Capitulo 3

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Sonó la alarma de mi despertador, automáticamente me cubrí con mis cobijas hasta la cabeza, después de unos minutos mi hermana Annie toco la puerta de mi habitación.

-Maddie, ya levántate que en una hora tenemos que irnos al aeropuerto.

Me levante de la pequeña colchoneta, y tome mi ropa y camine a rastra pies hasta la bañera,  abrí el grifo y deje que esta se llenara con agua caliente. Deje mi ropa en el escusado, me senté en la orilla de la bañera, ¿de que habrá hablado mi papa con Dylan?
Mi papá salió, se quedo con Dylan hablando, Dylan se marcho, mi papá entro ala casa de nuevo, me dio una mirada rápida y se encerró en su habitación. Era lo que me preguntaba desde anoche. Me termine de bañar y me vestí con una chaqueta negra, unos jeans claros y rasgados de una rodilla y mis vans negras. Tome las pocas cosas que quedaban en mi habitación y baje ala cocina, sin antes darle una ultima mirada a mi habitación, ahora si se encontraba realmente sola y completamente vacía.

-Hola. -salude a mis papas que se encontraban tomando su almuerzo.

-Cariño. -sonrío mi mama- Siéntate, te serviré tu desayuno.

-no tengo apetito, pero gracias. -sonreí-. -Me dan las llaves de la camioneta, necesito meter esta mochila.

-No hace falta, ya nos vamos. -hasta que se digno a hablar mi padre-. -tomen las cosas que falten y súbanlas ala camioneta, las otras cosas de la casa ya deben de haber llegado a Australia, a nuestra nueva casa. -fijo su mirada en mi-. -Amaran la nueva casa, es gigante, tiene un par de columpios y una piscina.

Subimos los cuatro ala camioneta y emprendimos el viaje hacia el aeropuerto, llegamos y bajamos las maletas, mientras iba caminando pasaban muchas personas, para todos lados, llegamos a unas sillas azules, nos sentamos para esperar nuestro vuelo.

Acaso esperas a que llegue Dylan corriendo por esa puerta y te bese apasionadamente

Cállate

No seas tonta, eso solo pasa en películas, el ni siquiera piensa en venir a verte, te iras sola.

¡Basta!

Sabes que es cierto, no tienes caso que ignores esto.

Podrías callarte, ni siquiera había pensado eso, suficiente tengo con los regaños de mi padre, como para que tu te pongas a reprocharme lo mismo, solamente eres mi conciencia, no eres nadie.

-Pasajeros del vuelo 637 con destino a Sydney Australia, favor de abordar.-me interrumpió la voz de una chica hablando por los altavoces, estaba feliz por que hizo que se terminara mi estupida pelea con mi subconsciente.

-Bueno niñas, tomen sus maletas y bajamos a revisión.-dijo mi padre-.

Antes de comenzar a caminar a dirección de mis padres, mire por una ultima vez a toda la gente que pasaba a mi alrededor. Después de todo mi subconsciente si tenía razón, yo tenía una pequeña esperanza de que Dylan apareciera entre la gente y viniera a verme.

Creo que después de todo, solamente quedaran los recuerdos... Gire sobre talones y seguí a mis padres.

(....)

Me encontraba sentada en el avión, mirando por la ventanilla, esperando a que el avión despegara, mis padres iban sentados en los aciertos de enfrente junto con mi hermana, a mi me toco a lado de una señora mayor de edad y un chico. Solamente quería cerrar los ojos y quedarme dormida en un profundo sueño hasta llegar a Australia, ya que al parecer son mas de 15 Hrs de viaje. No creo que mi trasero aguante mucho estando  sentada.

Después de 5 minutos el avión despegó, podía ver por la ventanilla como cada vez las casas se miraban más pequeñas, en verdad extrañaría este lugar, Steichen, Dylan, Alex y algunos maestros y amigos de la escuela. ¿Que estará haciendo Dylan en estos momentos? ¿Tal vez no vino por que mi papa lo amenazo? ¿Tal vez tenía un trabajo pendiente? Ahg mi mente me esta matando con tantas preguntas, solamente espero que las horas pasen rápido.

(....)

18 horas de viaje, ¡fantástico! Y ahora me encontraba en un hotel, mi papa prefirió que durmiéramos en un hotel de paso, ya que nuestra casa quedaba a 30 minutos del aeropuerto. Hacia un mendigo calor infernal y ni siquiera hay calefacción, eran más de la 1:00 am en Australia.

-¿Maddison? -tocaron la puerta de la pequeña habitación

-Mmmh...

-¿Estas dormida? -preguntó mi padre-.

-Si y estoy soñando con unicornios. -hable sarcásticamente, después de unos segundos sentí como un lado de la cama se hundía.

-soltó un suspiro y me voltee a verlo-. -Sabes que solo quiero lo mejor para ti. -comenzó a acariciar mi cabello-.

-No crees que es muy pronto para empezar a discutir. -conteste fríamente y lo observe-. -Podrías dejarme descansar, estoy cansada. -me gire dandole la espalda-.

-Esta bien. -solamente se escucho el ruido de la puerta al cerrarse-.

(....)

-Tomen sus cosas, es hora de irnos -gritó mi papa-.

-solté un bufido-. -Genial, ayer no logre dormir, y cuando por fin lo hago llega mi papa gritando como loco. -rodé los ojos y me levante de la cama, tome mi maleta y camine hacia la puerta-.

-¡Rápido Maddison! El taxi nos esta esperando abajo. -hablo mi padre-.

Bajamos del hotel y nos subimos al taxi, comenzó a conducir, pasamos por varios lugares muy lindos, en una parte del viaje se miraba el mar, pensé en que tal vez un día pueda  venir sola, estos lugares me daban cierta tranquilidad. Dylan... Como le haría para comunicarme con Dylan. Solamente me sabia de memoria el número de Steichen y era el de su casa. Tal vez pueda mandarle una carta a casa de Steichen y ella se la de. Si esa sería una buena opción. Ni siquiera me di cuenta cuando el taxi se detuvo enfrente de nuestra nueva casa.

-verdad que esta hermosa. -dijo mi padre mientras bajaba las maletas del taxi-.

Me pare enfrente de la casa, adelante del taxi estaba un auto de mudanza a que bajaba algunas cosas que teníamos en California, la casa era blanca, tenía un garaje, había un pequeño jardín enfrente era de dos pisos, tenía dos ventanas al frente, una quedaba enfrente de un árbol, de donde colgaban dos columpios.

-No tiene mala pinta. -voltee a ver a mi padre y me sonrió.

Me adentre ala casa, estaba la sala, una puerta que guiaba al comedor, la cocina, otra daba a un pequeño despacho, había un baño, una puerta daba hacia un sótano (al cual no entre por que estaba muy oscuro), entre a la cocina y hay había una puerta de cristal que daba al patio trasero, era grande, tenía muchas flores, un árbol y una ¡piscina!. Woow mi papa si que se lució con la casa, habían algunas mesas de jardín alado de la piscina.

Corrí hacia las habitaciones, eran cinco, tres de ellas tenían sus baños, delante de una puerta de madera color blanca estaba mi nombre grabado, entre y observe mi habitación, era un poco mas grande que la que tenía en California, y estaba algunas cosas mías, era la ventana que quedaba enfrente del árbol, además tenía su propio baño. Salí de mi habitación y la puerta que estaba enfrente era la recamara de mi hermana, baje rápidamente las escaleras y me encontré con mis papas en la sala.

-¿Te agrado la casa? -preguntó mi padre-

-No esta nada mal. -intente sonreír pero mas bien me salió una mueca-.

-Me alegro que te halla gustado.

-Bueno, yo voy de nuevo a mi habitación. -alce ambos hombros con indiferencia-.

-Si, solo que no vallas a llegar tarde, los vecinos de enfrente nos han invitado a cenar con ellos. -respondió mi madre mientras me observaba-.

-Como sea. -subí de nuevo a mi habitación-.

Over Again || Michael CliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora