Cuatro.
Wesley.
-Gracias, ma.-Dije cuando el auto se detuvo frente a nuestra casa.
La oí hacer algún sonido y el auto se puso en marcha de nuevo.
-¿Hola? ¡Papá! -Dije al llegar a mi casa.
La ama de llaves salió de la cocina y me miró.-Buenas tardes señor Wesley, no hay nadie en casa.
-Pero qué sorpresa.- Rodé los ojos.- Gracias, Cecile.-Subí las escaleras y me metí en mi habitación.
Lancé la mochila al piso y me lancé a la cama.
Respira.
Pastilla.
Respira y sigue respirando.
Aguanté la respiración unos segundos, tal vez minutos y empecé a relajarme.
Y obviamente empecé a ahogarme y a necesitar el aire dentro de mis pulmones.
Tosí y tosí hasta recomponerme.
Me puse de pie y tomé mi computadora entrando a Tumblr.
Yo era un bloguero relativamente activo, imágenes y gifs suicidas o eróticos además de una que otra cosa rara.
Hice la tarea de investigar acerca de Charles Dickens y encendí la televisión para entrar a Netflix.
Pasé el resto de la tarde viendo Skins y luego cené sólo en mi habitación.
A eso de las once y cuarto el auto de papá sonó en el garaje y salí para poder hablar con él.
Lo encontré en el umbral de la puerta hablando por teléfono con un traje azul.
-Papá...-Me hizo una seña para que callara y siguió hablando.
Me lancé al sillón a esperar mi turno que tardó como diez minutos en llegar.
-¿Qué querías, Wesley?
-Papá necesito dinero.-Dije directo.
-¿Como para qué?-Preguntó mosqueado.
-Para un concierto libre de posibilidades suicidas.
-Pero qué gracioso - rodó los ojos.- no.
-Bieeen.- pasé mi mano por mi rostro.-Es para ayudar a una amiga. Lo necesita, enserio.
-Pues, como ni siquiera es para ti, me temo que mucho menos.
-¡Dios, papá! ¿En qué vas a gastarte ese dinero? ¿Enserio necesitas tener una pequeña isla en el caribe para ser feliz?
-Qué estupideces dices, Wesley.
-Bien. Si no me ayudas tú conseguiré dinero de alguna pandilla que le haya asaltado a uno de tus empleados. Se pondrán muy felices al saber que el hijo de Simon Mitchell necesita lo que más posee. Dinero.
-¿Es enserio? ¿Como hemos llegado al punto de tu chantaje?
-Tengo una mente dañina y enferma, no me juzgues.- Me encogí de hombros.
-Bien, ¿Cuánto necesitas?
-¿Cuánto cuesta una entrada a la estatal?
-¿Me estás jodiendo?-Dije deteniendo su mano de encima de la chequera.
-No olvides la estadía, comida y material por al menos cuatro años.- Puntualicé.
-Wesley...
-Simon...
Rodó los ojos y escribió.
-El concierto hubiera sido una mejor opción.-Me dio el cheque.
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Venecia.
Teen FictionWesley Mitchell no tiene ninguna razón ya para vivir. Excepto tal vez su vecina de al lado; Venecia Baker. ©2015 todos los derechos reservados.