Capitulo 4

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Por fin después de unas horas de trabajo, mi habitación quedo casi igual a como la tenía en California. Me asome por la ventana de mi habitación, y hay estaba mi hermana jugando en los columpios que estaban colgando del gran árbol. Tome mi ropa y me adentre al baño, tome una larga y fría ducha ya que hacia bastante calor, me coloque una blusa holgada con el logo de sleeping with sirens, unos jeans negros rasgados de las rodillas y mis vans negras. Salí de mi habitación y camine por el pasillo para bajar las escaleras, me detuve en seco al escuchar hablar a mi papá en la sala.

-Ya no se que hacer, pensé que al traerla lejos de ese joven iba a volver a ser la misma de antes. -soltó un suspiro de frustración-.

-Cariño, apenas hemos llegado, dale tiempo. -hablo mi madre dulcemente-. -Cuando entre ala escuela y conozca gente nueva, ya veras que ella te lo agradecerá.

-Rose, espero que tengas razón, bueno subiré a darme un baño, no queremos llegar tarde ala cena.

-Son las 7:30, aun tienes tiempo, la cena es alas 9:30 p.m.

Me apresure y comencé a bajar las escaleras, llegue ala puerta y la abrí para salir, pero mi papa me detuvo.

-¿A donde? -me pregunto-.

-A dar la vuelta, a conocer el vecindario, ¿Que mas se puede hacer aquí? -Hable mientras alzaba ambas cejas-. -acaso no es obvio.

-¡Hey! No le hables así a tu padre. - me reprendió mi mama-.

-¡Pues entonces no me pregunten cosas! -hable en tono más alto- ¡Ahora déjenme sola un rato! -los apunte- -No quieran tenerme siempre encerrada en este maldito hogar, y sobre la cena, no se preocupen, llegare a tiempo. -Salí de la casa dando un portazo y comencé a caminar por la calle, mientras observaba las casas que iba pasando. Tratando de recordarlas y así no perderme.

Llegue a un parque y me senté en una banca que estaba vacía, había una que otra familia con sus hijos, saque un cigarrillo de su cajetilla y lo encendí, me acosté en la banca, mientras miraba que el cielo ya estaba mas oscuro.

-Demonios y yo no tenía celular, ahora como se que maldita hora es. -susurre para mi misma-

Mi reproductor de música, no marcaba la hora, de milagro aun servía para poder escuchar la música que me agrada. Mejor me pare de la banca y emprendí de nuevo mi camino hacia la casa, coloque música en mi mp3 y me coloque los audífonos, camine un par de calles y prendí un cigarrillo.

Creo que he camine muy lejos de casa, pero la verdad no me importa, me alejaron de mis amigos, mi novio, como da de vueltas la vida, hace unos meses atrás todo era perfecto y en un par de semanas, todo se fue ala mierda, camino por las oscuras calles de Sídney mientras mantengo mi mirada fija en el suelo, mientras le doy varias caladas a mi cigarro y sigo pensado en muchas cosas, choco con algo o alguien, alzo mi vista y me encuentro con unos grandes y verdes ojos observándome, en su mirada se miraba molesto.

-Fíjate por donde caminas, niña tonta

¿Que dijo? No entendí nada, gracias a los audífonos que llevaba puestos.

-¿Disculpa?. -Le hable mientras me sacaba un audífono, para poder escucharlo

-Aparte de ciega, sorda. -hablo el rojizo, mientras me miraba fijamente.

Que idiota pensé

-Entrecerré los ojos y lo mire fijamente, le sonreí burlonamente y le mostré mi dedo medio, me gire sobre talones y seguí mi camino hacia mi casa dejando al chico solo.

Después de unos minutos caminando, llegue a mi casa, aun seguían las luces de adentro encendidas, eso significa que aun no se van y si llegue pronto. Celebre para mis adentros. Camine ala puerta de la casa y cuando estaba por abrirla, salió mi mamá.

Over Again || Michael CliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora