piense de mí! -Suspiró.-Me siento enferma.

-¿Qué es lo que no te gusta?

-Seré estúpida pero no ciega. Sé que nunca va a verme como algo más. Sé que ni siquiera le agrado. Pero yo hago todo, TODO por él. Algo que detesto admitir.

En ése momento sus ojos se pusieron brillosos y se soltó de mi agarre para salir con pasos rápidos hacia el baño.

Venecia.

Pasé por el lado de todas las chicas que hablaban frente al espejo del baño y me encerré en el último cubículo.

Saqué el folio en el que anteriormente estaba escribiendo y prácticamente lo rehice.

La campana sonó y el baño se fue vaciando hasta que quedé sola y pude leerlo para ver que tan estúpidos se oían mis pensamientos.

El mensaje que nunca enviaré, el mensaje que nunca leerás, las cosas que nunca sabrás.

Por donde empiezo... Un sólo favor. Léelo todo, y después de hacerlo dime lo que piensas instantáneamente de él.

Bien, quiero intentar algo contigo. (Oh, dios. Suena tan raro)

Sé que seguramente con esa simple oración estás pensando "¿Qué mierda?" pero es que necesito intentarlo. Necesito saber cómo reaccionarías si te dijera lo que constantemente está rondando en mi cabeza.

Tú estás rondando en mi cabeza.

Y no es que realmente me gustes, para serte sincera ni siquiera sé si pasa de una atracción física, es sólo que necesito a alguien que llegue a conocer esa parte de mí que tanto está esperando un visitante.

Y, considerando que tú eres la persona que me vio en una gran cantidad de mis facetas (incluyendo mi lado pervertido), no veo por qué no serías tú esa persona.

No espero realmente que hayas llegado hasta aquí en el mensaje, ni tampoco que llegues a estar interesado en lo que te estoy diciendo.

De todas maneras necesitaba por lo menos escribirlo. No estoy realmente segura de si conseguiré alguna clase de respuesta, pero hasta entonces seguirás paseando por los pasillos de mi mente cono si fuese tu propia casa.

Creo que lo he dicho todo, y mayormente se reduce a una oración: "Quisiera intentar algo contigo."

Reí y volví a guardar el folio en mi morral.

Como si algún día fuese a leerlo.

Venecia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora